Si el Chapulín Colorado tenia a sus pastillas de chiquitolina, el Hombre Hormiga tiene a Marvel.Desarrollando un concepto que pasa de lo ridículo infantil a lo querida, encogí a los niños (Joe Johnston , 1989) a algunos geniales espasmos introspectivos de la filosófica. El increíble hombre menguante (Jack Arnold, 1957) escrita por el genial novelista de angustiantes fantasías futuristas, Richard Matheson.
El chambón y mediano artesano Peyton Reed viene a sustituir al mucho más interesante Edgar Wright (Shaun of dead, Súper policías, Scott Pilgrim) despedido y corrido por los estudios Marvel, una semana antes de iniciar el rodaje y eso se nota.
Ant Man(EUA,2015) es buena y divertida, pero en las manos adecuadamente bizarras pudo ser genial. Su premisa es estúpida, pero con una dinámica en la que se mezclan algo de yerba a lo Cheech y Chong , y un humor a veces descarado, grosero y cagado de Animal House (John Landis, 1978)
Mezclado todo con un trío multicultural a los Tres Chiflados, donde un ruso, un negro y un mexicano ( como chiste colorado) toman su papel de nueva versión de los Tres Caballeros (José Carioca, Pancho Pistolas y el Pato Donald), lo cual seguramente tiene que ver con que Marvel lleva cuatro años de haber sido adquirida por Disney, situación que explica que hayan corrido al corrosivo Wright, y que se encuentra más que manifiesta en los últimos resultados de sus películas de súper héroes en la que nadie es asesinado ni hecho sangrar.
Paul Rudd es un acierto de casting en el papel del hombre, que se estira y se baja, otorgándole al numerito un buen desmadre y mucha convicción. Útima cuestión que Michael Douglas, en su rol de sensei maestro creador de marionetas químicas a lo Gepeto conoce al Profesor Memelovsky (con una gran pegada en corta distancia) tarda media película de encontrar.
Uno puede notar los apuros que pasa Gordon Geko para creerse eso, de poder controlar mentalmente a las hormigas y convencerlas de ser usadas como vehículos, camaradas, llegando incluso a sacrificarse por la vida.
Por ahí también está Evangeline Lilly, la Kate Austen de Lost, cada vez va obteniendo credibilidad como actriz, y un inacabable sex appeal, en el rol de la hija doble agente de un villano científico, calvo y loco que debió de haber sido el verdadero Lex Luthor de Superman.
Interpretado trágicamente por el semi desconocido y energético Corey Stoll (protagonista de una desastrosa serie de vampiros creada y dirigida este año por Guillermo del Toro, The Strain, el mayor fracaso creativo que ha conocido hasta ahora el genial cineasta tapatío.
Ant- Man es divertida, palomera y lo que más se agradece, antisolemne, en un mundo de súper héroes acartonados a los que su plan de acción para salvar al mundo, en batallas de alcance transnacional y omnipresente, parece dictada por el Pentágono.