“No nos va a intimidar este acoso, nos vamos a convertirnos en una instancia paranoica que entre a una dinámica que afecte el trabajo en campo que tenemos que hacer, en interacción con las víctimas. En la Comisión de la Verdad no vamos a doblar las manos”.
Declara en entrevista Diego Osorno, periodista y unos de los tres comisionados de la Comisión de la Verdad para el esclarecimiento y testimonio de las violaciones a los derechos humanos en Oaxaca del 2006 y 2007, respecto a las dos intentos de irrupción en sus oficinas y la retención arbitraria de un miembro de la Comisión, realizadas por la Policía Federal.
El comisionado comenta que de por si la presencia de la Gendarmería Nacional ya es intimidante “para quienes nos toca trabajar en el esclarecimiento de casos de represión que ocurrieron en Oaxaca hace no mucho tiempo”, y detalla que se pusieron las quejas correspondientes en la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), esperando además que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) tome cartas en el asunto.
Señaló que las tres intimidaciones fueron intentos de una corporación policiaca federal de vulnerar el esquema de seguridad del edificio de la Comisión, razón por la cual ya se tomaron las medidas de seguridad internas y externas, estas últimas asentadas en el hecho de haber hecho públicos los tres incidentes.
Consideró que la actual situación que está viviendo la ciudad de Oaxaca, con policías y soldados en su calles con la posibilidad de una confrontación con miembros del magisterio oaxaqueño, afecta el proceso de recolección de testimonios de la Comisión, pues el ánimo de dar su testimonio se extingue en las personas en medio de un sitio policiaco en el que se encuentra la ciudad en estos momentos.
Aunque por otro lado consideró que esto en otras personas producen también las ganas de hablar y dar su testimonio para evitar la repetición de los hechos del 2006, el cual es uno de principales los mandatos de una comisión creada por decreto del gobierno estatal.
Decreto sobre el cual el entrevistado señala que se debió a una presión de la opinión pública, más que a un propósito verdadero de la actual administración por impartir justicia. “Nosotros en la Comisión no somos empleados de Gabino Cué”.
“No queremos que se repitan los hechos de hace nueve años pero el actual es un escenario que hace viable y factible para mucha gente que se pueda volver a repetir el escenario del 2006”.
Osorno declaró que la Comisión surgió “en un momento de conflictividad que no para en Oaxaca, en lo que llevamos trabajando nunca ha habido un momento en el que digamos que hay estabilidad. Sería absurdo que la Comisión se espantara por la conflictividad”.
Respecto a una evaluación de la Comisión (de la cual los otros dos comisionados son el sacerdote Alejando Solalinde y la activista Marina Jiménez) desde su inicio en septiembre del año pasado, hasta el día de hoy, Osorno dijo no estar del todo satisfecho con los avances hasta ahora realizados.
“Pero tenemos información que realmente es desconocida hasta este momento, sobre los hechos, las causas y los motivos de las violaciones que sucedieron entonces”.
El reportero consideró que la figura del padre Solalinde ha suscitado mucha confianza en las posibles víctimas para el desempeño de la Comisión, y que la sesión pública del 14 de junio en el Teatro Macedonio Alcalá, donde varios afectados dieron sus testimonio sobre los atropellos sufridos en el conflicto del 2006 y 2007, generó una expectativa de la ciudadanía sobre el trabajo de la Comisión que antes no existía.
“Es una responsabilidad muy grande, nosotros no podemos ser una instancia que defraude la esperanza de la gente”. Finalizó Diego Osorno sorber una Comisión que tiene previsto entregar su informe final en marzo del 2016.