De locos la creación del Consejo Indígena y peor aún el procedimiento para su integración. No sólo se trata de una aberración política, administrativa sino también jurídica, totalmente impugnable. A quién se le ocurriría crear un cuerpo colegiado totalmente partidizado con funciones ejecutivas en una materia, la de sistemas normativos internos, tan compleja y crucial para la sociedad oaxaqueña.