Le gusta la radio comunitaria, trabaja con Radio Zapote y Radio Tlayuda y se ganó la beca de producción de un cortometraje de la fundación Ambulante Más allá, la cual aplicó en mayo, y cuya capacitación se desarrollara en Casa Huavi, ubicada en Tututepec, Oaxaca. Muy cerca de Puerto Escondido.
Su nombre es Samuel Guzmán, y mientras le da su teléfono a una reportera por razones que sólo ella conoce, platica en entrevista sobre el personaje principal de su cortometraje documental aun sin nombre, a rodarse en San Pablo Huitzo.
“Es el tío de una amiga. Un artesano, antiguo taxista y jornalero hace ya unos años en Estados Unidos”.
“Como el migrante ahí no importa y es invisible, el señor empezó a perder la vista por su contacto con los químicos que les aplican a los sembradíos de hortalizas”.
“Al saber de que su ceguera era progresiva e irreversible, regresó a Oaxaca a vivir la última fiesta de su pueblo”.
Samuel establece que su documental tratara sobre la memoria y los caminos. Sobre cómo veía su protagonista sus atardeceres y que miraba en el cielo cuando le caía la noche.
“Durara veinte minutos, aunque puede que el material me dé para mas dice Guzmán y comenta que antes de encontrarse con el tío de su amiga, el solo quería hablar de algo, pero no sabía de qué”.
Pero que todo cambio cuando platicó por primera vez con su protagonista, cuyo nombre prefiere reservarse, y se encontró con su manera de contar las cosas, esa manera en el que aquel que lo escucha casi puede ver esas cosas.
Samuel, quien cuenta ya con una experiencia previa de realización de cine minutos sobre los usos de la sexualidad en las comunidades, tomó un curso de producción audiovisual en el CCC que duró dos años, y una especialización en guión.
Declara que no es que le guste tanto el cine, sino que lo que le interesa es la imagen.
Sobre un cine oaxaqueño que muchos sitúan tan de moda hoy en día, Samuel considera que los que están de moda son “uno o dos cineastas”.
“Pero la forma en la que trabajan me parece muy falsa. Porque si fueran tan buenos, ya no necesitarían tener los apoyos del IMCINE o tener esas becas de las que viven”.
“Viven más de la gestión, más que realmente de hacer cine”.
Se le pregunta a Samuel si se refiere a alguien en particular, el entrevistado dice que el comentario lleva saco, y luego se explaya aun mas.
“Se la pasan hablando de que aman el lugar del que son originarios, pero en realidad este no les interesa”.
“Por ejemplo Oaxaca Cine, la cual exhibe muy buenos títulos, cosas que no se pueden ver fácilmente. Pero yo lo veo como una mafia bien grande”.
“Con la armonización de la Cineteca en Oaxaca el año pasado, ellos ( y con ese ellos no queda otra más que pensar que señala a los dos responsables de este esfuerzo, Rigoberto Pérezcano e Isabel Rojas) buscaban un bisnesote de donde vivir”.
“Quieren descentralizar el cine en Oaxaca, pero se encierran en el súper teatro Alcalá . No les interesa proyectar ni en comunidades, ni en las agencias que pertenecen a la ciudad
Una vez expresada su inconformidad, Samuel se apresta a formar parte de la entrevista colectiva al sacerdote, activista y consejero presidente para el esclarecimiento de las violaciones de los Derechos Humanos del 2006 y 2007, Alejandro Solalinde
Guzmán también es reportero freelance, que lo mismo reporta para el portal de noticias Códices Oaxaca, que para otro portal en el que se encuentra a prueba.
Un minuto antes Samuel ha comentado que su tirada es conjugar la reporteada con el documental, pues “los dos transmiten, comparten y retratan. Son lo mismo”.
Minutos después de haber concluido la entrevista con Solalinde, la reportera se acera y revela la razón por la que le ha pedido su número a Samuel.
”Tal vez tenga una vacante de reportero”.