Abarca recurría a GU para librarse de protestas

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Además de ser considerado uno de los líderes principales de Guerreros Unidos (GU), organización criminal a la que inyecta 300 millones de pesos mensuales, el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, recibía constantemente en su oficina del ayuntamiento a Gildardo López Astudillo, el Gil o Cabo Gil, para cerrar acuerdos criminales con la organización Guerreros Unidos, y a quien incluso pedía “favores” para evitar protestas en su contra.

 

Raúl Núñez Salgado, el Campera, operador financiero de Guerreros Unidos y quien declara que pagaba 600,000 pesos mensuales a Francisco Salgado Valladares, subsecretario de Seguridad de Iguala, para la nómina de policías, bomberos y rescatistas convertidos en halcones de Guerreros Unidos, detalló a la PGR que a principios del 2014, unos días antes del ataque contra los normalistas, Abarca le pidió al ahora detenido Gildardo López Astudillo (el Gil) que lo ayudara a “retirar a unos tianguistas que están invadiendo el Zócalo”, según consta en la averiguación previa de la PGR por los hechos de Iguala.

Cabe destacar que Gildardo López Astudillo es considerado autor material de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, porque ordenó el ataque armado en Iguala y luego la incineración de cuerpos.

Más aun, en su declaración ministerial, el líder máximo de Guerreros Unidos, Sidronio Casarrubias, afirmó que ya dentro de Guerreros Unidos supo que uno de los líderes que más inyectaba dinero a la organización criminal, 300 millones de pesos, era el entonces presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, también ya detenido.

Mencionó que el Gil era el “encargado de los acuerdos con presidentes municipales”, entre ellos Abarca.

En la versión pública de la PGR sobre los hechos de Iguala de septiembre del año pasado, Raúl Núñez Salgado, el Campera, afirmó que “sin recordar la fecha exacta, pero a principios de septiembre del 2014, me dijo que nos viéramos afuera del ayuntamiento de Iguala, a las 10 de la mañana, por lo que me trasladé al lugar y entramos a la oficina del presidente municipal, José Luis Abarca. Quiero aclarar que el Gil no era la primera ocasión que visitaba a José Luis Abarca, sin recordar fechas exactas ni cuantas ocasiones ni me platicaban cuáles eran los temas que trataban”.

La PGR no ha podido vincular a Abarca con la desaparición de los 43 normalistas, y su consignación es, hasta ahora, por su vínculo con GU.

Sidronio Casarrubias, quien ofreció acompañar a la autoridad para esclarecer los hechos de Iguala, afirmó que antes de ser detenido, se “movía” en municipios donde había acuerdo de Guerreros Unidos con autoridades municipales, principalmente directores de seguridad pública.

“Si estuviera aquí a la vista reconocería directamente a José Luis Abarca y a su primo, Felipe Flores Vázquez (prófugo). Arreglo que se concretó con base en la señora María de los Ángeles Pineda Villa (quien) sostiene la organización. El dinero lo bajan a través de (…) quien también es jefe de sicarios en Iguala en el Estado de México y en Ixtapan de la Sal.

“Consiste en facilitarnos la seguridad, toda vez que el armamento de esa policía lo aportó la organización (Guerreros Unidos), por lo que ese municipio lo usamos de paso, por ser un cruce obligado de Toluca, Estado de México, ya que del otro lado de Morelos es contrario a los Guerreros”.

Más adelante en declaración, Casarrubias Salgado afirmó que el ya detenido Francisco Salgado Valladares, tercero al mando de la policía de Iguala, estaba al mismo nivel jerárquico que Gildardo López Astudillo dentro de Guerreros Unidos.

“Toda la policía la tenía bajo las ordenes de la organización, siendo el líder que menciono José Luis Abarca Velázquez, de quien sé que la persona que tiene el dinero es su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa, quien a toda costa quería ser la nueva presidenta municipal de Iguala; su capital lo hizo de sus hermanos”.

Un policía de Iguala declaró ante el Ministerio Público que el prófugo Felipe Flores “se dedicaba al tráfico de drogas, secuestro y homicidios”. Afirmó que cuando un oficial detenía a alguien adepto a GU, los llevaba a un taller mecánico donde los “tableaba”.

Antes de sustraerse de la autoridad, Felipe Flores hizo una breve declaración ministerial, en la cual dijo estar ajeno a los hechos ocurridos en el municipio Iguala bajo su jurisdicción de seguridad. Añadió entonces que no sabía de lo ocurrido, dado que sus elementos habían sido detenidos.

En más sobre las redes de complicidad de GU con autoridades municipales, el sicario Patricio Reyes Landa afirmó en su declaración que el exalcalde de Cocula, el priísta César Miguel Peñaloza Santana, también formaba parte de la organización. “Varias veces el Cepillo (el sicario Felipe Rodríguez) me mandó con el presidente de Cocula”. Aseguró que Peñaloza “nos daba licencias con diferentes nombres”. Actualmente, César Miguel Peñaloza se encuentra libre, pues la PGR asegura que no tiene pruebas en su contra.