En opinión de José Woldenberg, el Instituto Nacional Electoral (INE) hoy hace las cosas mejor que nunca, pero su gran deficiencia proviene del hecho de que se le ha venido sobrecargando de funciones para los cuales no estaba diseñado desde su inicio.
“Lo han estado convirtiendo en un juez de los litigios entre los partidos políticos, multiplicando las tensiones, siendo que existe un Tribunal Electoral”.
“Si el partido A acusa al partido B, el A quiere que B sea condenado y B quiere ser absuelto. Entonces el INE no puede darle gusto a ambos, está en el código genético del asunto.
“El agraviado entonces se dedica a apelar la decisión del INE y eso genera muchísima tensión, totalmente innecesaria”.
Protagonista, como presidente del entonces Instituto Federal Electoral (IFE) de las elecciones presidenciales del año 2000 que terminaron de una manera democrática con más de 70 años de poderío priísta absoluto, Woldenberg mira como lógica que si los tribunales están ahí, es para que todo los litigios entre partidos políticos se ventilen en su injerencia.
“Deberían de ir jurídicamente a ellos y no al INE. Mientras se siga convirtiendo a una autoridad administrativa en un juez, que no es, vamos a seguir teniendo esa erosión de la fama publica del INE”.
En entrevista con medios de comunicación el analista reiteró que las elecciones en su parte operativa cada vez salen mejor.
“Los eslabone del proceso electoral le salen muy bien. Ya prácticamente nadie discute sobre el padrón electoral, ni sobre la organización, ni sobre la capacitación de los funcionarios electorales, o el programa de resultados preliminares electorales, o los conteos rápidos”.
El entrevistado recalcó una idea democrática real es que los diferentes diagnósticos, las diferentes propuestas e iniciativas se expresen en un país.
“ De tal suerte de que el debate sea enérgico, importante , significativo. Las voces disonantes y confrontadas en México se tiene que ver como algo natural en una sociedad muy desigual y contradictoria”.
Respecto a cómo las posturas críticas irreconciliables puedan terminar por conducir a México a un abismo social, del que ni la democracia ni el INE lo podrán rescatar, Woldenberg dijo que no iba a especular pues no tiene una bola de cristal.
“Pero de que hay mucho hartazgo, mucho malestar, mucha distancia crítica con los partidos políticos, con los gobiernos, con los congresos, eso es evidente”
“Han simplificado una economía que no crece, desigualdades que no merman, franjas de pobreza que parecen imbatibles, fenómenos de corrupción que quedan impunes y una espiral de violencia que ha afectado a muchísima gente en el país”.
El autor de La voz de los otros, libro presentado en la FILO 2015, insistió que en materia de la coexistencia de la diversidad democrática en México, se han dado pasos muy importantes.
“El problema es que solo hemos construido una pata de las tres que se requieren para que la convivencia pueda aspirar a ser armónica”.
Resaltó que hoy existe una expansión de las libertades, elecciones autenticas, fenómenos de alternancia y una presentación política más equilibrada.
“Lo que no tenemos es un estado de derecho digno de ese nombre y una economía que haga que la gente se sienta incluida dentro de una sociedad. Hay un déficit de cohesión social muy grande, si esto no empieza a modificarse pronto seguiremos en el malestar, irritación y mal humor público”.