“Siempre que mi madre, mi esposa o mis hijas me veían o me ven sentado tocando la guitarra, me decían y me dicen. Hey ya ponte a hacer algo”.
Joselo Rangel mira a la vida con un humor tragicómico, ese que lo llevó a escribir canciones ya clásicas como Esa Noche y El baile del salón. Con 26 años dándole a la guitarra en el hiperbólico Café Tacuba, Joselo es hoy escritor de cuentos, razón que lo ha traído a la Feria Internacional de Libro de Oaxaca, FILO 2015.
Cuenta que soñaba con un día convertirse en un escritor de Ciencia Ficción pero no hacía nada para hacerlo.
“No me ponía a escribir. Lo que hacía era leer mucho. A los 16 años el rock and roll llegó a mi vida y entonces todo cambió”.
One Hit Wonder es el nombre de este primer libro, producto según su autor de la disciplina que le dio el entregar cada jueves una columna al periódico Excélsior llamada Crocknicas Marcianas.
Abrió además un blog donde estuvo publicando un cuento semanal. Donde un total de 52 cuentos fueron finalmente leídos por la Editorial Almadía.
“Aprendí a tocar guitarra para componer canciones, me gusta ese matrimonio ente letra y música. Que las canciones sean simples, directas”.
Joselo cuenta que para su llegada a la literatura se llenó de notas, de cuadernos con ideas y con sueños
El título de One Hit Wonder del libro viene de uno de sus cuentos (aquel donde una banda de rock viaja por el tiempo cada vez que toca y se compenetra), Rangel acota que la expresión le encanta, que en español no hay un equivalente, salvo aquello “garbanzo de a libra”, o el aquel otro de “cuando el burro tocó la flauta”.
Habla de que la han criticado que el titulo sea en ingles cuando Café Tacuba es una banda que defiende el español.
“Es cuando digo, pues si creen que ya saben todo de mí, entonces me salgo de ahí”.
“Este libro no es para niños, me perturba la idea de que mis hijas lo lean. Son historias de músicos y bandas luchando para sobresalir. Parte de mi creación, de mi vida, de las cosas que yo hago”.
¿Por qué siendo integrante de una banda tan exitosa (a la que en sus mejores momentos la han llegado a comparar con los mismísimos Beatles) habla sobre personajes que no tienen éxito?.
“Primero hay que decirle ya cállate a esa vocecita que te dice que todo lo estás haciendo mal. Cuando iniciamos a Café Tacuba no había dinero solo había un sueño. Lo único que hicimos en la banda fue asumirnos como mexicanos y decir, bueno, lo que yo voy a poder hacer es este rock, que no es inglés ni norteamericano. Y que va a sonar a lo que somos”.
“Estuvimos en el momento justo haciendo las cosas bien. Ha habido muchos altibajos, casi casi el fracaso. Pero nos levantamos y seguimos”.
Zorra, sobre una grupie que se acuesta con cuanto músico y estrella de rock se presente, pero no puede ver todo el valor que lleva dentro, e historias semibíblicas (resultado de su formación en una familia cristiana donde leía mucho la biblia) sobre un grupo de rock cuyo productor es el mismísimo Dios Padre o un Adán gay al que su homofóbico creador corre del Paraíso, son otros de los cuentos que forman parte del libro de Joselo.
“Estar en un grupo como el mío, te rodeas de mucha gente y se vuelve difícil realmente conocer a alguien. En un concierto en cambio es entregarte a la gente, a la masa. Es mucha energía”.
“Gente que lee mis columnas y ahora mis cuentos, a veces parece que me conoce más que mis verdaderos amigos”.
Joselo comenta que en realidad no conoce tanto de literatura. “Estoy descubriendo ahorita a muchos autores”.
“Para escribir aplicó una máxima de la filosofía punk, apréndete tres acordes y haz una canción”.
Comenta que su hermano y colega de banda, Quique Rangel (con el que afirma que siempre lo están confundiendo) le dio algunos consejos para reforzar sus cuentos.
Que de los otros dos Tacubos, Rubén Albarrán le preguntó que cuando salía el siguiente libro que y Emmanuel del Real no le ha dicho nada sobre nueva faceta de escritor.
A pesar de que considera que los viajes en el tiempo son una ciencia ficción blanda, Joselo comenta que si regresara al pasado volvería a las primeras tocadas de los Tacubos y se perdería entre el público.
“Me diría a mí mismo, espérate, va a llegar un momento en el que te va a gustar estar aquí”.
