-“¿Qué está pasando allá?
– No lo sé, hay muchos muertos. No entiendo
– En los noticieros, ¿qué dicen?
– Que hay varios tiroteos simultáneos. En un bar, en una sala de conciertos. En el estadio, hablan de entre 30 y 60 muertos. Creo que la cosa es un caos.
.-Supongo que es un ataque orquestado. Cuídate un chingo.-Está muy raro, parecen ser solo jóvenes que disparan en varios puntos de la ciudad
-¿Islámicos?
-Pues eso dicen, pero no sé en qué se basan para decir eso
-¿Tú qué piensas?
– No lo sé”
Esta transcripción de una conversación por facebook con una amiga que vive en París, ejemplifica lo que hoy es el estado de las cosas. Son las cinco veinte de la tarde del viernes 13 de noviembre y los reportes indican que el presidente francés Francois Hollande ha cerrado ya las fronteras de su país ante un ataque múltiple.
A sangre y fuego en un teatro parisino llamado Bataclán, conjugado con la explosión de un carro bomba que lo llevó a ser evacuado del estadio donde presenciaba el partido amistoso de Francia Vs Alemania.
Los reportes periodísticos se confunden y se sobreponen entre si , dicen que al menos 60 personas murieron hoy en tres diferentes tiroteos y explosiones contra cafés y bares en el centro de París. Además de que se mantiene una toma de aproximadamente cien rehenes en un auditorio y que los están matando a todos.
También reportan que los atacantes en el teatro Bataclán entraron disparando y gritando “Alahu Akbar” (“Alá es el más grande”).
Para cuando estas líneas se lean ya todos tendremos una visión más clara de que es lo que realmente está pasando, y si el extremismo terrorismo islámico, cuyo brazo ejecutor asesinó a los once caricaturistas y periodistas de Charlie Hebdo bajo el argumento de que se burlaban de la santidad de su profeta Mahoma, ha pasado a un flanco más abierto y prolongado.
Lo cual seguramente traerá reacciones y consecuencias que el mundo está aún por conocer.
Si esto es la guerra para un planeta que ya está metido en otras cuatrocientas guerras, en este punto parece ser ya lo de menos. Lo que destacó de toda está sensación es el terror.
El terror de una conversación de Facebook, en donde seres humanos están siendo asesinados alrededor y nadie acierta a saber bien a bien qué diablos es lo que está pasando.
Hoy sobran razones para ser asesinado en este mundo, se apilan fusiles de asalto en las esquinas dispuestos a abrir boquetes en cuerpos indefensos. Obedientes a las lógicas sin fronteras de las masacres. En donde todo los demás deben morir, para que todos los otros sigan vivos, o creyentes, o millonarios.
Hoy la vida humana vale tan poco, que los tonos apocalípticos ya se toman con la normalidad de alguien le da un sorbo a su café y checa las efemérides del periódico.
¿Será que ya estamos en post apocalipsis, donde lo único que vale es que al menos este día no nos haya tocado a nosotros?.
Por lo pronto ya se empieza a criticar en México al presidente sólo por mover los dedos y pronunciarse contra una matanza en el exterior, cuando internamente en algún momento las fosas clandestinas en México con tantos ejecutados terminara por vomitarlos.
Los conspiracionistas, esos mismos que ven a Vladimir Putin como salvador del mundo, comienzan ya a ver los largos brazos de la CIA y los gringos en todo el asunto, con Barack Obama diciendo que Estados Unidos apoyara a Francia en cualquier reacción posible a los ataques de esta madrugada.
Al final el quienes sean los malos es lo de menos, aquí los malos son todos, y los muertos también lo serán. Quizá el mundo se están empeñando en querer dejarnos claro que ya no hay mucho porque vivir en el, pero eso a los que queremos seguir vivos debe importarnos un carajo.
Yo solo puedo ver a mi amiga en París, embarazada, al lado de su pareja escuchando la radio, viendo la televisión, leyendo las notas periodísticas en internet. Muda, tratando de entender ¿qué diablos está estallando exactamente a su lado y se lo está llevando todo al diablo?.
¿Acaso no es eso lo que nos estamos preguntando todos?.
