Por: Rodrigo Islas Brito
“Hay dos formas ver la época en la que vives, una forma apocalíptica y otra forma más bien optimista. Como soy joven sería prematuro irme por la primera opción. Además cuando has leído un poco, te das cuenta que todas las épocas generaron discursos de personas que gritaban que se acababa el mundo. Que su mundo era el fin de una era.”
Jorge Carrión no sabe de pesimismos en un mundo cuasi en guerra con atentados y masacres terroristas explotando cada semana.
El autor de novelas como Los Turistas, Los Huérfanos y Los Muertos, vinculado desde muy temprano al Afterpop se salta a Teleshakespeare, libro ensayístico donde contempla a las series de televisión estadounidenses como un fenómeno cultural capital y contradictorio.
“En Mad Men y The Wire hay arte. Hay un relato muy sólido y rico que merece ser polemizado”.
“Hoy la mejor critica a la política de expansión de los Estados Unidos no la estoy leyendo en novelas norteamericanas, sino en series como House of Cards o Homeland, donde no están dejando títere con cabeza”.
“En la última temporada la agente de la CIA, Carrie Mathison (Claire Danes) se da cuenta de que es una asesina de masas, pues con el uso de drones ha matado a 167 personas”.
Carrión reconoce también que “las series de televisión es el penúltimo intento de los Estados Unidos de seguir siendo influyentes en el imaginario global”, y que su influencia en los formatos, temáticas y valores de producción en la series de televisión de Latinoamérica son también cruzadas de expansión e intervención cultural.
“Es el softpower, el poder blando. Durante décadas Hollywood vendió un cine para influir en el mundo, hoy esa influencia pasa por la tele realidad y las series. Sin duda es una cuestión imperialista”:
Carrión considera que si bien hay series de televisión norteamericanas que son celebrativas y pura propaganda, la gran mayoría de ellas hoy están indagando con bisturí los orígenes, los alcances y las motivaciones del imperio americano.
“De manera que se pueden leer como un acta de forense. Estados Unidos está hoy siendo diseccionado”.
El autor aclara que se inclina por la idea de que el “periodismo expandido”(terminó por él acuñado) es el futuro.
“Es la natural evolución en el periodismo en el siglo 21 tras la irrupción de internet. Hasta el siglo veinte predomina el periodismo textual, en prensa, además del radiofónico y el televisivo”.
“Así que cuando llega internet es inevitable que lo multimedia y lo transmedia termine por naturalizarse, y en consecuencia nuestra visión del mundo y nuestra manera de leer y expresarnos”.
“Yo por mi parte expando la crónica al ensayo, mi libro Librerias, ganó un premio de ensayo pero la mayor parte del libro es crónica de viaje”.
Carrión habla también sobre un comic que hizo sobre Barcelona, que en realidad es una investigación periodística desmenuzada en viñetas.
“En Los Huérfanos me invento el fenómeno de la reanimación histórica, la cual sería una parodia del culto por la memoria histórica que se ha convertido en un credo en nuestra época”.
Cita a Argentina, España, Israel y Estados Unidos como ejemplo de esto, donde hay un culto a las víctimas y una reivindicación a su memoria.
“Cristina Kirschner (hoy derrotada en las urnas por el derechista Mauricio Macri) ha utilizado la memoria de su marido muerto, Nestor Kirschner para adulterar el pasado”.
En su novela, Carrión relata que los alcances de la ciencia ficción permiten que a la verdad histórica la puedas recrear en tu propio cuerpo.
“Esta mirada en el pasado hace que en Alemania haya una ola de nazis, y en Japón una nueva oleada de samuráis. Y esto lleva a una guerra mundial y un colapso nuclear por culpa de la memoria histórica. Sé que es exagerado, pero es la hipérbole lo que te lleva a ver con una mayor luz de distancia y entendimiento el presente”.
“El periodista hoy tiene que leer comic, ver cine clásico , leer mucha literatura y asimilar la poesía”.
El planteamiento hacia el español nacido en Tarragona hace 39 años va en el sentido de que hoy este “periodismo de expansión” luce más libre, pero también sin los filtros necesarios.
“Parto de la idea de la auto exigencia del consumidor, todos somos los mejores editores de nosotros mismos. Si tú delegas esa responsabilidad en otros, estas cometiendo un error
Se le cuestiona además si el periodismo internacional de hoy en día no es igual a un periodismo turístico, donde nada se termina por saber a cabalidad y todo se juega en los terrenos de la especulación.
El entrevistado asume entonces como natural la tensión entre lo enunciado por el periodismo local y lo enunciado por el periodismo extranjero.
“Es una expresión propia de la modernidad. Cuando Charles Dickens hace un viaje a Estados Unidos y manda sus crónicas de viaje a Inglaterra, evidentemente se establece un contraste con lo que en ese momento están escribiendo los escritores norteamericanos sobre su propia realidad”.
“No es lo mismo el norteamericano Walt Whitman contando Estados Unidos, que un Dickens ingles haciendo la misma cosa”.
“El local tiene la profundidad del seguimiento, de poder estar abordando un tema durante quince años. El extranjero lo que puede dar es frescura en la mirada, no tan connotada pero más libre. Como lector ha que leer los dos y sumarle tu perspectiva a ambos discursos”
Carrión aclara que él no se siente periodista. “Estudie humanidades y mi doctorado es en literatura comparada, me siento escritor”.
“De manera que cuando practico el periodismo con la crónica o la crónica- ensayo , que es el género en el que me siento más cómodo, Lo hago desde mi poética de escritor”.
De la famosa de declaración de Umberto Eco de que las redes sociales” le dan voz a una legión de idiotas”, en tiempos en los que según del entrevistado “el Whats App , Twiter y Facebook lleva a que ya pensemos de una manera multimedia”, Carrión rebate el punto.
“Lo que veo hacia las redes sociales de escritores y pensadores de la generación de Umberto Eco y Mario Vargas Llosa es una crítica barata que parte de un desconocimiento de las redes sociales, pues no tienen una experiencia real con ellas como para poder opinar”
Jorge Carrión suelta a bocajarro que lo que es válido para él, no tiene que serlo para otra persona. “He construido mi propia teoría, la cual se adapta y va cambiando”.
“Al final lo que nos hace humanos es un conflicto cerebral entre ficción y no ficción, entre ciencia y religión, realismo y fantasía, y cada cual tendrá que decidir cómo se posesiona frente a eso”.