Por NotieSe
En México, la cardiopatía isquémica es la primera causa de muerte de las mujeres, pues se estima que por cada deceso a causa de cáncer mamario, quince mujeres fallecen por enfermedades del corazón, aseguró en conferencia de prensa, Enrique Gómez Álvarez, jefe de división de Cardiología del Centro Médico Nacional 20 de noviembre del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.
Gómez, quien también es titular del posgrado en cardiología de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó que este padecimiento se produce por un fallo en las arterias coronarias, que son las encargadas de proporcionar sangre al músculo cardiaco (miocardio), de tal modo que las arterias se estrechan e impiden su funcionamiento adecuado, lo cual puede desencadenar en el Síndrome Coronario Agudo (SCA), mejor conocido como infarto.
El especialista indicó que los malos hábitos de alimentación, así como el sedentarismo, han incrementado el sobrepeso y obesidad en la población mexicana, y por tanto, el número de personas que viven con hipertensión y diabetes y desarrollan complicaciones severas en su salud. En este sentido las mujeres, después de su etapa reproductiva, quedan desprotegidas y se vuelven vulnerables al SCA porque disminuyen los estrógenos.
Marco Antonio Martínez Ríos, director general del Instituto Nacional de Cardiología, indicó que en el país mueren 80 mil personas al año a causa del SCA, afección que evita alimentar y oxigenar al corazón por una disminución o bloqueo del flujo de sangre. Esto se debe a que una sustancia grasa llamada “placa”, compuesta por colesterol, grasa y otros productos de desecho, se acumula en las arterias coronarias de este órgano, provocando un bloqueo o formación de coágulos, así como el rompimiento de las arterias.
Los síntomas del SCA, conocido como infarto, son sensación de opresión en el pecho, hombro, brazo, cuello, mandíbula, espalda o la zona del vientre, sudoración, y falta de aire que propicia un ahogamiento así como ansiedad y nauseas, estos últimos, alertas para acudir de forma rápida a urgencias para recibir atención oportuna.
Ríos aseguró que 50 por ciento de los pacientes que sufren un infarto mueren antes de llegar al hospital y la mitad de quienes llegan, fallecen por no recibir atención adecuada.
Por su parte, Gómez Álvarez compartió algunas cifras que indican que 32 por ciento de quienes tienen un infarto llegan a hospitales públicos y sólo ocho por ciento a hospitales privados; 52 por ciento mueren en el hogar y 32 por ciento en la vía pública, por falta de atención médica.
Martínez Ríos aseguró que quienes sufren un infarto en México suelen recibir atención hospitalaria hasta cinco horas después de los primeros síntomas, esto implica un gran riesgo de perder la vida ya que se necesita tratamiento rápido y efectivo para sobrevivir.
El especialista indicó que 80 por ciento de quienes sufrieron un infarto tuvieron contacto previo con un médico, sin embargo, no recibieron el diagnóstico correcto, por falta de educación médica continua.
Precisó que ante los síntomas es necesario acudir al hospital de zona y exigir un electrocardiograma ya que si se sufre un infarto y no se atiende de forma rápida, la persona puede morir después de 12 horas.
Por su parte Carlos Martínez Sánchez, jefe de Urgencias y Unidad Coronaria en el Instituto Nacional de Cardiología, explicó que en el Instituto Nacional de Cardiología existen mil pacientes con cardiopatía que están en riesgo de sufrir un infarto agudo, los cuales deben ser atendidos con métodos de reperfusión que son tratamientos para deshacer o desbloquear las arterias y con ellos restablecer la circulación coronaria para reducir el daño al tejido cardiaco.
Tratamiento
Los métodos de reperfusión consisten en la aplicación de fármacos, trombolíticos de primera generación, que deben suministrarse en los primeros 60 minutos en que se presentó el infarto. También se puede realizar tratamientos mecánicos como la angioplastia, un procedimiento quirúrgico que se debe realizar en los primero 90 minutos después de llegar al hospital. Esta intervención consiste en la colocación de un pequeño tubo de malla metálica que se expande dentro de la arteria coronaria y evita que la arteria se cierre de nuevo, de esta forma el flujo sanguíneo se restablece.
Para los especialistas, las enfermedades del corazón son un aspecto serio a considerar debido a que en México existen 22 millones de personas hipertensas, de las cuales, menos del 10 por ciento están controladas.