Guillermo Quijas y Almadía (1ra Parte)

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Por Rodrigo Islas Brito

Guillermo Quijas-Corzo sabe que para seguir con tu sueño a este hay que convertirlo en un arte, pero también en un negocio. Almadía, la editorial que desde Oaxaca fundó hace ya casi once años es hoy una de las editoriales mas solidas del siempre frágil mercado librero mexicano.

Con libros de la editorial vendiéndose hoy no sólo en México, sino en Chile, Colombia, Argentina, Perú, Costa Rica, Ecuador, Centroamérica, España y la California estadounidense, el empresario recuerda en entrevista que todo inició con un profesor rural que hace 66 años fue expulsado del magisterio oaxaqueño por comunista, Ventura López Sánchez.

“Mi abuelo, él después de que es cesado del magisterio junta su cheque de liquidación con otros profesores y entre todos fundan la Proveedora Escolar”.

Papelería – librería que ha acompañado los recuerdos de cada oaxaqueño que cada verano ha tenido que ir a comprar sus propios útiles escolares y años más tarde los de sus propios hijos.

“Tenía una relación muy cercana con mi abuelo. Mi padre murió en un accidente unos días antes de que yo naciera, así que mi madre y yo nos fuimos a vivir a la casa del señor Ventura, estuve ahí hasta que cumplí los diez años. Prácticamente fue mi figura paterna, no había nadie más”.

Quijas recuerda que ayudaba a su abuelo en cuestiones de la Proveedora desde muy pequeño, aunque fue en el último año de vida del profesor Ventura cuando finalmente se integró al negocio familiar.

“La idea de formar Almadía surge casi de inmediato a la muerte de mi abuelo (en el 2002). Tuve antes unos primeros trabajos como el de terminar de hacer un libro de Oliver Guadalupe sobre Mitos y Tradiciones de Oaxaca”.

“No como editor, pero me encargue de llevar los archivos a la imprenta, las cajas a la librería, colarlos en exhibición y repartir algunos ejemplares. Fue en ese momento cuando empecé a conocer a gente que estaba en el medio literario”.

Quijas cita a las escritoras Ave Barrera y Araceli Mancilla, y a los literatos Jorge Pech y Leonardo Da Jandra, como las personas con las que se armaron los inicios de Almadía.

“Da Jandra aportó el contacto que tenia con escritores como Guillermo Fadanelli, Mario Bellatin y Eusebio Ruvalcaba. Pech y Mancilla fueron los primeros autores a los que publicamos ya como editorial”.

“Empezamos así, sin tener realmente nada. Sin una red de distribución. Los libros solamente se vendían en el Proveedora Escolar. La idea era seguir con las publicaciones de libros, que en la Proveedora ya comprendía varios años con temas tan variados como geografía, historia y leyendas de Oaxaca, pero con un perfil más especifico”.
“La primera idea fue siempre sacar una colección de literatura. Tampoco es que leyera yo mucho de joven, pero siempre me ha gustado la literatura y leer novelas”.
Dice Quijas solo para detenerse unos segundos en una reflexión que enseguida comparte.
“Las personas con las que me junte venían de la literatura, igual si vinieran de la historia estaríamos haciendo libros históricos”.
Hace 36 años el abuelo Ventura fundó la Feria del Libro de Oaxaca, cuestión que su nieto retomó con un cariz más profesional por circunstancias que al final ni siquiera terminó planeando.
“En el 2002 fuimos a pedir permiso al municipio de Oaxaca para hacer la Feria del Libro como todos los años y el municipio nos dijo que no, porque iban a organizar algo mas que ya ni siquiera me acuerdo que era”.

“La respuesta fue un poco brusca, básicamente nos dijeron a la fregada la Feria , búsquenle donde puedan y si quieren les damos permiso en el parque el Llano”.

“En ese entonces lo vimos como una arbitrariedad pero igual y no era importante. Estaba chavo y pensaba que el gobierno nos estaba censurando cuando a lo mejor simplemente era que no les importaba tanto”.

Quijas pidió ayuda a Francisco Toledo para convocar a algunos escritores y caricaturistas para la feria “llanera”. Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, Rius y Rafael Barajas “el Fisgón”, fueron algunos de los veinte que acudieron al llamado.

“Vimos que era una cosa que funcionaba a su muy discreto nivel, había presentaciones en las que había tres personas. Ya después al año siguiente Guillermo Fadanelli, quien ya estaba publicando con Almadia, armo un encuentro de escritores”.

“Ahí conocí a Carlos Martínez Renteria, JM Servín, Rafael Pérez Gay, David Toscana , Jorge Dorantes, en fin, y de ahí poco a poco el esfuerzo fue creciendo”.

Quijas comenta que la hoy Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO) que cada año se organiza y abre sus puertas en la antes verde Antequera, “es un escaparate para Almadía”.

“Es importantísimo, así lo tenemos pensado, Almadia es quien publica los libros, la Proveedora es quien los distribuye y la Feria del Libro es su plataforma”.

“Tanto para otras editoriales como para Almadía se ha vuelto una plataforma de difusión importante, de venta no tanto. Oaxaca es una ciudad pequeña, el publico es muy reducido”:

Quijas puntualiza que la Feria nació por la necesidad de vender más libros.

“Mi abuelo me contaba que la gente no entraba a las librerías, por lo que decidieron sacar los libros a las calles. Con el paso del tiempo ha habido indicadores de venta de libros, de un diez al doce por ciento cada año y los expositores crecen alrededor de cinco por ciento cada año”.

Respecto a si se ha fijado en lo que el bibliófilo oaxaqueño compra, Quijas hace un rápido estimado.

“Si bien los textos de superación personal y algunas novelas comerciales como las sagas juveniles siguen siendo lo que más se vende. Si hemos visto que la sección de literatura puede y está creciendo en su oferta”.

Se le comenta a su editor en jefe que Almadía es hoy considerada por algunas publicaciones como una de las editoriales mexicanas independientes en un momento en el que en México prácticamente se han extinguido las editoriales mexicanas.

Quijas-Corzo pone cara de que eso ya lo ha escuchado antes y lo atribuye todo a la “gente que ha estado en Almadía y ha hecho la diferencia”.

“En un principio Leonardo Da Jandra fue el que impuso la fuerza para hacer las cosas” (y quien hoy esa fuerza la aplica para jugar tiro al blanco en las presentaciones de libros).

“El escritor Martin Solares puso el feeling literario que estábamos buscando, y el diseñador Alejandro Magallanes, con sus diseños de los libros fue y es un factor muy determinante para posicionar a la editorial a muchos niveles”.

“Juan Villoro fue la punta de lanza cuando Magallanes entró a hacer los diseños de los libros. Hicimos treinta presentaciones en el país. Villoro no solo promovió su libro, sino promovió a Almadía entre el público, entre libreros y entre escritores”:

“Gente como Sergio Pitol y Margo Glantz empezaron a acercarse. Esto nos permitió ir escalando peldaños. Esto facilita la labor en termino de conseguir autores y realizar tratos, pero lo complica porque cada vez se forman mayores expectativas, tienes que llegar a mas lugares y vender más libros”.

Se le relata a Quijas que una vez un alto ejecutivo de Bimbo comentó que esta empresa panadera no se convirtió en unas transnacional todo mercado y terreno por un asunto de poder y ambición, sino porque el propio crecimiento de la empresa no les dejo de otra . “Era crecer o caer” comentaría el ejecutivo.

“Es cierto, lo que más nos ha costado en estos dos años es cuando hemos intentado encontrar un tamaño más adecuado para la editorial. En 2015 publicamos veinte libros y nos costó mucho trabajo cuando en los dos años anteriores habíamos publicado 35. Y la tendencia era más y mas y la verdad todos se nos salió un poquito de control”.

“Pierdes atención con los autores, pierdes tiempo de promoción con cada uno. Nos costó muchísimo trabajo reducir el paso, cuando uno pensaría que es fácil. Haces menos trabajo, menos promoción, menos todo”.

“El próximo año estamos pensando en sacar los mismos veinte libros. Pero este año vamos a facturar lo mismo que el año pasado, con casi la mitad de libros publicados. Tener menos libros, pero de cada libro vender un poco más y cada día llegar a más lugares”.

“Bien que mal la editorial ya se mantiene, hay unos años mejores que otros donde tenemos que buscar algunas ventas especiales para ir saliendo”.

Quijas admite que para la actual solvencia de Almadía en un medio donde generalmente no la hay e l tema de estar en Oaxaca resulto muy importante.

“Este es un estado tan folclórico por un lado y tan cosmopolita por el otro. Esto ayudó de una manera tacita para meternos en un mercado súper competido donde los espacios para las librerías en los medios cuestan y ya casi hay que pagar por ellos”.

“Nuestro diseño de imagen, nuestro origen, nos ha ayudado a diferenciarnos .Nosotros ya no sentimos que estemos compitiendo con grandes editoriales, porque además no podemos. Pero si podemos tener una plataforma completamente diferente”.
Respecto al tan traído tema del libro físico y el libro digital en este siglo 21 cibernético y digitalizado hasta el cansancio, Guillermo comenta que” no es una prioridad para Almadía”.

“No es un tema que nos preocupe, ni creemos que vaya a ser la panacea con la cual vamos a vender miles de libros y llegar a todos los lectores”. Quijas explica el porqué de su respuesta.

“Es un tema muy complejo que pensé que con el tiempo se iba a clarificar mas, pero no, tenemos tres años con él , y aquellos de que cada vez iba a ser más claro y más fácil tener tus libros en digital resultó en un nudo ciego”.

“Cada vez hay más jugadores. Por un lado están los derechos, no terminan de quedar claros. Todo el mundo está haciendo contratos por un año y renovándolos para ver cómo funciona”.

“Salieron las empresas que te convierten los libros, que las llaman distribuidores, luego salieron las librerías digitales. Luego salieron unos intermediarios que pueden hacer de todo”.

“Hay tantos jugadores, cada unos con contratos y porcentajes diferentes, que se vuelve todo muy complicado. Todos te piden exclusivas, el hecho de que un libro sea digital no significa que lo puedes vender en todo el mundo. Si tú tienes derechos en digital solo para México, solo puedes descargarlo en páginas mexicanas”.

Quijas informa que hoy Almadía está en proceso de convertir sus libros al formato digital y que “contrario a lo que se piensa es un proceso largo que cuesta dinero”.

“Saldremos el próximo año con Amazon y con Apple,y con una distribuidora que un poco nos meta con todos”.

Quijas comenta que el anunciado cambio de sede de la FILO para el 2016, del zócalo de Oaxaca al Museo del Ferrocarril esta aun en veremos. Que el cambió vendrá, pero que la posibilidad está hoy entre la sede anunciada y el edificio del Archivo Histórico que se está construyendo en la Ciudad de las Canteras.

Pero sobre este tema, la valoración de la FILO 2015, la experiencia Almadía en la reciente y monstruosa FIL de Guadalajara y la relación y el futuro de esta editorial con los escritores oaxaqueños, tratara la segunda parte de esta entrevista.

Por lo pronto se le pregunta a Guillermo Quijas- Corzo sobre qué diría Ventura López si hoy estuviera aquí viéndolo a los ojos.

“Quisiera pensar que le gustaría todo lo que ha pasado y está pasando, pero creo también que hubo algunas decisiones que tomé en este proceso que él no hubiera aprobado”.

“Aunque también creo que al final la empresa sigue teniendo ese espíritu que él implantó. Al final le gustaría. Yo estoy aquí por él y sigo haciendo esto en gran medida también por él. Espero que disfrute lo que hacemos”.