Por Rodrigo Islas Brito
El legislador perredista Palemón Gregorio Bautista le respondió al Secretario de las Culturas y las Artes de Oaxaca, Alonso Aguilar Orihuela que el argumento de poco presupuesto operativo como causa de un accionar deficiente era el pretexto, que cada uno de los secretarios de este sexenio había argumentado en sus comparecencia ante el Congreso Local.
Orihuela, en su comparecencia legislativa y con tan solo unos meses en el puesto dio entonces cifras duras. 23.3 millones de pesos argumentó que es lo que SECULTA dejó de percibir de su ejercicio fiscal del 2014 al 2015, incluyendo 8.6 millones de pesos en recortes en gastos operativos y otros trece millones de pesos en gasto de inversión, cuestión que llevó a la dependencia a dejar de apoyar proyecto culturales importantes.
“Tendrán que ajustarse con lo que tienen para desarrollar lo que tienen que desarrollar “definiría durante una de sus réplicas, el presidente de la comisión legislativa de cultura, el petista Rafael Arellanes.
Antes, durante la primera etapa de su intervención, Orihuela se había dado vuelo en cifras y logros enumerados a una endiablada velocidad. Los cuales, entre otros, incluyeron:
Arte urbano promovido al costo de 100 mil pesos en intervenciones en espacios públicos de poblaciones periféricas a Oaxaca con la colaboración de colectivos subversivos y contestatarios, murales y retablos restaurados, la construcción de la Ciudad de los Archivos, festivales culturales, coloquios de afrodescendientes, talleres de lengua zapoteca, encuentros de canción mixteca, Juan Trigos como nuevo director de la Orquesta Sinfónica de Oaxaca (OSO), dotación de instrumentos musicales, talleres al costo de 300 mil pesos para la reparación de instrumentos musicales, clínicas de especialización para la ejecución de instrumentos por valor de 400 mil pesos.
5.5 millones de pesos invertidos en el Centro de las Artes de San Agustín (CASA), 800 mil pesos aportados a la organización del Oaxaca Film Fest y los 86 millones de pesos con los que se está construyendo el Centro de Iniciación Musical (CIMO), el cual es para Orihuela el orgullo de su administración.
“Ojala que el CIMO no vaya a convertirse en un elefante blanco” comentaba Arellanes, a lo que el joven pero ya no inexperto secretario respondió que esto no pasará, si el Congreso del Estado garantiza los fondos necesarios para que no pase.
Por su parte la priista Martha Alicia Escamilla se inclinó abiertamente por la causa de Orihuela. Aseguró en el estrado que no era culpa de Orihuela los pobres resultados de SECULTA sino del dinero que a la dependencia le escamoteaba el gobierno.
“El entusiasmo del secretario contrasta con el poco interés que hasta ahora en la cultura ha mostrado el gobierno estatal”.
La diputada ejemplificó otro contraste, los 124 millones de pesos de presupuesto que SECULTA percibió este año, frente a los 300 millones de pesos encaminados a la Coordinación de Comunicación Social del Gobierno del Estado.
“No hay recursos suficientes para reposicionar a Oaxaca como una capital cultural. Hace falta invertir en investigación artística y cultural para potenciar al estado. Las casas de la cultura, las casas del pueblo persisten en la precariedad”.
Escamilla indicó que el rescate y equipamiento de teatros de la ciudad es primordial, a lo que el legislador Palemón subrayó que SECULTA está obligada además a garantizar el acceso de las comunidades a su propia cultura, ya sea tradicional o popular, respecto lo que Arellanes reconoció que si SECULTA no tiene presupuesto es porque el Congreso no se lo canaliza.
Educación, Comunidades y Participación y promoción de artistas y creadores oaxaqueños a nivel nacional e internacional, son las tres vertientes que Orihuela citó para su último año de gestión al frente de SECULTA.
Orihuela demandó al Congreso que exista una precisión legislativa, una voluntad expresa por escrito, para que los ingresos generados por la cultura (en museos y teatros, y en cursos y talleres) a la cultura.
Con la presencia en las gradas de directores de museos, teatros y talleres, maestros del CEDART Miguel Cabrera y funcionarios de la propia SECULTA, Alonso Aguilar terminó su discurso con un “Yo soy cultura, yo cambio a Oaxaca y cambio a mi comunidad”.
Lo cual fue identificado por algunos como un confuso eslogan de gestión, y por otros como un síntoma inequívoco de que el hasta hace siete meses director del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, ha cobrado en sí mismo una autoconfianza inusitada.
Para muestra los abrazos y apapachos finales de Orihuela con el legislador Palemón Gregorio Bautista, poco cordial en el principio de su intervención, preguntándole cosas al secretario sobre cómo podía privilegiar la cultura musical en la región de la Mixteca, la cual representa.
Al final tanto Secretario como Legislador terminaron hablando muy sonrientes y hasta intercambiaron números telefónicos.