Por El Economista
Washington.- Grupos defensores de los migrantes y al menos dos aspirantes presidenciales demócratas criticaron hoy en duros términos los planes del gobierno del presidente Barack Obama de deportar a partir de enero a cientos de familias centroamericanas.
Los planes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) fueron revelados el miércoles por The Washington Post. De acuerdo con la versión, se centrarán en adultos y niños contra quienes un juez migratorio ya ordenó la deportación de Estados Unidos.
“Estoy muy preocupado por reportes de que el gobierno puede comenzar redadas para deportar a familias que han huido para escapar de la violencia en Centroamérica”, señaló el aspirante presidencial demócrata Bernie Sanders.
Su rival por la nominación presidencial demócrata, el ex gobernador de Maryland, Martin O’Malley, calificó en su cuenta de Twitter como “erróneos” los planes de deportar a los refugiados centroamericanos.
“Debemos poner fin a estas deportaciones sin sentido”, agregó en una declaración.
El Consejo Americano sobre Migración (AIC) deploró los planes del gobierno de Obama y sostuvo que los migrantes centroamericanos deben recibir una protección humanitaria más que un castigo del gobierno estadounidense.
“Debemos poner fin a tratar a estas familias como si fueran criminales. No es un crimen llegar a nuestras fronteras y pedir protección, y la evidencia abrumadora indica que estas familias tienen legítimos reclamos bajo la ley de Estados Unidos”, dijo el AIC.
Autoridades estadunidenses estiman que más de 100,000 familias integradas por adultos y menores de edad han hecho el viaje a través de la frontera suroeste de Estados Unidos desde el año pasado.
Sólo en un lapso de dos meses han sido aprehendidos más de 10,000 inmigrantes centroamericanos.
De acuerdo con los planes del DHS que encabeza Jeh Johnson, los adultos y niños serian detenidos donde sean encontrados por las autoridades y después deportados a sus países de origen.
Las fuentes indicaron al Post que cientos de personas o más podrían ser detenidas y expulsadas de Estados Unidos.
En la víspera el gobierno de Obama anunció que las detenciones de inmigrantes indocumentados a cargo de la Patrulla Fronteriza (PF) ascendieron a 337,117 personas en el año fiscal 2015, una caída de 30% sobre 2014.