Por Amira Azucena Cruz Ramírez
El Gobierno Abierto requiere previa infraestructura digital y formación de ciber-ciudadanía
- Compleja realidad que debe ir desde el acceso a equipo de cómputo y a Internet, hasta las competencias digitales de las personas que quieran participar, colaborar y co-crear con el Gobierno
Muchas gracias por haberme obsequiado su amable lectura también en este 2015 que concluye.
¡Les deseo un retador, inspirador y exitoso 2016!
A minutos de darle la bienvenida al nuevo año, permítanme por favor seguir compartiendo con ustedes este espacio de Socioformación.
En el Capítulo II de El desafío del Gobierno Abierto en la hora de la igualdad, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) contextualiza y argumenta el “Por qué un Gobierno Abierto”:
“Se trata de saltar desde nuestro viejo modelo basado exclusivamente en la democracia representativa a un modelo de democracia conversacional y abierta, aprovechando las posibilidades que proporcionan las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) a los ciudadanos de participar en los procesos de toma de decisiones de los gobiernos más allá del ya mencionado ejercicio del derecho de sufragio o de la participación en organizaciones sociales tradicionales”.
Hace tiempo, en la entrega 27 de Socioformación, compartimos que el Gobierno Abierto es la optimización de la Comunicación entre servicio público, ciudadanía y empresas para asegurar una gestión transparente y eficaz (http://rioaxaca.com/2015/04/08/socioformacion-27/).
Y que uno de los compromisos de los países que integran la Alianza para el Gobierno Abierto (AGA), como México, es:
- Aumentar el acceso a las nuevas tecnologías para la apertura y la Rendición de Cuentas. Las nuevas tecnologías ofrecen oportunidades para el intercambio de información, la Participación Ciudadana y la colaboración. Reconocen que el acceso equitativo y asequible a la tecnología es un reto y los compromete a buscar una mayor conectividad en línea y móvil, al mismo tiempo que identificar y promover el uso de otros mecanismos para la Participación Ciudadana (http://www.opengovpartnership.org/es/acerca-de/declaraci%C3%B3n-de-gobierno-abierto).
En este contexto –dice Mario Weissbluth, Maestro en Gestión y Políticas Públicas e integrante del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile-, “las TIC juegan un rol fundamental: Son las herramientas que están produciendo los cambios más radicales en la gestión pública y privada, y, paradójicamente, son las que más escapan a la comprensión o formación de la gran mayoría de los reformadores que están gestionando o financiando grandes proyectos de informatización pública”. Por eso, la infraestructura digital y desarrollo tecnológico que les permita llegar a hogares y sitios comunes-comunitarios para ser utilizadas por ciudadanas y ciudadanos, es uno de los retos más importantes.
En el texto de la CEPAL, específicamente en la página 21, podemos consultar sobre diversos análisis realizados respecto al desarrollo digital de los países. Uno de ellos es una evaluación comparativa que cada año realiza Economist Intelligence Unit (http://www.eiu.com/landing/special_reports) y que toma en cuenta la calidad de las TIC y analiza varios impulsores. Algunos de sus ejes de evaluación son:
- Conectividad e infraestructura tecnológica: Mide los niveles de conectividad e infraestructura tecnológica de los países. Con especial énfasis en la calidad y velocidad de la conectividad.
- Entorno social y cultural: En este ámbito se mide el capital social, calidad de la educación y el uso de las TIC en procesos educativos y aquellos asociados a la innovación.
En otras palabras, se toman en cuenta indicadores que incluyen: “Calidad de la banda ancha en oferta y el porcentaje de líneas en fibra óptica, calidad de los servicios móviles de 3G y 4G, el costo de la banda ancha, el nivel de penetración de Internet entre personas usuarias con equipo de cómputo y móviles, y el nivel educacional, ahora ampliado al nivel universitario”.
¡Ah sí! porque son necesarias competencias para ejercer la ciber-ciudadanía (como se le llama en la página 43 del texto CEPAL), que deberá hacer posible la Participación Ciudadana, la colaboración y la co-creación de las políticas públicas y los servicios públicos.
Y aquí está entonces el segundo reto: La compleja realidad que debe ir desde el acceso a equipo de cómputo o móvil con Internet, hasta las competencias digitales de las personas que quieran participar, colaborar y co-crear con el Gobierno.
En el texto de la CEPAL leemos que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) definió un marco de evolución del Gobierno Electrónico –primera fase del Gobierno Abierto- con cuatro niveles de madurez:
- Nivel emergente: El país ofrece información en una sola vía (del Gobierno a la ciudadanía). Se ofrecen novedades, respuestas a preguntas frecuentes, información archivada y vínculos a los sitios de organismos del Estado.
- Nivel mejorado: Se amplía la comunicación de una a dos vías, con la interacción de la ciudadanía mediante correo electrónico, formularios descargables, aplicaciones, audio, video y la presentación de solicitudes. Los contenidos deben cumplir con un mínimo nivel de accesibilidad.
- Nivel transaccional: El Estado ofrece transacciones completas y seguras como el pago de impuestos y multas, inscripciones, obtención de permisos, certificados y licencias, entre otros.
- Nivel conectado: Información, datos y conocimiento se transfieren entre organismos, para un acceso instantáneo a servicios del Estado de manera integrada y con un enfoque centrado en la ciudadanía, donde los e-servicios se organizan en eventos del ciclo de vida y grupos segmentados para prestarlos a la medida, en un entorno que permite a las personas participar más activamente y tener voz en la toma de decisiones.
¿Verdad que valdría la pena preguntarse y conocer sobre los datos de conectividad, disposición de equipos de cómputo y móviles con acceso a Internet de los lugares en los que vivimos, así como sobre los trámites y servicios que el Gobierno ha puesto a disposición en línea?
En Oaxaca, por ejemplo –es que vivo en el complejo estado de Oaxaca- dimensionar la posibilidad del Gobierno Abierto, con la activa participación de la ciudadanía hasta la co-creación de políticas públicas y servicios públicos, implicaría reconocer que en pleno siglo XXI existen comunidades sin acceso a energía eléctrica; preguntar si donde hay energía eléctrica la población tiene acceso en su hogar o sitios comunitarios, a equipo de cómputo –con Internet-.
Y luego hablamos sobre el uso y conocimiento de la Red… (suspiro)… (respiro profundo)… (sigo)…
Si me permiten, les propondré otros textos de Socioformación sobre Gobierno Abierto: La cumbre mundial de la AGA que se realizó en octubre 2015 aquí en México; la evaluación de los 26 compromisos de Gobierno Abierto de México desarrollados de 2013 a 2015; el breve Artículo 59 de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública y las posibilidades que puede albergar a pesar de ser tan pequeño.
¿Qué les parece?
Les agradezco infinitamente su amable lectura y sobre todo, su generosidad al compartir el contenido haciendo posible la interacción. Quedo a la orden para comentarios, observaciones y sugerencias sobre Gobierno Abierto y las temáticas que también propongan abordar.
Sobre la autora:
Licenciada en Comunicación y egresada de la maestría en Mercadotecnia; Diplomada en Derecho de Acceso a la Información Pública, Transparencia y Rendición de Cuentas; Diplomada en Políticas Públicas con Perspectiva de Género.
Ha sido catedrática de Publicidad, Mercadotecnia, Marketing Político, Comunicación Política, Opinión Pública, Periodismo, Ética de la Información y Derecho de la Información (DI) en Instituciones de Educación Superior (IES) privadas de Oaxaca.