Joven trans muere a causa de la presión social, el acoso y la discriminación

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Por NotieSe

Alan, un joven transgénero de tan sólo 17 años, será recordado por haber sido junto a Tori, de 10 años, una de las primeras personas transgénero y menores de edad en conseguir que dos magistrados en Cataluña, aceptaran su cambio de nombre en el Registro Civil y el Documento Nacional de Identidad (DNI), el cual no correspondía con su identidad de género, aún y cuando la misma Ley de Identidad de Género en España, aprobada en marzo de 2007, contempla que el cambio de datos sólo es permitido a los mayores de edad que cumplan con una serie de requisitos.

Dicho logro ocurrió apenas el mes de diciembre del pasado año, con el apoyo de Chrysallis, asociación que apoya a familias con hijas e hijos trans y busca garantizar el respeto a los derechos de menores así como a una vida libre de discriminación.

Ese mismo mes, el pasado día 25, la misma asociación lanzo un comunicado en el que se anunciaba la muerte de Alan:

“Esta era la primera Navidad que [Alan] vivía de acuerdo a su identidad, la primera en la que celebrar un DNI recién estrenado, la primera en la que habría fiesta en casa desde hacía muchos años pero, trágicamente, ha resultado ser la última. La presión e incomprensión en el ámbito escolar han podido con Alan y esta noche ha decidido dejar de caminar entre nosotrxs.”

Al parecer el joven Alan, pese a haber logrado su cambio identidad siendo menor de edad, el cual parecía iba a cambiar su vida, no pudo con la presión social, el acoso y la discriminación que vivía desde los 14 años de edad en diferentes entornos y terminó cometiendo suicido el pasado jueves 24 de diciembre. De acuerdo a un mensaje que la propia madre del menor envío a la asociación Chrysallis:

“Siento en el alma tener que dar esta terrible y triste noticia. Nuestro hijo Alan se quitó ayer su corta vida de 17 años. No pudo con la presión de la sociedad y nos ha dejado para siempre. Muchas gracias por todo vuestro apoyo recibido.”

Los actos de discriminación se daban de manera más constante en la institución en la que estudiaba y eran propiciados por sus propios compañeros de instituto; provocando que el joven viviera con depresión. Ante este panorama, la familia del joven decidió cambiarlo de escuela con el fin de protegerlo, sin embargo los actos de odio y discriminación hacia él no pararon.

Razón por la cual, su familia, con el apoyo de Chrysallis, había contemplado realizar una reunión con las autoridades del instituto, una vez pasadas las fiestas decembrinas, con el fin de tratar el tema y tomar las medidas necesarias que permitieran parar y prevenir los episodios de acoso.

La lamentable noticia se extendió rápidamente a la plataforma LGBTI de Cataluña, misma que se ha pronunciado ante los sucesos exigiendo “responsabilidades políticas” y recordando a las mismas que la entidad cuenta con la “Ley contra la LGBTIfobia”, también conocida como la ley “11/2014” la cual estipula desde su creación que el estado de Cataluña debe “garantizar los derechos de lesbianas, gais, bisexuales, transgéneros e intersexuales, para erradicar la homofobia, la bifobia y la transfobia” y que por supuesto contempla la eliminación de toda forma de discriminación en los institutos escolares.

Por otro lado, el pasado 27 de diciembre, tras una convocatoria lanzada por Chrysallis, se dieron cita en la Plaza de Saunt Jaume, en Barcelona, un grupo de alrededor de 150 personas, entre las que se encontraban miembros del Observatorio contra la Homofobia y el Frente de Liberación Gay de Cataluña (FAGC). Quienes manifestaron muestras de apoyo a la familia así como de indignación con las autoridades locales, a las cuales acusan de no actuar de acuerdo a la ley.

En la misma manifestación, el presidente de Chrysallis, David Tello, leyó ante los convocados un manifiesto en el que condenó públicamente que las autoridades aún no fueran capaces de garantizar a las personas transgénero una vida libre de discriminación. Y dejo en claro que lo que ocurrió con Alan “no es responsabilidad de una sola persona, sino que cada día, durante años, alguien se ocupó de que supiera que su diversidad no era aceptada.”

Detallo que muchas personas transgénero así como sus familiares, sufren a diario actos de violencia y discriminación por parte de la sociedad así como de las instituciones. Razón por la cual muchos terminan por vivir con una carga emocional que los lleva, como a Alan, a sufrir de depresión e incluso a cometer suicidio (el caso de Alan no es el único en España). David Tello, recalco la urgencia de existan medidas efectivas que eliminen, de una vez por todas, con la transfobia en los institutos escolares.

Con la información de El País, ABC Cataluña, Chrysallis