Por LA JORNADA DE ORIENTE (Fermín Alejandro García)
La presencia del ex gobernador oaxaqueño Diódoro Carrasco Altamirano en Puebla no es nueva, ya que durante la mayor parte del sexenio de Melquiades Morales Flores, mediante su despacho contable ejerció un dominio de muchas de las funciones de la Secretaría de Desarrollo, Control y Evaluación de la Administración Pública (Sedecap), también conocida como Contraloría del estado, siendo esa la época en que entabló amistad con Rafael Moreno Valle Rosas, quien ese entonces era secretario de Finanzas.
Por eso tampoco es nuevo en ejercer en Puebla un control político de mano dura mediante la revisión de cuentas públicas y procesos administrativos, ya que esa fue la tarea que realizó en el periodo de Melquiades Morales.
Ahora, se prepara para tener controlados a alcaldes y ex ediles –de los dos últimos trienios– para que mediante la presión de la aprobación de sus cuentas públicas se les obligue a someterse a los intereses del grupo morenovallista.
Durante el sexenio melquiadista nadie nunca vio a Diódoro Carrasco poner un pie en la Sedecap y en general en las oficinas del Poder Ejecutivo, pero era un secreto a voces que muchos de los funcionarios claves de la secretaría encargada de revisar procesos administrativos y perseguir actos de corrupción gubernamental provenían directamente de un despacho contable que el ex gobernador de Oaxaca tenía en la Ciudad de México.
Entre los funcionarios claves se encontraba Ramón Icazbalceta Carrete, quien era el coordinador de delegados de la Sedecap, y por tanto tenía información de todas las dependencias del Poder Ejecutivo.
Además, se encargaba de ser un enlace entre el gobierno del estado y las empresas constructoras que incursionaban en la ejecución de los proyectos de obra pública de esa época.
Particularmente Icazbalceta se encargó de destensar la relación que había entre la administración de Melquiades Morales Flores y la Cámara Mexicana de Industria de la Construcción, como consecuencia de los enormes atrasos que había en ese tiempo para liquidar los contratos de obra pública.
Otro personaje de relevancia era Daniel Aguirre, un contador originario de Veracruz, quien era el delegado de Sedecap ante la dependencia de mayor poder económico del gobierno estatal: la Secretaría de Finanzas.
Daniel Aguirre era sabido que tenía mucho poder dentro de la Sedecap –que era presidida por Héctor Jiménez y Meneses, actual notario público de Atlixco– por ser uno de los hombres de más confianza de Diódoro Carrasco y por la cercanía que logró con Moreno Valle.
No se sabe bien cómo surgió el acuerdo entre Melquiades Morales Flores y Diódoro Carrasco para que el segundo tuviera el control de Sedecap.
Se intuye que se debe a que Melquiades Morales Flores fue delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PRI en Oaxaca en la época en que estaba concluyendo el gobierno de Carrasco.
Y que Melquiades Morales ha sido un político surgido de las filas de la Confederación Nacional Campesina (CNC) y uno de los líderes más importantes que ha tenido esa organización es Heladio Ramírez, ex gobernador de Oaxaca y mentor político de Carrasco, pues fue quien lo llevó de la mano a ser jefe del Poder Ejecutivo de esa entidad.
Morales Flores fue una figura importante de la CNC nacional y sobre todo cercano a Heladio Ramírez.
Por tanto la actual presencia de Diódoro Carrasco, quien ahora es militante del PAN, es una especie de herencia de las relaciones de Melquiades Morales.