Por La Jornada
No seré cómplice del letargo, la miseria y la marginación que padece Oaxaca. Romperé ese círculo vicioso y seré protagonista de la transformación a un estado diferente, ganador, que exige un cambio a sus gobernantes y revertir las condiciones de rezago en que viven los indígenas, señaló Alejandro Murat Hinojosa.
Ex diputado federal y ex titular de Radio y Televisión Mexiquense, Murat Hinojosa dejó la dirección del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) para competir por la candidatura del PRI a la gubernatura del estado, que se decantó por él con el pacto de unidad suscrito por los aspirantes ante el Comité Ejecutivo Nacional.
Así, en los días recientes los otros priístas que pretendían la candidatura y el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani, le expresaron públicamente su respaldo. Ha sido claro el mensaje de Eviel Pérez Magaña, Mariana Benítez, Samuel Gurrión, Javier Villacaña, Alfonso Gómez Sandoval y de Gutiérrez Candiani: el objetivo que nos une a todos es servir a Oaxaca, y hoy estamos listos para trabajar en ello.
En entrevista con La Jornada, Murat Hinojosa responde una pregunta que se le ha hecho con insistencia después de su nominación: “ningún papel ha jugado ni jugará en mi vida profesional José Murat, y menos en mi campaña. Y de ganar la elección, tampoco lo hará en mi gobierno. Yo asumo mis responsabilidades profesionales y públicas.
“El padre de familia ha cumplido de manera clara y contundente, dándome el regalo más grande, como alguna vez me lo dijo, la educación. Quien asume sus fracasos y éxitos soy yo.
Soy mi propio hombre y mi propio nombre, y así he buscado mi destino y lo hago con entusiasmo, pasión y también con agradecimiento.
También ataja críticas sobre su residencia: Soy oaxaqueño, y no porque lo diga yo, sino porque lo dice la Constitución, para quienes somos hijos de oaxaqueños. Y soy oaxaqueño en todos los aspectos, especialmente en mi corazón y en la mente que me guía, entusiasma y me mueve a servir a mi estado.
Alejandro Murat resalta el apoyo de su esposa, Ivette Morán, en esta nueva etapa: Mi compañera y mi mejor amiga, que ha asumido con entusiasmo, desde la sociedad civil organizada, un compromiso de educación, de servicio, y agradezco a mis hijos, Alexa, Emilia, José Alejandro e Ivette su paciencia y comprensión de que su padre esté hoy al servicio de los ciudadanos de Oaxaca.
–La elección se dará en el contexto de una crisis económica y política del estado –se le comenta.
–Los momentos de crisis deben convertirse en grandes oportunidades. Y eso es lo que veo, una gran oportunidad para sacar adelante a un estado estancado y con sed de justicia social. Demostraré que sí se puede cambiar el destino de Oaxaca.
–¿De qué forma se lograría?
–Nadie puede negar que Oaxaca es un estado rico, pero con una población a veces hasta miserable. Rechazo esta situación y voy a convertir sus ventajas en realidad. Lo primero que haré como gobernador será dar victorias rápidas.
“Dará algunos ejemplos: Oaxaca tiene la plataforma logística más importante de Latinoamérica, pero no puede terminar la carretera al istmo, de 100 kilómetros; es un estado turístico, pero sus ingresos por ese rubro son de sólo mil 800 millones, en contraste con los 70 mil millones de Quintana Roo; es un estado agrícola y la mitad de sus ingresos provienen de esa actividad, pero es 60 por ciento menos productivo que otras entidades con esa vocación. Únicamente tiene 70 por ciento de cobertura de drenaje, agua y luz… Sólo se necesita ocuparse y hacer una realidad diferente para Oaxaca”.
Alejandro Murat Hinojosa, ex titular del Infonavit, ofrece para Oaxaca un gobierno ciudadano y de compromisos, con mecanismos institucionales para medir el trabajo que se realice en favor de la genteFoto Enrique Méndez
–Y los presupuestos cada vez mayores no se reflejan en un cambio –se le comenta.
–El gasto autorizado por el Congreso es superior a 86 mil millones. ¿Y dónde están las grandes obras y proyectos? En 12 años la deuda contratada es de 16 mil millones de pesos, pero no se han utilizado en infraestructura, sino en gasto corriente, y esto se vuelve una carga mayor para la gente de Oaxaca.
–¿Qué pueden esperar los ciudadanos de un nuevo gobierno del PRI, cuando la oferta de cambio de la coalición, en 2006, se esfumó?
–Un gobierno ciudadano y de compromisos, con mecanismos institucionales para medir el trabajo en favor de la gente, el ejercicio de los recursos, a través de comités para que la agenda parta de los ciudadanos y sus necesidades.
“El gobierno funcionará a partir de cuatro segmentos: los grandes proyectos estatales, regionales, municipales y los programas sociales. Esto permitirá detonar las oportunidades de desarrollo, gobernabilidad y satisfacción en las necesidades diarias.
“También se aplicará un tablero de gestión estratégico en tres grandes rubros: superar la línea de pobreza en los municipios más castigados; generar capacidades, salarios y desarrollo para los que están por arriba de la línea de pobreza, y a los que ya tienen vocación productiva, como los del istmo, la costa, los valles o la cuenca del Papaloapan, impulsar el sector energético y de logística.
“Una parte transversal, con programas para los indígenas, de género, salud y educación, donde tenemos que tratar a todos por igual.
En Oaxaca predomina la población indígena, que padece la impunidad y está harta de la corrupción. Quiero impulsar uno de los programas de educación a distancia más sólidos en México y Latinoamérica, que la tecnología de la información sirva también para llevar conocimiento y desarrollo a nuestras comunidades.
–¿Cómo abordar la relación con la sección 22 del magisterio?
–Con apertura total y diálogo. Siempre anteponiendo la capacidad de ponernos de acuerdo para construir y salir fortalecidos.
Estoy convencido de que es en ese diálogo y en esos acuerdos que se beneficiará la sociedad oaxaqueña y se dará satisfacción a las necesidades de los maestros, que también quieren lo mejor para la educación de Oaxaca; así que ahí vamos a sumar, no a restar.
–¿Espera una guerra sucia desde los otros partidos?
–La campaña tiene que ser una oportunidad de elevar el nivel de la contienda. Los candidatos debemos proponer, no degradar, comprometernos con la ciudadanía. Como aspirantes a gobernar, debemos procurar que los electores recuperen la credibilidad en los políticos, para que voten por el mejor, no por el menos malo.
“En las campañas se dicen muchas cosas y a veces se utilizan instrumentos como la guerra sucia, pero insisto: mi propuesta es convencer a los ciudadanos con argumentos, en función de sus necesidades y no distrayéndonos con temas menores sin sustento”.
–¿Habrá una revisión del pasado? El actual gobierno lo ofreció, pero no cumplió.
–Estoy enfocado en ganar la elección, concentrado en la propuesta para convencer a los oaxaqueños.
“Existen los mecanismos institucionales, pero claramente hay una gran oportunidad para consolidarnos y restablecer los tejidos de confianza con la ciudadanía, que es una inquietud generalizada en todo el país.
El gran objetivo es que los oaxaqueños vean en su gobierno a un aliado y facilitador, no a un enemigo.