Por Excelsior
Entre la población mexicana no se observa todavía una extendida preo- cupación por la enfermedad del zika. Si bien se sabe de su existencia y propagación en varios países, no se percibe un temor generalizado de contraer este mal. Se ubica a las mujeres embarazadas como el sector que puede enfrentar un mayor peligro de salud. Se tiende a pensar que la labor de las autoridades de salud es insuficiente para enfrentar el brote y se percibe como principal medida adoptada la difusión de información y medidas preventivas, tal y como se aprecia en la última encuesta telefónica nacional BGC-Excélsior.
La amplia mayoría de la población está enterada de la información dada por las autoridades de salud sobre la situación de la enfermedad del zika (87%). Pese a las noticias que se han estado transmitiendo sobre la propagación internacional de este mal, la mayoría de la población mexicana dista de sentir seriamente amenazada su salud personal por este virus (poco 37%, nada, 25%). De hecho, las opiniones están sumamente divididas sobre la probabilidad de que se extienda mucho el contagio de esta enfermedad. Para 49% es totalmente o bastante probable que se expanda significativamente, en tanto que para 45% esa eventualidad se ve poco o nada factible.
La mayoría considera que el virus del zika se transmite por la picadura de un mosquito. Siete de cada diez lo mencionan. Muy pocos señalan la transmisión sexual. Cerca de 40% refiere que las mujeres embarazadas constituyen el grupo poblacional que enfrenta el mayor peligro por el zika. En mucho menos medida se señala a los niños o a los ancianos. No existe una opinión claramente dominante sobre si es más o menos peligrosa que el dengue o el chikungunya, padecimientos provocados también por la picadura del mismo tipo de mosquito: cuatro de cada diez creen que es más grave y otra proporción parecida cree que es igual que esas enfermedades.
La propagación del zika en América Latina se percibe como resultado, principalmente, de las características del clima de algunos países (41%). En menor medida se coincide con que es producto de la negligencia de las autoridades de salud (22%) o de la insuficiencia de servicios médicos para enfrentar este virus (19%).
La difusión sobre las características de la enfermedad y las medidas para enfrentarla es la acción más percibida de la Secretaría de Salud en torno al zika (24%). Con menor frecuencia se alude a la preparación de medicamentos y vacunas, fumigación en los estados más afectados y limpieza de aguas estancadas, entre otras actividades. La mitad de la población cree que las medidas adoptadas todavía son insuficientes.
De las acciones recomendadas a la población, las que se creen más efectivas para enfrentar el brote del zika son las relativas a la realización de pruebas de laboratorio en caso de sospecha de contagio del virus (suficiente, 77%) y la eliminación de depósitos de agua que puedan ser criaderos de mosquitos (73%). Menos eficacia se percibe en la colocación de mosquiteros en puertas y ventanas, en la utilización de ropa con manga larga y pantalón largo y en el uso de repelentes y pabellones contra mosquitos.