El Papa pide atajar a los “traficantes de muerte”

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Por Excelsior

El papa Francisco llamó a ajustar los sentidos y a abrir los ojos ante las injusticias, y pidió a los mexicanos estar en primera línea para atajar a los “traficantes de la muerte”.

Ante 300 mil personas congregadas en el predio El Caracol, en Ecatepec, Estado de México, el obispo de Roma invitó “a primerear en todas las iniciativas que ayuden a hacer de esta bendita tierra mexicana una tierra de oportunidad. Donde no haya necesidad de emigrar para soñar.

“Donde no haya necesidad de hacer de la desesperación y la pobreza de muchos el oportunismo de unos pocos. Una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en las manos de los traficantes de la muerte”, expuso.

Francisco, quien sobrevoló ayer las pirámides de Teotihuacán en su trayecto de la Ciudad de México a territorio mexiquense, señaló que “un cristiano no puede menos que demostrar su solidaridad (..) para solucionar la situación de aquellos a quienes aún no ha llegado el pan de la cultura o la oportunidad de un trabajo honorable (…) no puede quedar insensible”.

De la misma manera, llamó a erradicar la riqueza, la vanidad y el orgullo, porque son tres tentaciones que buscan la degradación de las personas.

Posteriormente, en la Ciudad de México, el Pontífice recibió fuera de agenda a un grupo de seis jesuitas mexicanos, encabezado por José Francisco Magaña Aviña.

Clama por acabar con la migración

El Papa dijo que México debe ser una “tierra de oportunidad donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar… Una tierra que no tenga que llorar a hombres, mujeres, jóvenes y niños que terminaron destruidos en las manos de los traficantes de la muerte”.

El papa Francisco convocó a no seguir en una sociedad de unos pocos para unos pocos, que ha generado problemas de migración, pobreza y crimen.

“Quiero invitarlos nuevamente a estar en primera línea, a primerear en todas las iniciativas que ayuden a hacer de esta bendita tierra mexicana, una tierra de oportunidad, donde no haya oportunidad de emigrar para soñar, donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar”.

Bajo un sol ardiente, en Ecatepec, —el municipio más poblado del país y con problemas de inseguridad— pidió estar en primera línea en todas las iniciativas que convertirán a México en una tierra de oportunidad.

“Una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres a jóvenes y niños que terminaron destruidos en las manos de los traficantes de la muerte”.

Ante miles de fieles que pasaron hasta 24 horas a la intemperie soportando temperaturas de hasta cero grados hasta 27 grados centígrados, Francisco lamentó que el comportamiento del hombre crea “una sociedad de pocos y para pocos”.

Ello debido a que dijo que no es fácil evitar la seducción del “dinero, la fama y el poder”, pero pidió optar por Jesús, por lo que los exhortó a reflexionar en este tiempo de Cuaresma.

Ante más de 320 mil feligreses que se congregaron en El Caracol de 45 hectáreas instó a “abrir los ojos frente a tantas injusticias”. Expuso también que se debe ser solidario y no insensible.

Acompañado de obispos y cardenales, en un presbiterio de 60 metros de ancho, aseguró que México es una tierra de oportunidades, “una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en las manos de los traficantes de la muerte”.

Previo a la misa multitudinaria, en Ecatepec, el Sumo Pontífice arribó al filo de las 10:40 de la mañana al predio El Ballisco, en donde fue recibido por el gobernador de la entidad Eruviel Ávila Villegas, luego de haber sobrevolado por la zona arqueológica de Teotihuacán.

Al Papa le fue entregado un árbol de la vida, en el que, por un lado, se plasma la Virgen de Guadalupe y por el otro la imagen de la Piedad, hecho en barro, escultura realizada por artesanos mexiquenses.

Asimismo, el mandatario mexiquense atestiguó el nombramiento de visitante distinguido que realizó el presidente municipal, Indalecio Ríos, quien además le entregó las llaves de la ciudad hechas en bronce, con una longitud de 23 centímetros, grabadas con los escudos de armas del Estado de México y Ecatepec.

El Ejecutivo estatal también le entregó al representante de la Iglesia católica un Árbol de la Vida en miniatura.

Tentaciones

Durante la misa, el papa Francisco pidió no dejarse seducir por el dinero, la fama y el poder, ni vivir “a base del sudor del otro, o hasta de su propia vida”. Frente a más de 300 mil personas enfatizó que las tentaciones como estas llevan a un círculo de destrucción y de pecado.

Revestido del hábito morado por el tiempo cuaresmal, por un momento el líder de la Iglesia católica detuvo la lectura de su sermón para improvisar, como lo hizo con los obispos en la Catedral, y pedir a los fieles evitar las tentaciones del cristianismo que intentan arruinar la verdad a la que han sido llamados.

“Metámoslo en la cabeza, con el demonio no se dialoga, no se puede dialogar porque nos va a ganar siempre, solamente la fuerza de la palabra de Dios lo puede derrotar”, enfatizó.

Ecatepec es un municipio del Estado de México que destaca por sus altos índices de pobreza y violencia, sobre todo contra mujeres. En este contexto, Jorge Mario Bergoglio recordó que la Cuaresma “es tiempo para ajustar los sentidos, abrir los ojos frente a tantas injusticias que atentan directamente contra el sueño y proyecto de Dios”.

Advirtió además sobre tres tentaciones que rompen y dividen la imagen que Dios ha querido plasmar: la riqueza, la vanidad y el orgullo.

“La riqueza, adueñándonos de bienes que han sido dados para todos y utilizándolos tan sólo para mí o para los míos. Es tener el pan a base del sudor del otro, o hasta de su propia vida. Esa riqueza que es el pan con sabor de dolor, amargura, a sufrimiento. En una familia o en una sociedad es el pan que se da de comer a los propios hijos”, explicó.

De la segunda de las “tentaciones de Cristo”, la vanidad, condenó la búsqueda del prestigio con base a la descalificación continua y constante de las personas diferentes, “la búsqueda exacerbada de esos cinco minutos de fama que no perdona la fama de los demás, haciendo leña del árbol caído”.

La tercer tentación, “el orgullo, o sea, ponerse en un plano de superioridad del tipo que fuese, sintiendo que no comparte la común vida de los mortales, y que reza todos los días: gracias Señor porque no me has hecho como ellos”.

Francisco cuestionó: “¿hasta dónde nos hemos habituado a un estilo de vida que piensa que en la riqueza, en la vanidad y el orgullo está la fuente y la fuerza de la vida?” Luego exhortó a la conversión personal, pues apuntó que el nombre de Dios también refiere a misericordia, que es la verdadera riqueza y fama.

Fueron a pedirle a Dios un milagro

A Irma Rosa no le importó estar por más de 30 horas expuesta a las inclemencias del tiempo —primero frío de cero grados y después calor de 27 grados—, para poder escuchar y ver al papa Francisco.

Ella, como las 320 mil personas que asistieron a la misa, acudió al predio El Caracol, en este municipio para pedirle a Dios por un milagro y, ¿porque no?, al Papa.

Ella, al igual que Juanito, quien tiene un tumor en la cabeza, sabía que no habría sillas en donde sentarse, pero ataviada con una cobija y una chamarra decidió hacer frente al frío que ya se había alertado podría llegar a los cero grados centígrados.

Sentados en el suelo, algunos más acostados sobre gravilla, mas de 300 mil personas pasaron a la intemperie la noche en el predio descampado, pues sólo de frente se tenía el presbiterio donde oficiaría la misa Jorge Mario Bergoglio.

Aunque fueron largas horas de espera. los cánticos a la Virgen Guadalupe, cuya imagen se encontraba en el altar, la mantenía contenta y con fe, según comentó doña Ana, de 70 años de edad, quien afirmó que quería ir a la zona para conocer al Papa, tal vez el último Sumo Pontífice que pudiera ver.

En las calles la situación era similar, más 25 mil voluntarios se dieron cita a lo largo de los 8.8 kilómetros de camino que recorrería el papa Francisco. Ello para calentarse bailaron y ensayaron las canciones que afirmaban le cantarían a su paso, pero muchos de ellos al paso de Su Santidad las olvidaron por la emoción de ver pasar a Francisco.

Al amanecer, tanto en el predio como en las vallas, las porras de “Francisco hermano ya eres mexicano” o “Corazón grande, corazón chico, bienvenido papa Francisco” empezaron a calentarse para dar la bienvenida al Sumo Pontífice.

Aunque por horas practicaron la ola, una vez que vieron a Su Santidad, la algarabia de que arribó al filo de las 11:30 horas, hizo que se olvidara y sólo trataran de acercarse y poder tomarle una fotografía.

El momento más emotivo fue cuando Francisco dijo la homilía, en la que afirmó que es tiempo de reflexionar y acabar con una sociedad que es de unos pocos y para unos pocos.

Ello detonó el llanto de miles de feligreses, entre ellos Irma Rosa, quien afirma que el tan sólo escuchar al Santo Padre alivió su alma.

“Primerear”

El papa Francisco empleó este término en su mensaje en Ecatepec. Austen Ivereigh explica su significado en su libro El gran reformador, Francisco, retrato de un papa radical.

A lo largo de toda la vida, Bergoglio ha insistido en este atributo de Dios, que toma la iniciativa, que sale a nuestro encuentro y nos sorprende con su perdón,

En 2010, cuando era cardenal, dijo “Dios te primerea”. Primerear es un término de jerga porteña, un lunfardismo (lunfardo es la jerga de delincuentes que se desarrolló principalmente en Buenos Aires a finales del siglo XIX) que significa anticiparse o también adelantarse.

En una conversación con periodistas durante el vuelo de regreso desde Río de Janeiro en julio de 2013, Francisco explica la parábola del Hijo Pródigo, en donde el padre sale al encuentro de su hijo. No se limitó a esperarlo. Eso es misericordia. Este es un atributo de Dios, que toma la iniciativa, que sale a nuestro encuentro.

En alusión a Dios, se trata de un “bergoglismo” que provoca la sonrisa, pues te imaginas a alguien adelantándote, arrebatándote descaradamente el lugar que creías que era tuyo, dice Austen Ivereigh en la página 32 de su libro El gran reformador, Francisco, retrato de un Papa radical.

“Con boleto en mano, no entramos”

Imágenes de júbilo y alegría vivieron los asistentes al recorrido papal que realizó ayer Francisco por las calles de este municipio mexiquense.Sin embargo, muchas personas quedaron decepcionadas al no poder ingresar a la misa que se ofició casi al mediodía.

Y es que cientos de fieles fueron llegando desde una noche antes del arribo del líder religioso, donde varios camiones ya se estacionaban sobre avenida Central y los peregrinos tuvieron que caminar hasta cinco kilómetros para acercarse al lugar donde se llevaría a cabo la celebración religiosa.

La nave que abordaba el Sumo Pontífice aterrizó en el helipuerto de Ballisco, un predio en el que comúnmente se monta un tianguis de autos seminuevos.

Al amanecer, la gente se encontraba emocionada utilizando banderines de México y el Vaticano; grupos musicales se organizaron para interpretar canciones de bienvenida para el Papa.

Helicópteros de la Fuerza Aérea sobrevolaron el terreno baldío que fue habilitado para la misa, dentro de la Unidad de Estudios Superiores de Ecatepec.

Policías locales, estatales y federales, así como soldados del Ejército resguardaron las inmediaciones de la sede, principalmente sobre las avenidas Insurgentes, Simón Bolívar y Circuito Exterior Mexiquense.

Hasta la noche de ayer, el saldo fue reportado como blanco.

Desde muy temprano, los asistentes ya estaban agolpados en las vallas metálicas para ver pasar al papa Francisco frente al fraccionamiento Las Américas. Excélsior encontró a la familia Moreno que vino desde Texas, en Estados Unidos, con la esperanza de recibir aunque sea una mirada de Francisco.

La señora María del Pilar Moreno dijo que “yo vengo por un propósito, vengo a ver qué espero del Papa, qué bendición nos da porque allá también hay bastante violencia”, señaló conmovida.

Se sintieron frustrados al ver que los boletos que consiguieron, no sirvieron de mucho en ese momento. “Incluso batallamos para conseguirlos pero sí nos los regalaron, pero nos llevaron para atrás y para adelante y no nos dejaron pasar, no sirvieron porque nos trajeron caminando millas y millas, caminamos bastante y no nos dejaron pasar, y ni modo, a ver si lo miramos pasar”, dijo resignada.

También hubo ambulancias y servicios médicos pendientes para cualquier incidente, y había voluntarios uniformados con chalecos rojos, quienes dedicaron el tiempo a orientar a los visitantes y atender casos de personas extraviadas, como Daniel: “tenemos que estar atentos aquí, ver a la gente sospechosa y estar en comunicación con la gente de la policía y seguridad”, explicó.

Hasta aquí llegó un grupo de jóvenes perteneciente a la parroquia de San Rafael Arcángel de la diócesis de Ecatepec. Su labor está enfocada sólo en ayudar al prójimo, y el cansancio de estar aquí, tiene sus recompensas, según cuenta Jonathan Carrillo.

“Pues ver la satisfacción de los demás por el servicio que tú das y los frutos que obtienen de ti y queda la satisfacción de un bien por los demás, estamos desmañanados, desvelados y sin comer, pero va a valer la pena, estoy seguro”.