Columna Fogonero: La UABJO, el lugar en el que todos seguiremos perdiendo

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Por Rodrigo Islas Brito

La UABJO está en guerra, que novedad. La UABJO ha vivido en esa guerra que ha taladrado sus cuatros costados desde que el mundo es mundo. Hoy una escuela de 440 alumnos como la Escuela de Ciencias, que hasta hace unos meses nadie pelaba y nada significaba para los cálculos gangsteriles que hacia el interior se manejan, se ha convertido hoy en la piedra de lanza de una pugna entre dos facciones que a su vez están fragmentadas en otras cuatrocientas facciones pero que por meros intereses mercantiles han tenido a bien unirse.

Las posibilidades de Eduardo Martínez Helmes por tener carrera política después de ser rector de la UABJO está dando más traspiés que un gato de tres patas, en el que ya no se sabe cuándo empezó a caer pero si sabe por dónde. Por la imposición de su padre Abraham Martínez Alavés , ex rector hoy jubilado y que desde que su hijo comenzó en la rectoría , empezó al día siguiente a ofertarse como el verdadero poder detrás del poder, incluso por encima de las decisiones de su retoño , quien tuvo que llegar al punto de mostrar musculo para que su progenitor no barriera también con él.

Hoy sus enemigos se lo han cobrado evidenciando a su hermano  Abraham Martínez Helmes, encargado de Redes universitarias, como responsable de traficar calificaciones, pasar alumnos reprobados y borrar del sistema a otros que representaran un peligro para los intereses rectores.

Situación de la que se sabe que acontece desde hace muchos años en la UABJO, donde matriculas completas de alumnos han desaparecido de los anales de los registros, ya sea porque le cayeron gordos a un maestro con influencias, o porque se pelearon con quien no debían, o porque no se agacharon y se mocharon con una lana cuando debían hacerlo.

Con historias de maestros amenazados por mafias armadas para pasar alumnos que no se presentaron en el aula por todo un semestre, con recuerdos de alumnas acosadas sexualmente por maestros asesores de tesis con los que al final no tuvieron de otra que terminar cediendo.

Pero hoy, con las elecciones a rectoría anunciadas para mayo, hasta los que también hicieron uso de esas prácticas, denuncian a Helmes como la podredumbre encarnada, blandiendo la lanza de la lucha contra la injusticia. En realidad al final, lo único que quieren, Amilcar Sosa, la STAUO y los que están con él, es poder y quitarle la rectoría la grupo contrario, y lo único que también quiere Martínez Helmes, su sindicato SUMA y los que están con él, es mantener como se pueda ese mismo poder y la rectoría, así sea sujetándolo todo como un gato bocarriba.

Todos van al todo o nada. Si la gente de rector Martínez Helmes que mantiene tomada la Escuela de Ciencias pedían la cabeza del director Raúl Contreras, hoy la gente de Contreras y por añadidura de Amilcar Sosa piden la cabeza del Rector. No hay terreno para echarse atrás, pero si para tomar vuelo.

Hoy el bando Helmes cuenta con el voto de 18 directores y facultades de la UABJO, en tanto que el bando Helmes va por los doce, con la paridad entre las fuerzas y en el consejo universitario peleándose todos los días.

Existiendo un montón de gente que se ha alineado en torno a Amilcar, quien claramente va personalmente por la rectoría, quienes tienen su vez sus propios grupos de interés y recolección, los cuales pedirán su parte si es que su bando logra doblar al otro, lo mismo con el bando Helmes.

Presagiándose que el bando que quede de pie a su vez se fracturara en su momento en otras tantas facciones con todos haciéndose la guerra, tomando las escuelas, adoctrinando a los alumnos en la lógica de la transa y la extorsión y en el uso de la fuerza como único sinónimo de prevalencia

Queriendo llevar siempre agua para su propio molino de corrupción. Con todas y todos más que dispuestos a eternizar estructuras caníbales que llevan décadas de chupar un presupuesto federal universitario, que llega a ser más cuantioso de lo que se le llega a asignar a una ciudad completa como Oaxaca de Juárez.

Han sido generaciones completas de oaxaqueños que económicamente no han tenido de otra que entrar y egresar a una universidad donde la práctica de la toma, del agandalle y del moche público que se finge en lo obscurito son prácticas sagradas de evangelio orgánico. Con la idea de que este mundo es definitoriamente clientelar y en donde por fuerza sólo el que tenga más porros gana. La UABJO es hoy, ha sido y seguirá siendo un redil perdido, un corralito de la no ilusión.

La Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca es pues ya una causa perdida, con el actual ciclo escolar definido ya por el síndrome de la patética simulación, fiel representación de la cultura destructora del Estado al que representa.

Aquí gane quien gane, todos seguiremos perdiendo.