Son mexicanos, son campeones del #Robotchallenge y van por más medallas

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Por Animal Político

“Nada es imposible”, afirma Luis Cortés, de 22 años, uno de los nueve estudiantes mexicanos que ganaron el Robotchallenge 2016, el campeonato de robótica más importante en el mundo, realizado en Austria, Viena. Su sentencia no es retórica: los robots que diseñaron superaron a dos mil competidores de 56 países.

Estudian los últimos semestres de las ingenierías de mecatrónica y electrónica en el Tecnológico Nacional de México, campus Poza Rica, y forman parte del club de mini robótica, en el que participan 200 alumnos interesados en crear y trabajar en equipo.

Comparar nuestro trabajo a nivel mundial, con las potencias que dicen ser los mejores del mundo y ganarles, es muy gratificante

Son jóvenes de entre 21 y 23 años que salieron del país por primera vez y lo hicieron para representar a México ante los mejores del mundo. “Es un orgullo para nuestro país, para nuestras familias”, dice Jonathan Salcedo, de 20 años.

“Comparar nuestro trabajo a nivel mundial, con las potencias que dicen ser los mejores del mundo y ganarles, es muy gratificante. Es saber que nuestro trabajo es validado”, sentencia el joven, aficionado a la programación informática.

Compitieron contra estudiantes y profesionales de la robótica de Inglaterra, China, Turquía, Italia, España, Francia, Polonia y de México, provenientes de la Universidad Tecnológica de Chihuahua, el Tecnológico de Cuautla, la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas y la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica del IPN.

Alexis Hernández, Jonathan Salcedo, Israel Ortiz, Isaac Juárez, Ángel de la Cruz, Luis Cortés, Cristóbal Calva, Eduardo Bracho y Cristian Vázquez superaron también a los representantes de iRobot, la empresa creadora del robot limpiador de casas y robots utilizados para la milicia.

Con el robot XF-11, los mexicanos ganaron el primer lugar en las categoría Seguidor de línea avanzado. Su prototipo fue el más rápido en recorrer un circuito con obstáculos. Consiguieron otra medalla de oro en la categoría Microsumo con el prototipo TOM. Se trata de dos pequeños aditamentos que asemejan la lucha de sumo.

Todo lo que vemos en clase lo aplicamos

En la categoría Humanoides, consiguieron medallas de plata y bronce, con los robots Mayk y El Chavo. Se trata de robots de unos 30 centímetros que hacen movimientos con los brazos y piernas; se agachan y flexionan las extremidades gracias a la programación a través de algoritmos y los sensores diseñados por los jóvenes.

Los estudiantes trabajaron durante ocho meses en cada prototipo, aplicando los conocimientos de mecánica, programación, robótica, física y formando equipos multidisciplinarios.

“La parte académica nos ayuda porque todo lo que vemos en clase lo aplicamos y nuestros mismos compañeros, que han participado previamente en otras competencias, nos motivan. También nosotros aceptamos a compañeros de segundo semestre para que sean la nueva generación”, comenta Ángel de la Cruz.

No importa de dónde vengas, si decides una meta, la puedes lograr

La transmisión de conocimiento y los incentivos, efectivamente están pasando de generación. Jorge Domínguez participó en los concursos internacionales durante 2010 y regresó a su escuela para asesorar a los jóvenes porque la robótica le apasiona y sigue emocionándose con las competencias. “Me gusta lo que hago, por eso no es trabajo”, dice.

Para Luis, esta competencia muestra que nada es inalcanzable. Él ya ha superado otros retos. En la preparatoria estudió la especialidad de laboratorio clínico, y estaba en desventaja en el conocimiento de materias físico matemáticas al iniciar la carrera. “Cuesta mucho trabajo adaptarse, pero no es imposible. De hecho ahora tengo becas de apoyo. Nada es imposible, no importa de dónde vengas, si decides una meta, la puedes lograr”.

Los jóvenes conceden la entrevista pocas horas después de aterrizar de Viena; han dormido poco y sólo sonríen cuando reciben felicitaciones y elogios por su proeza. Dejaron la timidez sólo hasta que mostraron el funcionamiento de sus robots. “No les ha caído el veinte de lo que lograron”, dice Jorge.

Regresarán a Poza Rica, pero el próximo mes viajarán nuevamente a Brasil, Ecuador y Colombia para participar en más competencias. Confían en que sus robots conseguirán más medallas.