DETRÁS DE LA NOTICIA: Benjamín se apodera del PT; caro paga hacerlo candidato

0
282

Por Alfredo Martínez de Aguilar 

Ni duda cabe que el actual proceso electoral local es totalmente inédito. Y lo es por las renuncias de distinguidos militantes de las dos coaliciones que disputan la gobernación de Oaxaca.

Es el caso, inicialmente de José Antonio Estefan Garfias al Partido Revolucionario Institucional y, posteriormente, de Ángel Benjamín Robles Montoya al Partido de la Revolución Democrática.

Ambos con un claro y definido proyecto político-electoral aparecerían, después como candidatos de los Partidos de Acción Nacional y de la Revolución Democrática, y del Trabajo, respectivamente.

A pesar de este denominador común hay, sin embargo, una diferencia sustancial en ambas renuncias. La renuncia de Pepetoño no logró dinamitar al PRI como sí lo hizo la salida de Benjamín al PRD.

Es de resaltar, empero, que contra todos los pronósticos Pepetoño amarró previamente el triunfo como candidato a diputado federal por el V Distrito, Tehuantepec, con el apoyo soterrado de los propios priistas.

El triunfo de Pepetoño debe ser, a querer o no, guste o no, una severa lección y llamada de atención a los dirigentes nacionales y estatales del PRI, en virtud que ganó por la pésima selección de la candidata.

Es innegable que Sofía Castro Ríos era un importante activo de la vieja clase política. Pero al igual que a muchos priistas de viejo cuño le perdió la soberbia y la corrupción. Ha lastimado innecesariamente a muchos oaxaqueños.

Para nadie es desconocido que el liderazgo de Sofía se ha cimentado en su fuerte carácter y lenguaje soez. Estilo silvestre que choca con medio mundo. Es mujer de armas tomar. En su bolsa porta pistola y sabe utilizarla.

La ruptura de la coalición PAN-PRD por el Partido del Trabajo fue, sin embargo, el primer gran revés a la coalición Con Rumbo y Estabilidad por Oaxaca (CREO) seguida de la renuncia de Benjamín Robles al PRD.

El segundo gran descontón callejero a la coalición PAN-PRD fue la sorpresiva, por inesperada, postulación de Benjamín como candidato del Partido del Trabajo, previa negociación del más alto nivel con su líder nacional Alberto Anaya.

Mucha culpa tuvieron los dirigentes de las tribus que tomaron por asalto la dirigencia estatal del Partido del Sol Azteca al avasallar al PT en la postulación de candidatos a diputados locales y presidentes municipales.

Con visión y sensibilidad, el comisionado político nacional en Oaxaca, Rafael Arellanes Caballero, tuvo una buena lectura de los escenarios políticos futuros y se adelantó oportunamente a los acontecimientos.

Con el indiscutible apoyo del dirigente nacional Alberto Anaya Gutiérrez, quien envió a Óscar González Yánez como comisionado nacional electoral, Rafael, se dedicó analizar los perfiles de los posibles candidatos a diputados y alcaldes.

Dada su amplia experiencia político-electoral Alberto Anaya, Óscar González y Rafael Arellanes desde el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, bajo cuyos auspicios surgió el PT, quizá cometieron un grave error.

Seguramente los tres dirigentes nacionales y estatal del Partido del Trabajo, respectivamente, sabían que era un riesgo calculado muy alto postular a Benjamín Robles como su candidato a la gobernación de Oaxaca.

No obstante esta previsión, más temprano que tarde han empezado a confirmar que la desmedida ambición, de Benjamín Robles, sin llenadera alguna, es una obsesión patológica que no respeta acuerdos.

El senador perredista con licencia es una fiera herida sumamente peligrosa por su insaciable sed de venganza contra el gobernador Gabino Cué Monteagudo y quien le arrebató la candidatura a gobernador, Pepetoño Estefan Garfias.

En su momento, no a toro pasado, sostuvimos que Benjamín Robles no sería candidato a gobernador del PRD. Insistentemente reiteramos que el gobernador Gabino Cué no perdonaría jamás su traición y no le permitiría ser candidato.

Aun cuando desde ahora podemos adelantar que Benjamín Robles, tampoco ganará la gobernación de Oaxaca, nada mejor que apoderarse del Partido del Trabajo para intentar consumar su sed de venganza contra Gabino y Pepetoño.

Es innegable que Robles Montoya saboteará al Partido de la Revolución Democrática, en virtud que sigue siendo senador de la República y por ende a la coalición Con Rumbo y Estabilidad por Oaxaca (CREO) con el PAN.

A pesar de su genial perversidad y carretadas de dinero de origen desconocido, el Ángel Exterminador del PRD tiene una mala lectura al intentar apoderarse del Partido del Trabajo con sentido patrimonialista.

Robles Montoya pasa por alto que el líder nacional del PT, Alberto Anaya Gutiérrez, es mucho más mañoso que él, además que cuenta con el indiscutible apoyo del presidente Enrique Peña Nieto y en consecuencia del Estado mexicano.

Prueba de ello, los magistrados del Tribunal Electoral Poder Judicial de la Federación (TEPJF) operaron eficazmente para que el Partido del Trabajo recuperara su registro como instituto político nacional, toda vez que es útil al PRI.

Por si lo olvidó es importante recordar a Benjamín que tuvo muchos problemas en Michoacán al final del gobierno del priista Víctor Manuel Tinoco Rubí al que invitó a trabajar a Gabino Cué, porque al igual que ahora, se le pasó la mano.

Obsesionado ya desde entonces por el poder, Benjamín llevó muy lejos su ambición al espiar y grabar las conversaciones del propio gobernador Tinoco Rubí, quien al ser informado y comprobar su deslealtad lo cesó indignado.

Así que la historia de traiciones de Ángel Benjamín Robles Montoya que vemos en Oaxaca es ya una película vista antes por los michoacanos de 1996 al 2002. Cualquier parecido con la realidad oaxaqueña es mera coincidencia con la michoacana.