Por Rodrigo Islas Brito
Enrique Peña Nieto, presidente de México acudió ayer al foro mundial sobre las drogas de la Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU) para decir que en este país se avecina ya un uso medicinal legal de la mariguana y de repente a todo el mundo parece empezar a dolerle hasta las rodillas.
Ante el escenario fracasado de una guerra contra las drogas que ya prácticamente abarca tres sexenios presidenciales, Peña Nieto, según medidas de organizaciones internacionales, uno de los mandatarios más impopulares de Latinoamérica, explicó en este foro internacional que el gobierno mexicano cambiara el paradigma .
El presidente, quien según imágenes del noticiero nocturno de Televisa expuso que la criminalización del uso de la mariguana ha sido hasta ahora una política fracasada mundial que ha dejado en el que miles de personas han terminado en prisión por fumarse unos cuantos gramos.
“Sobre todo, se trata de definir mejores soluciones, desde una perspectiva de Derechos Humanos, prevención y salud pública, que ponga en el centro el bienestar de las personas”.
“Se debe asegurar la disponibilidad y un mejor acceso de las sustancias controladas para fines médicos y científicos; evitando al mismo tiempo, su desviación, uso indebido y tráfico”.
Fueron solo dos de las diatribas argumentadas por Peña, situación que, salvo que llegue el momento que estos comentarios se reflejen en las leyes mexicanas, que aún siguen tipificando la portación de la ancestral hierba como un delito, prácticamente marca el aval del actual gobierno mexicano al uso legal de la mariguana en México.
Esto ya se veía venir desde hace un rato, desde que la Suprema Corte de Justicia amparó a cuatro profesionistas de alto alcance económico para cultivar mariguana en sus casas. Sin que nadie lo pidiera, sin marchas en las calles exigiendo la legalización de la mariguana, la máxima instancia de justicia del país, arrojó a la palestra del debate público la legalización de la planta vaciladora.
“Yo era un activista de la mariguana legal, después de un tiempo me retire. Lo hice cuando me di cuenta de que íbamos a ganar”.
Refiere el escritor y ensayista Fernando Lobo en el artículo del 2015 “Guarden sus cocos. “En la cultura de la marihuana legal hay un asunto turbio”, del periodista chilango oaxaqueño Renato Galicia Miguel.
Galicia y Lobo argumentaban aquí que ese cariz turbio provenía de una vinculación de una entonces hipotética mariguana legal, con el neoliberalismo salvaje impulsado por George Soros, inversionista especulador en Wall Street.
“Es uno de los personajes que financiaban en América Latina las movilizaciones sobre la legalización de la marihuana en Davos, Suiza, durante la cumbre de los grandes capitalistas, aquellos que ahorcaban y ahorcan a los países con recortes presupuestales y la acción del Fondo Monetario Internacional (FMI)”.
Argumentaba Lobo a Galicia, refiriéndose después a que la intención del gran capital legal y especulativo, apuntaría ya a abrir ese gran mercado que sería el de la marihuana.
“En unos cuantos años podríamos enfrentar una industrialización de la marihuana enorme e imbatible”.
Visionaba Lobo, ajeno a que esos “cuanto años” serian en realidad el año siguiente.
“Es muy probable que el empuje de la despenalización venga de esos mismos núcleos sociales que algún día provocaron la prohibición de la marihuana, y que sea impuesta al mundo, también, con los mismos formatos, protocolos y relaciones diplomáticas enormes y veloces, y sin explicación: vamos a salir de la prohibición tan en la pendeja como entramos”.
Decía el ensayista, asegurando que no importa cómo venga la legalización, pero definitivamente es básico analizar hasta las últimas aristas del tema.
“Hay que hablar de las cuestiones de salud, hábito, consumo y deseo, que es fundamental; pero desde la perspectiva del consumidor informado, pensante. Hay que voltear los ojos a esos sujetos extraños que somos los consumidores: que nos pregunten, porque así las cosas serían mucho más claras”.
“En la actualidad, cualquiera puede charlatanear con mucha facilidad, hablar de drogas como un experto, y los mariguanos, quienes somos los que tenemos una idea más o menos remota de lo que ocurre, nos tenemos que callar la boca”.
Hoy los mariguanos, quienes todavía no sienten que la cosa este tan legal como para empezar a dar abiertamente ya su nombre, han empezado a hablar ya sobre el tema.
“Lo que me caga es que ahorita la mota se va a ir a las nubes. En algunos lados ya te quieren vender una cosa a la que llaman mariguana hidropónica, en paquetitos mínimos y a precios como si fuera cocaína”.
Señala un mariguano a la vieja usanza al que llamaremos Juan Nava, asegurando que con esta posible legalización en ciernes, su toque de cada mañana le va a salir en un ojo de la cara.
“Y luego lees a columnistas besa culos diciendo que esto es ejemplo de cómo Peña Nieto escucha la sociedad, ¡¿Cuál?! Si esto de volverla legal lo sacó el mismo gobierno, quien ya se dio cuenta de que más vale entrarle ya abiertamente al negocio que seguirlo dizque combatiendo”.
Vale la pena apuntar que con los tentáculos del enorme y nutrido escenario de grupos delincuenciales que se dedican al crimen organizado en México, difícilmente esta posible legalización de la yerba para las reumas se traducirá en una disminución del nivel de violencia y sangre que permea al país.
Sobre todo si se toma en cuenta que estos grupos delincuenciales no solo se dedican al trasiego de drogas, sino a actividades depredadoras como la extorsión, la trata de personas, el secuestro, el robo, y las que vayan surgiendo.
“Claro que no se va acabar el narco con la legalización, ni los muertos, ni los desaparecidos”.
Responde Nava, aduciendo que lo único que se ve que va a pasar es que habrá dealers subrepticios que seguirán vendiendo mota, pero de una calidad pésima.
“Lo único que se va a abaratar es el consumo, pero no el precio. Ahorita ya debe de haber empresarios con muchas relaciones y marcas transnacionales buscando como le van a entrar al negocio”.
A este respecto, el periodista Julio Hernández refiere en su espacio Astillero de Facebook que el expresidente Vicente Fox se apresta ya a consolidarse como el gran empresario de la mariguana que México estaba esperando.
“No se sabe si con socios antaño liberados y ahora en vías de extradición. Calderón busca regresar al poder por la vía conyugal, con la propuesta alternativa, dizque independiente, de quien le apoyó acríticamente a lo largo de un sexenio de sangre y corrupción”.
Hernández considera además que hoy el presidente Enrique Peña Nieto está a la espera de las precisiones indicativas de quienes manejan el gran negocio internacional, “con variantes que no implicarán la supresión de la militarización y la represión (sobre todo la social), sino simples cambios en las fórmulas de mercadeo”.
“Pues claro” reformula Rufino quien recuerda que hace unos días leyó un estado de Facebook de un periodista que el admira, Temoris Grecko, en el que gritaba que iba a cortar relación y a dejar de hablarle a sus amigos que compran drogas provenientes de los carteles que están asesinando a este país y a los mexicanos.
“Yo entiendo esa postura, pero me parece una pérdida de tiempo. Porque es como esa película, Traffic, donde al final el personaje de Michael Douglas, con una hija adolescente drogadicta, dice que no puede aceptar el cargo de zar antidrogas porque sería tanto como ponerse a combatir a su propia familia”.
“La legalización ya es inevitable. Pero es como lo de está mota hidropónica súper ponedora a precios de cocaína. Si te legalizan una droga, pues al rato te van a crear una droga todavía más fuerte. Es la ley del mercado”.