Por NotieSe
A seis meses de haberse realizado el primer trasplante de hígado del mundo entre dos portadores del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), cirujanos suizos de los Hospitales Universitarios de Ginebra (HUG) indicaron que tras medio año de observación, la persona receptora del órgano no mostró rechazo del órgano ni hubo pérdida del control de virus en el receptor.
En un artículo publicado en la revista American Journal of Transplantation, los médicos suizos compartieron su experiencia señalaron que esta experiencia abre perspectivas inéditas a las personas que viven con el VIH ya que supone que los portadores del VIH pueden declararse posibles donantes de órganos y, por otra parte, los que están a la espera de un trasplante, tienen mejores perspectivas de ser operados.
De acuerdo con los médicos, la ley suiza sobre los donantes de órganos autoriza desde 2007 el trasplante de órganos entre donantes y receptores seropositivos, pero han tenido que pasar ocho años para que realice la primera operación; sin embargo, “hay dos razones: por una parte, el desconocimiento por parte de médicos y pacientes seropositivos de esta disposición de la ley y, por otra parte, el problema de compatibilidad necesario entre donante y receptor”, argumentó a Nicolás de Saussure, portavoz de los HUG.
En este caso, el donante era un hombre de 75 años, fallecido tras una hemorragia cerebral. Era seropositivo desde 1989 y había autorizado la donación de sus órganos. El receptor fue diagnosticado seropositivo en 1987 y fue informado antes de la operación de los posibles riesgos adicionales, riesgos que él aceptó, pues figuraba en la lista de espera desde hacía dos años y medio.
El trasplante fue realizado por un equipo compuesto por Alexandra Valmy, responsable de la unidad VIH, Thierry Berne, médico jefe del servicio de trasplantes, Christian van Mendel, responsable de la unidad de infectología de trasplantes, y Emiliano Giostra, especialista en enfermedades del hígado.
Experiencias similares
Una operación idéntica fue efectuada en Estados Unidos el 15 de marzo pasado en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, el hígado pertenecía a una mujer fallecida con VIH y fue trasplantado a un receptor de 25 años de edad que era a su vez portador del virus. Además del primer trasplante renal entre personas con VIH.
En aquella ocasión, Dorry Segev, especialista en trasplantes del hospital que impulsó el cambio de legislación en Estados Unidos que ha permitido este tipo de trasplantes porque la ley estadounidense prohibía desde los años 80 emplear órganos de fallecidos con VIH para trasplante, señaló que este tipo de trasplantes “incrementa el número de potenciales donantes de órganos y permite que más personas sean trasplantadas. Esta es la ventaja de todo esto, pero es un proyecto de investigación que debe ser estrechamente vigilado de forma cuidadosa”.
En Sudáfrica, uno de los países con mayores índices de VIH, muchos de los potenciales donantes de órganos eran seropositivos, y eso obligó a tomar una decisión impensable en otros lugares del mundo: emplear sus riñones para trasplantar a receptores que también eran portadores del VIH.