Por Redacción
En el segundo debate que se llevó a cabo este viernes entre los candidatos a la gubernatura de Oaxaca, inició con series de ataques, debido a que el tema principal fue la corrupción.
Los ataques estuvieron dirigidos al candidato del PRI Alejandro Murat, por sus bienes millonarios que se encuentran en el extranjero.
Asimismo Manuel Pérez Morales pidió al extitular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura (Sedafpa), Salomón Jara Cruz regresar los 40 mdp que se llevó de dicha dependencia.
En tanto Benjamín Robles Montoya arremetió contra el candidato de la coalición CREO, y pidió al IEEPCO su cancelación como candidato por la supuesta investigación que le realiza el FBI por lavado de dinero.
El segundo tema fue Pueblos indigenas, y él que más atacado en este tema fue el mismo extitular de la (Sedafpa), ¿Quién dijo que Jara es el representante de los indígenas?, ¿Quién le dio ese título? , por que le ha robado a los que menos tienen que son indígenas.
En tanto Estefan Garfias dio su propuesta, y dijo que, durante su gobierno habrá respeto pleno a los derechos humanos y los pueblo indígenas de Oaxaca.
La tercera etapa fue Educación, a la cual todos incluían a los maestros.
“Estaremos construyendo esa reforma y esa nueva educación, y construir aulas dignas para tener excelentes maestro y alumnos” señaló Alejandro Murat
Estefan Garfias dijo que tras años de lucha garantizaría un lugar al magisterio y elevará el promedio de escolaridad para alcanzar por lo menos la media nacional.
Pero el candidato del PRS les recordó que a los maestros que, “No debe olvidar que han sido traicionados, quienes han perdido su derechos laborales, gracias a traiciones de funcionarios que ahora están en el poder”.
Al igual que, Manuel Pérez Morales, dijo que, En las movilizaciones magisteriales hay dos responsables que con recursos económicos se han dedicado a mantener a un magisterio en la movilización.
Por último los 7 candidatos coincidieron y pidieron a la sociedad oaxaqueña salir a votar y no dejarse llevar por despensas y dádivas.