Alfredo Martínez de Aguilar.
Oaxaca es mágico y hechicero. Tierra de brutales contrastes de miseria y opulencia. Pobreza extrema y riqueza inmensa. Laboratorio político antropológica, sociológica y políticamente.
No hay peor oaxaqueño que él mismo. El triunfo se persigue de oficio. El egoísmo natural y el celo profesional cedió el paso a la abierta mezquindad. La partidocracia enfrenta y divide.
Los amigos de antaño son enemigos actuales. Y los enemigos de antes, ahora, son aliados. La correa de transmisión que les une es la corrupción y la complicidad. Está a la vista de todos.
Pareciera que no hay nada nuevo bajo el Sol en el proceso electoral que llega a su fin.
Es una réplica más de las prácticas nocivas de las campañas negras de la guerra sucia.
Con todo lo nefastas que son las guerras de estiércol tienen su contraparte positiva. Ante la paradójicamente creciente opacidad, la lluvia de lodo es la mejor forma de transparencia.
Es ciertamente, un proceso atípico por la pérdida de credibilidad y confianza del IEEPCO.
Confirma que la política es la historia de las traiciones. Y que los políticos comen sapos.
Asimismo, prueba que los viejos y nuevos enemigos se trocan en cómplices más que amigos. Les une el odio y la sed de venganza. Es la eterna historia de las ambiciones por poder y dinero.
A la luz de las flaquezas de la condición humana, es entendible la creación del TUCOM-Todos Contra Murat. Está integrado por Diódoro Carrasco, Gabino Cué, Ulises Ruiz y Jorge Franco.
Es un pacto antinatura igual que la coalición entre el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Lo único que les une es la búsqueda del poder.
El objetivo es intentar llevar a la gobernación de Oaxaca a Pepe Toño. El medio para conseguirlo es la coalición Con Rumbo y Estabilidad por Oaxaca. El precio no importa.
El candidato de la coalición PAN-PRD hizo pública la existencia soterrada del TUCOM. Llamó a todos los partidos, sobre todo, a Morena y al PT, a integrarse a Todos Unidos Contra Murat.
Con esta acción Pepe Toño confirma que sabe que el próximo domingo no ganará la elección a gobernador de Oaxaca. En caso contrario, no necesitaría de vejigas para nadar y triunfar.
El TUCOM es la irónica razón cínica de la sinrazón cómplice. Es la máxima expresión del odio y la sed de venganza contra José Murat y su hijo Alejandro Ismael. ¡Cuidado escupen al cielo!
Incuban el huevo de la serpiente que devorará a sus propios hijos. Las venganzas generacionales son un crimen a todas luces condenable. Los hijos no tienen que pagar los errores de los padres.
Mientras viven los padres pueden proteger a sus hijos. Pero, a querer o no, cuando mueran quedarán expuestos a las interminables venganzas. Quien siembra vientos cosecha tempestades.
Sólo a la luz del cinismo y la complicidad es entendible la existencia del TUCOM. A pesar del odio de Diódoro y Gabino contra Ulises es más fuerte el odio a José y Alejandro Murat.
Diódoro y Gabino olvidan que Ulises les robó el triunfo que no pudieron defender en tribunales.
Y Ulises pasa por alto, al mismo tiempo, que uno y otro aliados con Jorge Franco le derrotaron.
Lo mismo ocurre con el odio cerval de Jorge Franco Vargas contra Ulises Ruiz al utilizarle y finalmente traicionarle, ahora, van de la mano. Es la misma situación de Jaime Bolaños Cacho.
Es la irónica paradoja que antepone intereses económicos y políticos a los agravios a la dignidad. Al final son más fuertes las conveniencias y las ambiciones. Poder y dinero, la meta.
Son relaciones patológicas de amor y odio. No obstante que Ulises Ruiz la bajó de la candidatura a la diputación plurinominal, hoy Titis coincide con él en la coalición CREO.
El operador financiero y cabildero político es Jorge Enrique Castillo Díaz. No tendría nada de extraño que el nieto del poeta Enrique Othón Díaz busque impunidad con Alejandro Murat.
Ante esta realidad política, con toda razón se afirma que los oaxaqueños somos tan enredosos que hasta el queso enredamos. Situación que no cambiarán sin cambio a una actitud diferente.
Al triunfar el próximo domingo éste será uno de los mayores retos de Alejandro Murat. Y para conseguirlo está obligado a detonar el desarrollo y crecimiento económico de Oaxaca.
Los oaxaqueños cambiaremos de actitud cuando el crecimiento y desarrollo personal, familiar y social no gire en torno del Gobierno del Estado. Urge, pues, fomentar la creación de empresas.
Una persona o pueblo con empleo bien pagado es una persona o pueblo que puede alimentarse. No sólo comer, sino nutrirse y educarse con calidad en valores y principios universales.
Con empleo, alimentación y educación integral en el seno del hogar, no sólo con instrucción científica en la escuela, se puede ser feliz personal, familiar y socialmente. Ese es el gran reto.
Alejandro Murat lo tiene muy claro. Así lo ha expuesto en su Visión de Gobierno 2016-20122.
Nos sobra talento y vastos recursos naturales. Ha faltado visión de estadista en los gobernantes.
El inminente gobernador de Oaxaca tiene a su favor precisamente su juventud. Es una oportunidad doblemente histórica al arribar al poder con un bono democrático y demográfico.
Al margen de filias y fobias, finalmente, la terca realidad termina por imponerse. Hasta los medios y analistas seguidores de Manuel Andrés López Obrador reconocen que ganará Murat.