Mutantes viejos y monótonos

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Por Rodrigo Islas Brito

X- Men Apocalipsis es el peor blockbuster posible. Aburrida, morosa, sin una chispa que pueda prender lo que de plano no tiene gasolina. Si en Primera Generación (2011) el implacable Matthew Vaughn resucitaba en mucho la fuerza de la franquicia, y Bryan Singer (su creador en el ya lejano 2000) entregó buenos resultados en Días del futuro pasado (2014), hoy, con esta nueva entrega, la franquicia justiciera mutante agarra el camino que lleva al inframundo de la monotonía.

Por principio de cuentas el nuevo villano del título, representado por el ascendente Oscar Isaac, con cutis azul y actitud eterna de encumbradísima deidad egipcia debe ser el maloso menos atemorizante desde hace veinte años.

Ni los villanos de Marvel, incluido el Guy Pearce de la tercera entrega de Iron Man, en sus peores momentos fueron tan vacuos y faltos de interés. A esto hay que sumarle el desgano con el que se presentan los trascedentes caracteres del súper bueno Charles Xavier, y el súper malo, Magneto.

Tanto los generalmente imbatibles y potentes James McAvoy y Michael Fassbender parecen sumarse al sentimiento de confusión y parsimonia que rodea la película. Y para colmo los jóvenes caracteres de los jóvenes mutantes Cyclope (Tye Sheridan) Jean Gray (Sophie Turner) y Nightcrawler (Kodi Smith McPhee) resultan tan interesantes como una sesión matutina de mirar crecer el pasto.

Ni siquiera Jennifer Lawrence , como Mystique, la nueva súper lideresa de los nuevos X-men , que en el futuro era muy mala, y que ahora en el pasado, es muy buena, logra darle sabor al caldo, y menos el cameo sanguinario de un Woolverine, al que ya le están preparando su tercera película como solista , y cuyo interprete por antonomasia, Hugh Jackman, ya no aguanta los close ups y cada vez se ve más cansado y veterano como para aguantar los embates de tremendo paquetazo de acción.

Ya no hay mucha vida en esta octava entrega de la franquicia mutante, incluso el acostumbrado cameo de Stan Lee, creador primario de todo el tinglado, donde se le mira contemplando el vuelo hacia ninguna parte de un misil nuclear, parece ejemplificar la vena baja en la que se desarrolla todo el asunto.

X Men nunca se ha visto tan vieja como en este nuevo Apocalipsis. Aun así, su eterno director Bryan Singer, que difícilmente va a volver a dirigir otra cosa que no sea un agregado más de la franquicia (algo así como lo que el alguna vez estimable J Lee Thompson, fue para las sagas del Vengador anónimo) ya anunció que pronto viene otra entrega donde los intrépidos mutantes, a los que en cada secuela les reconstruyen el cantón, se van al espacio.

Allá estarán bien, ojala nunca vuelvan.