Rodrigo Islas Brito/RIOaxaca.
Oaxaca de Juárez. Una caravana de camiones de volteo,suburbans de pasajeros, taxis foráneos y hasta mototaxis partió del parque el Llano hasta el primer cuadro de la ciudad, en un desfile que si bien al principio parecía tener el propósito de bloquear calles aledañas al zócalo (de por si tomado por un plantón magisterial desde hace casi dos meses) terminó por dispersarse sin explicación alguna en un concierto de claxóns y motores.
Los camiones de volteo, adscritos al Comité Nacional de Productividad (CNP) y a la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) dieron vuelta por la última calle del andador turístico.
A la retaguardia de taxis foráneos ysuburbans provenientes de Miahuatlán. Los foráneos provenían de San Agustín de las Juntas, Mitla, Tlacolula, Atzompay otras poblaciones conurbadas o cercanas a la ciudad de Oaxaca, con un logo de la Federación Estatal de Sindicatos de Oaxaca (FESO) en su vidrio trasero.
Durante espacio de quince minutos la flotilla de vehículos descarga y transporte se apersonaron en una fila que abarcaba dos cuadras de la calle Independencia. Parecían tener intenciones de quedarse ahí a cristalizar un bloqueo que al final no duro mucho.
Las puertas del Centro Cultural San Pablo, donde se estaba llevando a cabo la presentación de la Feria del mezcal 2016, fueron cerradas como previniendo algún inconveniente resultado de tener a una flotilla entera de taxistas foráneos estacionados afuera.
Ni taxistas foráneos ni choferes de carga quisieron responder preguntas sobre los razones de su movilización. “Quien sabe qué cosa están pidiendo ahora”, respondió un taxista foráneo mientras regresaba con su unidad a recorrer las calles de Santa MaríaAtzompa.
Al final trascendió que la petición que movió la descrita muestra de musculo fue la petición de los trasportistas de carga de que sus viajes y cargas sean respetados. Situación que apenas la semana pasada desemboco en un enfrentamiento con tiroteo de por medio entre miembros de la CNP y otro sindicato por determinar quién tenía el derecho de transportar los desechos de material para construcción dejados por el derrumbe del estadio Benito Juárez.
Finalmente, sin explicar ni porque llegaron, ni porque se fueron, el convoy de transportistas y choferes abandonaron las calles del centro histórico de Oaxaca en el mismo ruido sordo con el que llegaron.
