La cultura no es entretenimiento, es un pulmón: Alejandro Magallanes

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Rodrigo Islas Brito/RIOaxaca.

Oaxaca de Juárez. “A la gente les interesan las imágenes, más que quien las hizo”. Comenta Alejandro Magallanes, cuyos carteles y diseños han definido buena parte de la imagen cultural de México de por lo menos los últimos quince años.

Se le pregunta de inmediato al diseñador gráfico si su diseño irreverente y artístico es hoy en día una marca, la  marca Alejandro Magallanes.

“Uno no tiene que estar diciendo que es mexicano solo porque se le note el acento. Con el trabajo de diseño pasa igual, se nota quien lo hizo sobre todo cuando te involucras con los temas ya personalmente”.

Con 25 años en el Diseño Gráfico, Magallanes esta en Oaxaca para presentar la exposición de los carteles de las programaciones de los cinco años de Oaxaca Cine.

Magallanes recuerda que cuando  lo invitaron a colaborar  a hacer la imagen de este esfuerzo de proyección de cine de calidad, le sedujo la idea de que la invitación  contenía dos elementos que le resultaban entrañables

“La ciudad de Oaxaca, donde he pasado lo momentos más divertidos de mi vida. Y el cine que me gusta tanto, pero del que me  considero un cinéfilo amateur. Ha sido un equipo de  trabajo increíble con el que he colaborado estos cinco años”.

Magallanes resalta que en una ciudad pequeña y atomizada como Oaxaca, el cartel aun es capaz de cumplir su función real  en las calles, la de informar y ser visto detenidamente por los transeúntes.

“Se ha construido una identidad en cuanto al diseño de las actividades y funciones de Oaxaca Cine, que ya tiene un público cinéfilo muy específico. En ese sentido los carteles lo que tratan es de acercar a los que no lo son tanto, que les llame la atención y que se acerquen a la sala  a ver qué está pasando”.

A pesar de su fama de todo terreno del diseño gráfico mexicano durante más de quince años, Magallanes  resalta lo importante que resulta no quedarte cómodo con eso.

“El estilo es una cosa que al final te puede encadenar más que liberar. Hay que reinventarse lo más que puedas, aunque al mismo tiempo todos seamos universos limitados”.

A su trabajo lo define secamente como “diseño gráfico”, sin artilugios ni triunfalismos. Dice que a  lo mejor (no esta tan seguro) su diseño tan proclive a subvertir sagrados conceptos como la familia, la belleza o la moral, se relaciona con  lo que él es, mucho con su humor y a veces con su dramatismo

“El diseño como un imán que muestra un poco de lo que vas viviendo todo el tiempo. Cuando pones puntos de vista, se va a notar”, no obstante el autor- no autor matiza y suelta que en “el diseño gráfico la autoría no es tan importante”.

“Más bien es cada uno de los trabajos el que habla por sí solo. Dice Vicente Rojo que el diseño al final no es más que una democracia visual”.

Democracia o no, Alejandro Magallanes está nominado actualmente para el premio Beazley del Museo del Diseño en Londres gracias a la identidad visual que desde hace unos años le ha dado a las portadas de los libros de Editorial Almadia.

Sobre Almadia  y Oaxaca Cine dice que son proyectos que tienen reglas del juego ya muy claras, pero que ya en el campo, al igual que con los dos goles  que Diego Armando Maradona le anotó a Inglaterra en el mundial de México 86, donde lo mismo puedes burlar a toda la defensa contraria y meter un golazo de antología, que meter el segundo gol con la mismísima mano de Dios.

“Con Almadia todas tienen que ser portadas distintas pero dentro de un mismo sistema formando parte de la misma familia”.

“A lo que me he dedicado es a trabajar dentro del área cultural”. Fanático de citar a los maestros diseñadores que fundaron el diseño gráfico en este país, Magallanes refiere que Rafael López Castro comentó alguna vez que se dedicaba a la cultura porque le parecía que esta era lo más importante que podemos generar los seres humanos como sociedad.

“Estoy de acuerdo” dice el entrevistado, agrega que la irreverencia en su diseño viene de pensar a aquello que no te gusta justo como un espejo

“No te gusta porque tal vez estás viendo tu propio reflejo, algo que te debes de cuestionar. Me gusta que con los diseños  se cree polémica e inconformidad”. Asegura que las imágenes discordantes que te desafían, se te integran más en la memoria que una imagen de la que solo puedas suspirar por lo bonita que es.

“Lo mismo pasa con el humor, cuando a una persona le hace eco el humor de alguien más, tal vez sea algo que se quede con ella para siempre”.

¿Has creado un estilo, ¿una escuela?, se le pregunta sobre la inspiración, influencia o apropiación que muchos diseñadores mexicanos han hecho de su trabajo en la última década .

“A todos nos ha pasado, esta es una actividad viva, hoy por ejemplo, paseando por las calles de Oaxaca me encontré con grafitis que me gustan mucho y a los que les tome fotografías porque me impactaron de muchas formas. Más que una escuela, lo mío es un dialogo que se establece con otros creadores

¿Y como llega el humor  a Magallanes?, al diseñador notoriamente la pregunta le parece rimbombante, por lo que su respuesta se va a lo simple.

“Vengo de un programa de radio y enfrente del estudio había una pared que solo decía Quiero sexo. Me pareció muy simpático. A mí como espectador me hizo pensar que si una pared te dice eso, a lo mejor es porque quiere que le peguen carteles encima”.

“Estas ideas, estas graficas producen un intercambio con el espectador, un juego lúdico. Como ese chiste incomodo que te da risa, pero que al mismo tiempo te cimbra y te da un poco de pudor”.

¿Con quien compites a nivel nacional e internacional con tu diseño gráfico? Magallanes cita entonces a sus competidores y también nominados al premio Beazley

“Neville Brody, quien revolucionó el diseño digital a principio de los noventas, Jonathan Brandbook, quien hizo la portada del último disco de David Bowie, Black Star”.

“En el diseño gráfico hay muy  buen ambiente, de compañerismo que va desde los grandes maestros hasta diseñadores que son más jóvenes que yo”

Magallanes comenta que en Oaxaca hay un diseñador muy amigo  suyo que le encanta lo que hace, Carlos Franco, respecto al que existen versiones que hablan de que Magallanes terminó ejecutando una polka con un guajolote vivo durante su boda en un descampado de San Agustín, Etla.

“Lo conocí cuando era estudiante y me invitó a dar una plática en su universidad. Tal vez tengo mucha suerte porque con mis maestros a los que admiro un montón, ya somos amigos, y también de los más jóvenes, a quienes en un momento hasta les di clase”.

Señala que le parece totalmente lógico que haya a quien no le guste su trabajo pues todo siempre es cuestión de gustos. Dice aprender ideas de un montón de  letreros que ve en la calle o de los rótulos que la gente hace para sus negocios.

“De este tipo de comunicación es algo que tenemos que aprender todos, así es como se va construyendo la cultura”

Acepta con pesar que hoy en el diseño gráfico mexicanos hay más egresados en las universidades que trabajo para diseñadores, pero asegura que sin trabajo o con trabajo la clave en el diseño gráfico “no es  creer como la canción que los dos nacimos en el mismo instante que nos conocimos”

“Hay que ir evolucionando en la medida que puedas, estar al pendiente de las modas para no repetirlas. En México hay una gran tradición de diseño gráfico de la cual hay que aprender y retomar lo que te venga bien”

¿Te has repetido en tus diseños en tus 25 años en tu trabajo? Magallanes no acude a la impostura, ni viceversa.

“Seguramente si, trato de evitarlo, pero nadie es perfecto”.

¿Es un diseño de autor lo que haces?, se le pide que defina. “Algunos si, otros no” define el diseñador gráfico.

Dice que su trabajo depende también por supuesto de las intenciones de quien le encarga el diseño. Apunta que cuando era joven se azotaba cuando un cliente no le aceptaba su propuesta.

“Pero con el tiempo se ha convertido en una conversación mucho más alegre-. Si a quien me encarga el trabajo no le gusta mi propuesta, escucho porque  y yo planteo porque lo hice así. Ya que al final de cuentas es una camisa que nos vamos a poner los dos”.

¿Qué sigue después de 25 años de trabajo?

“Seguir trabajando. Me gusta mucho mi oficio. Quienes trabajamos en la cultura cada vez la tenemos más difícil. Se quitan presupuestos,  se incumple lo que se promete”.

Presupuestos recortados como los 250 millones de pesos cercenados a cultura en el presupuesto de egresos de la Federación para el 2017, del que Magallanes opina con un “muy mal”, para dirigir  baterías hacia otras posibilidades.

“Pero lo que es increíble son las iniciativas que contra viento y marea siguen entregando mucho para todos. En Oaxaca hay muchos ejemplos así”.

¿Podrá sobrevivir la expresión cultural de este país sin dinero gubernamental?, se le cuestiona a un Magallanes que ni ha tocado un solo bocadillo de un plato del que todas y todos los reporteros presentes durante la entrevista colectiva ya hemos dado cuenta.

“Lo ha hecho, eso es un hecho. Pero también es una responsabilidad de que quienes hemos elegido estar aquí, que se responda a la cultura, la cual es un área importantísima”.

“La cultura no es entretenimiento, es parte de nuestros órganos vitales. Es un pulmón”.