Conflicto de tierras entre Chiapas y Chimalapa afecta preservación del Jaguar oaxaqueño

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Rodrigo Islas Brito/RIOaxaca.

Oaxaca de Juárez. “El jaguar tiene un valor biológico, cultural y social muy importante. En su  vida libre está en la cumbre de la cadena atrófica. Es una especie bandera, un súper depredador del que muchas otras especies dependen”.

Resume a grandes rasgos sobre la ancestral figura animal, Víctor Rojas Cosió, integrante de la asociación Jaguares en la selva, organización oaxaqueña que trabaja en la conservación del jaguar tanto en su vida libre como en cautiverio. Buscando siempre  las armas y los caminos para tener una población de jaguares viable y con posibilidades de recuperar poblaciones silvestres de esta especie en un  futuro inmediato.

“El jaguar está en peligro de extinción”, apuntó el entrevistado como primera y central descripción del problema. Comentó que cuando este animal caza a sus presas mantiene el equilibrio en los ecosistemas.

“La mayoría de las civilizaciones prehispánicas adoraban al jaguar, este ya es parte de nuestro patrimonio cultural”.

Rojas observa que la depredación  de los bosques  ha fragmentado al felino en su hábitat. Comenta que en el 2010  se realizó un censo nacional por parte de la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar (de la cual asociación del entrevistado es miembro) que arrojó que hoy en México quedan aproximadamente 3800 jaguares vivos

“No es una población pequeña. Tiene sus áreas viables. Tan solo en la península de Michoacán se tiene registrada una población de dos mil jaguares. En el Pacifico Sur, Oaxaca, Chiapas y Guerrero se han contabilizado aproximadamente 600 jaguares”.

El entrevistado relata que cuando el jaguar se va quedando sin hábitat, sin hogar,  se va quedando delimitado a espacios más cortos, con poblaciones enteras de jaguares que se van quedando aisladas sin posibilidad de moverse e interactuar.

Cercados por carreteras, por las que se quedan sin posibilidad de pasar para el otro lado. Encerrados por el crecimiento ciudades y comunidades.

“Se va quedando sin habitat y empieza a ocupar territorios muy grandes de hasta 700 kilómetros cuadrados. Empiezan  a moverse y a interactuar con otros jaguares y  a entrar en conflicto con las comunidades”.

Conflicto humano- jaguar que a  veces redunda en un jaguar cazando ganado para sobrevivir, y a la  comunidad matando al jaguar para poder hacer lo mismo.

“Al año perdemos cerca de cincuenta jaguares. También hay que sumarle el problema de la cacería ilegal de una especie protegida por las leyes mexicanas”.

Rojas recuerda que como especie en peligro de extinción, cazar a un jaguar le puede conllevar a quien lo haga hasta siete años de cárcel.

“Tenemos que empezar a pensar en el futuro, en si tenemos que llegar a liberar jaguares. O si tenemos que recuperar poblaciones específicas para que lleguen a una tener conectividad vital entre las áreas Hay poblaciones de jaguares silvestres que son muy importantes”.

Menciona al área de los Chimalapas como zona del jaguar donde circundan corredores biológicos, donde se junta una parte de Chiapas con la selva del Ocote, del Triunfo, hacia la Sierra Sur y la Sierra Norte de Oaxaca

“Hay poblaciones de jaguares que han quedado aisladas, en las que genéticamente la población es tan pequeña que empieza a haber casos de endogamia (cruce entre parentescos). Donde sí la población es escasa esto se puede volver recurrente, lo que puede dar por resultado que los jaguares adquieran  ciertas características que los hagan bastante vulnerables a ciertas enfermedades”.

Del conflicto territorial sempiterno en los Chimalapas por límites territoriales, el entrevistado apunta que si bien el jaguar se ha visto afectado en algo por esta situación. La realidad es que cuando las comunidades toman conciencia del problema pueden ser los mejores aliados en la conservación del felino.

“Las comunidades son vitales para que el jaguar pueda subsistir pues son ellas las que convienen día a día con el jaguar en vida libre. Desde Díaz Ordaz, Mitla, como en la Sierra Norte, en Huatulco, en la Chinantla, en la Esperanza, en Ixtlán, en varias comunidades ya tienen su comisión de vigilancia”.

“Hasta en el boquerón de Tonalá, donde no hay población de jaguares pero si  una población muy grande de pumas. Las comunidades empiezan ya a cuidar de forma muy esmerada al jaguar”.

“Hacer recorridos de vigilancia para que no haya cazadores. Trabajos de monitoreo con cámaras de fototrampeo donde empiezan a estimar las poblaciones. Haciendo estimaciones y conteos tanto de presas como de depredadores en sus bosques”.

“Saben si hay pumas, si hay ocelotes, si hay linces o jaguares. Es una información muy importante para que los especialistas puedan determinar que estrategias podemos seguir para conservar a la especie”.

“El conflicto territorial si es importante, pero se está empezando a trabajar para que se empiece a cobrar conciencia”

El entrevistado habla entonces del esfuerzo de colaboración que su asociación con la comunidad de Díaz Ordaz  que lleva como propósito el realizar una base de investigación en torno a la especie en peligro.

Díaz Ordaz, población situada entre Mitla, San Miguel del Valle y la comunidad naturalmente protegida de Yagul, destinó más de cuatro mil hectáreas de sus bosques, de las cuales cuarenta de ellas serán utilizadas para establecer una base de investigación donde los jaguares que tengan viabilidad puedan reproducirse y ser trabajados de maneras sustentables para desarrollar sus instintos, sin contacto físico ni visual de un ser humano.

“El propósito es aquellos jaguares que tengan viabilidad puedan ser liberados en zonas para que  poco a poco vayamos recuperando las poblaciones  silvestres de la especie”. Comenta Rojas, habla de la exposición artística colectiva iniciada por el artista plástico Jesús Cuevas.

Quien reunió a varios colegas suyos para que pintaran obra e hicieran artesanías de barro y cerámica en torno al jaguar y los caminos que a él llevan, para poder apoyar con un porcentaje de sus ventas el proyecto de conservación, en específico la construcción de la base de datos y hechos de la investigación, a la que nombraran Base Mexicana de Investigadores Silvestres.

La expo estará siendo presentada los siguientes dos meses en Galería Vagamundo, ubicada en Avenida Juárez 520. Francisco Verastegui, Ivonne Kennedy, Inés Lara, Rodrigo León, son solo algunos de los artistas que forman parte de la variedad de propuestas pictóricas de esta muestra.

“Queremos llegar a jaguares en cautiverio que tengan viabilidad  de sobrevivencia,  con los que podamos trabajar para ayudarlos a desarrollar sus conductas naturales. Y si existe la posibilidad,  liberarlos”.

“Somos un pequeño engrane de una gran máquina de conservación. La sobrevivencia del jaguar depende  de un trabajo mucho más grande. Afortunadamente en México tenemos a gente ocupada y preocupada por la conservación de esta especie día a día y en mucha partes del país”.

Si quieres saber más sobre este esfuerzo de conservación de una especia animal en extinción, visita la página de Facebook de Jaguares en la Selva.