Calaverita sobre la 62 legislatura: Muerto no puede estar lo que nunca vivo estuvo

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Ya murió la 62 legislatura,

no la llevan a enterrar

ni los cuatro zopilotes ni el ratón de sacristán

En tres años muerta estuvo

Y ahora en fiambre se ha convertido ya

sin cuentas públicas votadas

sin las sesiones extraordinarias prometidas

con más de 150 pendientes legislativas abortadas

Nunca viva estuvo la 62 más que para el amarre y no hacer nada

nadie la extrañará hoy, como si  la extrañaron ayer

ni tampoco la extrañarán mañana

Guerra de gases se soltó entre dos de sus facciones

para aprobar una ley político electoral

de la que al final la Suprema Corte de Justicia dijo que era una vacilada

Y tres años vacilando se la pasó  la 62, peleándose,

recordándose entre las diputadas y los diputados

que al final todas y todos estaban ahí para no hacer nada.

Panistas se pelearon intestinamente por la Junta de Coordinación Política

Perredistas se descalificaron entre si acusándose

de transas mutuas y pecados compartidos

Priistas jalaron parejos moviendo a Oaxaca hacia ningún  lado

Y así se fue la 62, en tres años de pura vacilada

con sus finanzas rotas

con sus empleados exigiendo sus quincenas

con señalamientos que la acusaron de ser la peor de la historia de Oaxaca

y con su inexistente vergüenza intacta.

Hoy nadie quiere enterrar a la 62 legislatura

porque viva nunca estuvo

porque legislar nunca pudo

porque hay muertos que no hacen ruido

simplemente porque nunca aspiraron a estar vivos.