A
rincipios del siglo XX, la historia de dos mujeres asombró a los habitantes del municipio de Teloloapan, en Guerrero, se trata de las pastoras que se convirtieron en piedra.
Se dice que en aquellos tiempos, cuando los automóviles no eran algo común, la gente caminaba largas horas para ir de un estado a otro. En una ocasión, un grupo de peregrinos y pastoras salieron de la región de la Costa Grande con rumbo a Chalma, en el Estado de México, para cumplir con una “manda” que le hicieron al Señor de Chalma.
Era tal la fe de los peregrinos y las pastoras, que después de encomendarse al Señor de Chalma recibían ayuda divina y sus problemas terminaban.
Ante este escenario, cada vez era más el número de gente que llegaba al santuario para pedir la ayuda del Señor de Chalma, algunos solicitaban el alivio a sus enfermedades, otros imploraban el consuelo a sus pesares y todos… eran escuchados.
En una ocasión, un par de pastoras se unieron a un grupo de peregrinos quienes viajaban rumbo a Chalma para cumplir una promesa.
Las pastoras eran mujeres que utilizaban un atuendo multicolor, con vestidos largos y amplios parecidos a las enaguas y que portaban sombreros adornados con lentejuelas. Utilizaban el baile para dar gracias por los favores recibidos y como característica principal portaban un bastón con el que golpeaban el piso para producir un cascabelo rítmico que le da un toque especial a su danza.
El grupo al que se unieron las pastoras pasó por Acapulco, Chilpancingo, Iguala y se desplazaron rumbo a Teloloapan para después cruzar por las localidades de Ixcapuzalco o Ixcateopan, lo que les permitiría tomar un atajo y llegar muy pronto a su destino.
Después de muchas horas caminando, poco antes de llegar a Teloloapan, en el punto conocido como Tierra Colorada, las pastoras se dejaron caer y argumentaron que ya no podían más, por lo que no irían a cumplir su promesa al Señor de Chalma. Dijeron que se quedarían en Teloloapan y esperarían al grupo para regresar juntos.
Los fieles animaron a las pastoras para continuar su camino rumbo a Chalma, pero ellas no cambiaron su decisión y alegaron estar arrepentidas de la promesa. Después de que fracasaron los intentos para alentar a las mujeres a terminar el recorrido, los peregrinos continuaron su viaje.
Minutos después de dejar a las pastoras en el camino a Teloloapan, los peregrinos voltearon y se dieron cuenta que las pastoras ya no estaban ahí, y sólo había enormes piedras azules con figura de mujer.
Asustados por los hechos, los fieles se dieron cuenta que las pastoras recibieron el castigo del Santo Patrón de Chalma, por hacer una promesa y no cumplirla, por lo que su pena fue convertirse en piedra.
Si alguien duda de la leyenda de las pastoras, basta con acudir a Telolopan y desplazarse al antiguo camino por el que transitaban peregrino y lugareños, en este lugar se localiza el punto conocido como Tierra Colorada, sitio en el que se localizan las enormes piedras con forma de mujer.
Lo anterior nos recuerda que si hacemos una promesa, debemos cumplirla.
La leyenda de “Las pastoras que se convirtieron en piedra” es obra de Mario F. Delgado Castro y está disponible en el sitio web libroleyendasdeteloloapan.blogspot.mx.