La Jornada.
Ciudad de México. Solos y pobres. Así vive la mayoría de los viejos en México: condenados a no gozar de seguridad social, buenos servicios de salud ni pensión, y orillados al subempleo y lejos de su familia.
En el Taller de actualización en comunicación incluyente y envejecimiento, que se efectuó en el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), especialistas presentaron un balance sobre la situación que vive ese sector. Coincidieron en la necesidad de transformar el concepto, pues llegar a la vejez es tener éxito en el vivir
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Algunos datos muestran que en México 1.2 millones de personas mayores de 65 años (35 por ciento del total) no tienen pensión, jubilación ni seguridad social, y muchos deben subemplearse para mantenerse. Asimismo, entre 60 y 70 por ciento de mayores de 75 años vive en depresión por la soledad.
El gran problema que aqueja a la vejez en nuestro país es la soledad y la pobreza. Hay un número muy amplio de adultos mayores que carecen de aporte económico mensual, por lo que muchos viven del subempleo, y otros, de lo poco que les dan los hijos
, aseguró Margarita Cruz, del Centro de Atención Social a la Salud de Adultas y Adultos Mayores del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Entrevistada en el contexto del taller, la especialista indicó que no se puede encasillar a los viejos. “Se tiene que hablar de vejeces, porque viven problemas dados por los niveles sociales, culturales, educativos o profesionales”.
Indicó que la situación de los adultos mayores es compleja y los problemas son multidimensionales. Un ejemplo es la salud: Hay personas que padecen de dos a cinco enfermedades a la vez y tienen mala atención por la falta de capacitación del personal médico. O a veces no hay el dinero suficiente para comprar medicamentos
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Un alto en el camino
Aseveró que debe hacerse un alto en el camino para que el país en conjunto defina qué clase de viejos se debe tener. Se requiere mayor integridad y apoyo económico, así como cursos de sensibilización a la familia, al personal de salud e incluso a los operadores del transporte público
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María Monterol, del comité técnico del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Vejez y Envejecimiento de la UNAM, aseveró que este es un proceso que empieza desde que nacemos, y deberíamos reconceptualizarlo. Antes, la percepción era que se nace, se crece, se reproduce y se muere. En realidad es que nacemos y envejecemos, y en el paso a esa etapa ocurren muchas cosas en nuestra vida
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Pidió poner atención al referirse al concepto de vejez digna. Dignificar implica que tienes el ejercicio pleno de todos tus derechos: salud, educación, vivienda y empleo. Una vejez digna es tenerlos, pero no es privativo de este sector, sino del ser humano. Tenemos que vivir de manera plena todas las etapas de nuestra vida
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