Excélsior.
Ciudad de México. La falta de combustible cobra fuerza como la probable causa principal del accidente aéreo que destrozó al equipo de futbol brasileño Chapecoense.
El avión, un British Aerospace 146 para trayectos cortos operado por la aerolínea boliviana LaMia, se declaró en emergencia a las 22:00 horas del lunes por un fallo eléctrico, pero uno de los sobrevivientes de la tragedia ha declarado que la aeronave se quedó sin combustible a unos cinco minutos de aterrizar en el aeropuerto José María Córdova, en las afueras de Medellín.
El aparato, que despegó de la ciudad boliviana de Santa Cruz, terminó estrellándose en un área montañosa cercana a Medellín, provocando la muerte de 71 personas, la mayoría futbolistas y directivos del club carioca.
La última señal del avión que captaron los controladores aéreos fue a unos 15 mil 500 pies de altura, y el piloto voló en círculos momentos antes de la colisión.
Lo que ha desconcertado a las autoridades es que la aeronave no registró ningún tipo de explosión al momento del impacto, por lo que la escasez de combustible es la hipótesis más factible hasta el momento.
