La Jornada.
Ciudad de México. La corrupción se ubicó como el segundo problema, después de la inseguridad y la delincuencia, que más preocupó a la población en México durante 2015, según la más reciente encuesta dada a conocer ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografia (Inegi).
Las irregularidades por cada víctima aumentaron de 2013 a 2015, al pasar de 2.0 a 2.4 hechos en promedio en el año. Lo anterior, al darse a conocer las estadísticas a propósito del Día Internacional contra la Corrupción, que se conmemora el viernes 9 de diciembre.
De acuerdo con el Inegi, los principales problemas que aquejan a la población mexicana son: la inseguridad y la delincuencia, la corrupción, el desempleo, la pobreza y el mal desempeño del gobierno.
La corrupción consiste en solicitar, aceptar, ofrecer, dar un bien o servicio, producto de una actuación ilegal que se deriva del aprovechamiento indebido y para beneficio personal de un cargo, posición o responsabilidad en una organización pública o privada.
En los años recientes, la creciente preocupación por el tema de la corrupción está acompañada de un aumento en la percepción de que el mal desempeño del gobierno es un problema importante en el país.
El año pasado, 93.3 por ciento del total de víctimas de corrupción no la denunciaron ante alguna autoridad competente, como la contraloría, el Ministerio Público o en el buzón de denuncias de la dependencia involucrada por considerarlo ineficaz o por creer que no se le daría seguimiento adecuado a la denuncia.
La encuesta precisa que dos de cada 10 hombres que tuvieron contacto con algún servidor público experimentaron alguna situación de corrupción en 2015, mientras que en las mujeres la relación fue de una de cada 10.
La mayor incidencia
En 2015 se registraron las mayores experiencias de corrupción en el contacto con autoridades de seguridad pública, el Ministerio Público, en los juzgados o para tramitar la apertura de una empresa.
Por entidad federativa la percepción ciudadana sobre la frecuencia de actos de corrupción fue diversa. Por un lado, en 2015 poco más de 94 de cada 100 habitantes de la Ciudad de México y de las ciudades grandes de Tabasco y Chiapas opinaron que en sus entidades los empleados de gobierno abusan de sus funciones para obtener beneficios personales de manera frecuente o muy frecuente.
Por otro lado, en Querétaro, Yucatán e Hidalgo la percepción de corrupción fue menor, con 73.3, 75.3 y 77.6 por ciento, respectivamente.
De 2013 a 2015, en la población de 18 años y más de las entidades de Chiapas, Querétaro y San Luis Potosí aumentó la percepción de existencia de corrupción en el desempeño de los servidores públicos, mientras que en Puebla se observó la mayor disminución en la percepción del mismo problema en el último año de estudio.
El sondeo señala que 20 de las 32 Administraciones Públicas Estatales reportaron contar con un plan o programa anticorrupción en el año 2014.
Hace dos años se efectuaron 9 mil 127 auditorías en las 32 Administraciones Públicas Estatales. Coahuila y el estado de México reportaron el mayor número con 2 mil 171 y mil 867, respectivamente.