La Jornada.
Ciudad de México. La elección del empresario Donald Trump como presidente de Estados Unidos tuvo su primera consecuencia sobre la calificación de riesgo de la deuda respaldada por el gobierno mexicano. La agencia Fitch Ratings revisó de estable
a negativa
la perspectiva sobre los pasivos avalados por el Estado. La acción implica la posibilidad de reducir la calificación en un plazo de seis meses, lo que, de ocurrir, elevaría el costo que paga el sector público para financiar sus obligaciones.
La decisión fue tomada por Fitch con base en el modesto crecimiento de la economía y los desafíos
relacionados con la reducción de los pasivos del sector público, que equivalen a la mitad del producto interno bruto (PIB). Pero sobre todo, dice Fitch, colocar la calificación sobre la solvencia del país en perspectiva negativa
es porque el triunfo de Trump en la elección estadunidense incrementó la incertidumbre económica
y la volatilidad de los precios de los activos en México
.
Una vez anunciada la decisión de Fitch, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en una tarjeta informativa
, respondió que el cambio de perspectiva obedece a un escenario distinto al que había hace dos meses, producto de la incertidumbre que genera el resultado del proceso electoral en Estados Unidos y su impacto en México
. La calificadora, dijo la dependencia federal, está atenta a los efectos que ese proceso tendrá sobre la economía mexicana y al mismo tiempo que México cumpla con los compromisos en materia de consolidación fiscal (reducción de la deuda y el déficit públicos), que marchan conforme a lo previsto tras la aprobación del paquete económico para 2017
.
En el reporte publicado este viernes, Fitch Ratings dijo que la revisión de la perspectiva de calificación de la deuda emitida por el gobierno de México refleja los mayores riesgos a la baja en la previsión del crecimiento económico del país y los desafíos que ello podría implicar para la estabilización de la carga de deuda pública.
La calificación de la deuda refleja la posibilidad de incumplimiento en los pagos del emisor de las obligaciones. A mejor nota, es menor el costo que el deudor debe pagar por sus obligación. La perspectiva negativa impuesta por Fitch implica que en su siguiente revisión hay más probabilidad de que reduzca la calificación.
El crecimiento ha tenido un desempeño más bajo que el de sus pares de calificación y la carga de deuda pública (respecto del tamaño de la economía) en general ha aumentado de forma constante en años recientes. El triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha incrementado la incertidumbre económica y la volatilidad de los precios de los activos en México. Esto ha sido a raíz de que el presidente electo ha aludido a la renegociación o terminación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con México y a controles de inmigración más estrictos
, expuso Fitch.
Crecimiento limita calificación
El perfil de crecimiento modesto de México es una limitante de calificación, anotó. El producto interno bruto (PIB) aumentó a un ritmo promedio de 2.4 por ciento en los cinco años recientes, menos que la media del grupo de países con la misma nota, que ha sido de 3.1 por ciento.
Fitch redujo sus proyecciones de crecimiento para México a menos de 2 por ciento para 2017, considerando que persisten riesgos a la baja. La agencia opina que la demanda interna y el crecimiento económico serán afectados por una incertidumbre económica mayor, reflejo de las dudas sobre la posible renegociación del TLCAN y políticas de inmigración más estrictas por Estados Unidos, así como por la volatilidad del peso mexicano, la caída persistente de la producción petrolera y el endurecimiento de la política económica. Una inflación mayor también podría dificultar el crecimiento del consumo.
“Las políticas comercial y de inmigración de Estados Unidos son de suma relevancia para México. Los vínculos comerciales y financieros que México mantiene con dicho país han aumentado considerablemente desde la aplicación del TLCAN en 1994. Diversas industrias, en particular la automotriz, han incrementado su integración entre ambos países. Más de 80 por ciento de las exportaciones mexicanas se destina a Estados Unidos, país que constituye también una de sus fuentes principales de flujos de inversión extranjera directa. Cada año, México recibe alrededor de 2 por ciento del PIB –unos 25 mil millones de dólares– en la forma de remesas de trabajadores”, dijo.