La Jornada.
Ciudad de México. Casi una tercera parte de la población en México duerme menos de siete horas diarias y 19 por ciento padece insomnio, lo cual no es normal. Por el contrario, puede ser causante de enfermedades, como niveles elevados de colesterol, triglicéridos, glucosa, presión arterial y afecciones cardiacas y cerebrales, advirtió Reyes Haro Valencia, director del Instituto Mexicano de Medicina Integral del Sueño.
El especialista, ex director de la Clínica del Sueño de la Universidad Nacional Autónoma de México, explicó: las personas que consideran que duermen mal deben acudir al médico. Durante el sueño se producen hormonas que contribuyen a un adecuado funcionamiento del organismo.
Entre otras, las del crecimiento, la saciedad y las antiestrés. Si se desarrollan en forma adecuada, el cuerpo funciona bien y la persona tiene un adecuado desempeño en sus actividades escolares o laborales.
Por el contrario, cuando no logran dormir bien, ni un mínimo de siete horas diarias, aumenta el riesgo de que se presenten problemas, como irritabilidad, depresión, ansiedad, dolor de cabeza y nuca, cuello y espalda. Éstos, a su vez, pueden ser la causa de accidentes de tránsito, ausentismo laboral, baja calidad en las actividades diarias y quedarse dormido durante el día.
Sondeo nacional
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2016, de medio camino, detectó que casi un tercio de los mexicanos duerme menos de siete horas diarias, sobre todo en zonas urbanas, en particular en la Ciudad de México.
El insomnio, entendido como la dificultad para dormir en las tres semanas recientes por más de tres días a la semana, afecta a 18.8 por ciento de personas, perjudicando más a las mujeres en áreas urbanas. Aumenta si tienen exceso de peso corporal, señala el estudio, realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública.
Al respecto, Haro Valencia comentó que cuando se duerme bien los individuos aumentan su creatividad, se ayuda a bajar de peso, mejora la memoria, se protege el corazón y se reduce la depresión.
Sin embargo, el acelerado estilo de vida ha propiciado que se dé prioridad a otras actividades en detrimento de las horas de sueño. Es normal que alguna vez las personas despierten durante la noche y no puedan volver a dormir, principalmente cuando existe preocupación por algún problema o evento importante por ocurrir. Se vuelve problema cuando esa privación del sueño es frecuente.
Haro Valencia comentó que algunos factores que inciden en el mal dormir está tener dos trabajos, ocupar demasiado tiempo en traslados y dormir con música o con la televisión encendida. También afecta el uso de la computadora o el teléfono celular en la cama hasta altas horas de la noche.
Para tener un mejor sueño, el especialista recomendó la realización de ejercicio físico por lo menos tres veces a la semana y durante el día, disminuir el consumo de líquidos y sustancias estimulantes en la noche (café, refresco de cola, chocolate, té) y evitar cenas abundantes.
Es útil que las personas tengan horarios regulares para ir a la cama y levantarse todos los días, que encuentren la postura preferida para descansar, y mantener la recámara limpia, ordenada, agradable y acogedora. De ser posible, es mejor no tener cerca un despertador o reloj.