Detrás de la noticia: Oaxaca y Veracruz, crímenes de lesa humanidad en salud

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Alfredo Martínez de Aguilar.

A Oaxaca y Veracruz, no solo les une la vecindad geográfica. La cercanía es tal que en algunos casos solo les separa una calle como ocurre entre Cosolapa, Oaxaca, y Tezonapa, Veracruz. También les une el inédito saqueo sin precedentes en la historia de ambos estados.

Asimismo, unen a los estados vecinos de Oaxaca y Veracruz los crímenes de lesa humanidad en salud pública. Las víctimas, como siempre suele suceder, son los más pobres entre los pobres. Los desheredados en la Tierra del Sol y en el rinconcito de la patria que sabe sufrir y cantar

En Veracruz hay ya denuncias formales del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares contra los secretarios de Salud de los gobiernos de Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa por la utilización de medicamentos apócrifos (agua destilada) en el tratamiento de niños con cáncer.

Es tal la dimensión y magnitud del fraude en medicamentos en Veracruz que el presidente Enrique Peña Nieto se vio obligado a pedir su renuncia como Cónsul en Barcelona al ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, según lo afirma su sucesor Miguel Ángel Yunes Linares.

Yunes Linares advirtió que el ex diplomático tendrá que presentarse ante las autoridades competentes para responder por diversos medicamentos apócrifos que se aplicaron durante las dos últimas administraciones en aquella entidad, incluidas quimioterapias a base de agua destilada y tratamientos de VIH.

“Él (Fidel Herrera) no podrá decir que no sabía (…) el no podrá argumentar, de ninguna manera que no estaba enterado. Es un hecho gravísimo, los secretarios de salud acordaban con él”, expresó en entrevista.

Pero lo peor ocurre en Oaxaca. A pesar de estar ampliamente documentada la sustitución de medicamentos de patente por similares no pasa nada. Ha sido la principal fuente de riqueza mal habida de Juan José Álvarez Candiani y su primo político Salvador Monroy Rodríguez.

A diferencia de Veracruz, en Oaxaca todavía no hay denuncias formales contra el secretario de Salud y director de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), Germán de Jesús Tenorio Vasconcelos, a pesar del saqueo por 10 mil millones de pesos, según denunció la actual titular de esa dependencia, Gabriela Velásquez Rosas.

Para operar en el Seguro Popular Álvarez Candiani y Monroy Rodríguez contaron, desde luego, con la evidente, pública y notoria complicidad, pero para efectos legales probable complicidad, de Jorge Enrique Castillo Díaz, principal operador político-financiero del ex gobernador Gabino Cué Monteagudo.

A través de sus empresas distribuidoras de medicamentos, con diferente razón social, Álvarez Candiani monopolizó la venta de éstos, así como de insumos, equipos y material de curación para los Servicios de Salud de Oaxaca, mediante las multimillonarias ventas al Seguro Popular.

Juan José, inició la venta multimillonaria anualmente con la empresa Intercontinental de Medicamentos, después con Phoenix Farmacéutica y, finalmente, con Farmacias Fénix del Centro. Aun cuando cambió tres veces de razón social, es la misma gata nada más que revolcada.

En su momento, no a toro pasado, Carlos Alberto Pérez Bautista, líder de la Subsección 7 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSSA), denunció que hay total desconocimiento en el manejo administrativo, lo que genera anomalías al contratar las empresas que surten medicamentos.

Dijo que los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) han incurrido en una serie de irregularidades en la licitación amañada de compra de medicamentos, al cambiar de Intercontinental de Medicamentos a Farmacias Phoenix y Fénix del Centro, porque las empresa son de Juan José Álvarez Candiani.

Está ampliamente documentado, y así lo denuncian trabajadores de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) y el Seguro Popular del estado, que Intercontinental de Medicamentos, fue multada por incumplimiento al IMSS, inhabilitada por la Secretaría de la Función Pública y vetada como abastecedor de medicinas de los servicios de salud de Guanajuato, Puebla y Veracruz.

En agosto de 2012, Intercontinental de Medicamentos, S.A., de C.V., quedo exhibida oficial y públicamente. En esa fecha, se publicó una circular de la Secretaría de la Función Pública en el Diario Oficial de la Federación, en la que se comunica a las dependencias, Procuraduría General de la República y entidades de la Administración Pública Federal, así como a las entidades federativas, la sentencia definitiva emitida en el juicio 5706/10-07-01-9, por la Primera Sala Regional de Occidente del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa.

En todos los casos se documentaron ventas de medicamentos a sobreprecios, incumplimiento en el abasto y entrega de medicinas de mala calidad como Irbesartán y la insulina Glargina, de origen chino, requeridas por los pacientes diabéticos de esas entidades.

La insulina Glargina y el Irbesartán formaron parte de un contrato por 2 mil 100 millones de pesos que el Gobierno del Estado de Guanajuato asignó directamente a las empresas Intercontinental de Medicamentos, S.A. de C.V. y Phoenix Farmacéutica, S.A. de C.V.

No obstante, estas graves irregularidades, con el visto bueno del ex gobernador Gabino Cué y la probable complicidad de Jorge Enrique Castillo Díaz, Juan José Álvarez Candiani, se enriqueció a más no poder con el acaparamiento en la venta de medicamentos al Seguro Popular.

Sin embargo, el presunto gran negocio radicaba, además del monopolio en la venta de fármacos, insumos, equipo y material de curación, en la venta de medicamentos similares haciéndolos pasar como medicamentos de patente, mediante el cambio de cajas de empaque del mismo.

Para realizar este fraude, verdadero crimen de lesa humanidad en contra de los pacientes de los hospitales, clínicas y casas de salud de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), Juan José Álvarez Candiani y Jorge Castillo y sus demás cómplices montaron una imprenta en la capital de Puebla para producir las cajas de empaque de los “medicamentos de patente”.