Cáncer, tercera causa de muerte en México; curable en 80% de casos

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La Jornada.

Ciudad de México. Cada vez está más cerca, en familiares o amigos que enferman de cáncer. Puede aparecer prácticamente en cualquier parte del organismo y ya representa la tercera causa de muerte en el mundo y en México. Solamente vivir más años es un factor de riesgo, pero se acrecienta cuando las personas fuman, si no realizan ejercicio físico y tienen obesidad. Hay 16 órganos donde puede aparecer un tumor maligno relacionado con el tabaquismo y al menos cinco susceptibles a desarrollarse como consecuencia del exceso de peso corporal.

El 4 de febrero es el Día Mundial contra el Cáncer. En esta ocasión el lema es Nosotros podemos. Yo puedo para aludir a todas las actividades que como colectivo y en lo individual se pueden realizar para prevenir o detectar el mal en forma temprana. El principal reto sigue siendo la falta de concientización de la sociedad respecto a este problema de salud, advirtió Abelardo Meneses, director del Instituto Nacional de Cancerología (Incan).

Del otro lado está el desarrollo científico que en la década pasada ha tenido avances significativos, incluso para que, en algunos casos, el cáncer ya no sea sinónimo de muerte, sino que se convierta en un padecimiento crónico o incluso, que la persona se cure.

El especialista resaltó que cualquier tumor que se detecta en etapas tempranas, se erradica en 80 por ciento de los casos. La realidad es que todavía 70 por ciento se detecta en etapas avanzadas.

Sobre la eficacia de los tratamientos innovadores, Meneses comentó que en cáncer de pulmón, 55 por ciento de los pacientes alcanzan una sobrevida, hasta ahora, de cinco años. A principios del siglo, los enfermos vivían, si acaso, ocho meses después del diagnóstico.

Este es un giro radical en el curso de la enfermedad, dijo. El problema es el alto costo de los medicamentos que los coloca fuera del alcance de la mayoría de los afectados.

También existen opciones para personas con cáncer avanzado de mama, colon, riñón y cérvico uterino.

El Incan tiene evidencia sobre la eficacia de las terapias innovadoras, pues las obtiene mediante protocolos de investigación clínica y programas especiales financiados con recursos específicos autorizados por la Cámara de Diputados. Las otorga a pacientes que de otra forma estarían condenados a morir, pues nunca podrían solventar los gastos de los tratamientos, resaltó el funcionario.

Por esta vía, el Incan ha atendido a más de mil mujeres con cáncer de ovario, 449 con tumor en endometrio y 242 hombres y mujeres en pulmón.

Son apenas unos cuantos porque este instituto, centro nacional de referencia, lleva el seguimiento de 210 mil personas que han tenido algún tipo de neoplasia. Al año recibe a 5 mil 500 nuevos enfermos, que es el máximo de su capacidad de atención.

Meneses señaló que si bien hay una variedad de tumores que no se pueden prevenir, existen muchos otros cuyo desarrollo podría evitarse, incluso en individuos con predisposición genética, con sólo modificar el estilo de vida.

El principal cambio debiera ser entre los fumadores. La tercera parte de todos los cánceres son secundarios al tabaquismo, entre ellos están el de pulmón, cavidad bucal, esófago, laringe, colon, cérvix, riñones y vejiga. Hasta ahora se ha identificado que 16 órganos son susceptibles de presentar alguna neoplasia por la exposición al humo de tabaco.

Dieta alta en grasa, un peligro

En tanto, las dietas con altos niveles de grasas que tienen como consecuencia la obesidad son factores de riesgo que, de mantenerse, pueden llevar a los individuos a tener cáncer de mama, ovario, endometrio, colon y próstata, entre otros, sostuvo Meneses.

Aparte están las neoplasias, que es posible detectar tempranamente o prevenir, como el cérvico uterino, que también se asocia con el virus del papiloma humano. Desde 2004 está disponible en México una vacuna que se aplica a todas las niñas entre 9 y 11 años de edad. Por eso y las pruebas de detección (papanicolau), han bajado la cantidad de casos y muertes por este cáncer.

En este caso, igual que en mama y próstata en los hombres, las pruebas clínicas identifi-can las células cancerígenas desde las etapas iniciales, con lo que los pacientes están en posibilidades de controlar e incluso curarse de manera definitiva.