Antonio Moreno Castañeda.
Oaxaca de Juárez. Se debe de recordar que el Hamas palestino y el Hezbollah libanés reciben un importante apoyo del gobierno sirio. El Hamas palestino es una organización radical islámica sunita, que muy probablemente fue creada por el mismísimo gobierno de Israel, con el fin en su momento de contrarrestar a las otras organizaciones políticas palestinas, sobre todo al Fatah del extinto líder Yasir Arafat, el Fatah en su momento tuvo la mayoría del apoyo de la población palestina, en su lucha contra Israel para tener un Estado propio.
El Hezbollah libanés es otra organización radical islámica chiíta, que nació cuando la ocupación militar israelí del sur Líbano a principio de los años ochenta, en el siglo pasado, que coincidió con la guerra civil libanesa de aquellos años, esta organización político-militar del Hezbollah nace con el apoyo del gobierno de Irán y más tarde del gobierno de Siria que había ocupado militarmente la parte norte del Líbano.
Turquía juega un papel singular en el conflicto, país entre Europa y Asia, de mayoría musulmana sunita, no obstante sus raíces musulmanas mantiene buenas relaciones con Israel, que inclusive se han traducido en colaboración militar con este último. Tiene, Turquía, dentro de su territorio una población kurda importante que aspira a tener un Estado independiente, uniéndose con los kurdos de Siria, Irán e Irak; en los últimos años, se especula, Turquía apoyó la creación del Estado Islámico al permitir que pasaran armas para este grupo a través de su territorio.
El gobierno turco lucha, desde hace varios años, contra las guerrillas kurdas que buscan independizar al Kurdistín turco, para poderse unir a los kurdos de Siria, Irán e Irak, de tal manera que lleguen a estar agrupados todos los kurdos en un solo Estado, uno de los principales enemigos del Estado Islámico son precisamente los kurdos, por lo menos las organizaciones políticas más importantes, es lógico pensar que el gobierno turco apoyó veladamente al Estado Islámico, por lo menos a inicio del conflicto.
Con la llamada “primavera árabe” –quien sabe si fue tal o más bien el “invierno de la CIA y el MOSSAD”- se intentaron reformas políticas en Túnez, Egipto, Libia, Yemen, Arabia Saudita, Jordania y Argelia principalmente, estos intentos de reformas se realizaron de diversas maneras y tuvieron distintos resultados. Este fenómeno político llegó a Siria donde ha sido particularmente crítico por diversos factores que se fueron conjugando, pues el régimen sirio es un gobierno que se podría ubicar dentro del llamado “nacionalismo árabe”, que en su momento realizó reformas sociales importantes, pero tuvo límite que no pudo superar, algo común a muchos nacionalismos-populistas –término acuñado por Samir Amin-, tales límites han sido fundamentalmente la corrupción y la ausencia de un “Estado de Derecho” efectivo.
El conflicto sirio se ha hecho particularmente complicado, pues éste se extendió al vecino Irak, en estos dos países tomó gran fuerza el Estado Islámico, por lo que para enfrentarlo Siria se alió con el gobierno iraní, el gobierno ruso y el Hezbollah libanés.