FBI investiga interferencia rusa en elecciones de EU

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La Jornada.

Ciudad de México. El director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) confirmó públicamente este lunes que existe una investigación sobre la interferencia rusa en la elección presidencial estadunidense, incluyendo sobre una posible coordinación entre el Kremlin y el equipo de campaña del entonces candidato Donald Trump, y desmintió al presidente a afirmar que no hay evidencia de su acusación de que su predecesor ordeno la intervención telefónica de sus oficinas en la Trump Tower.

En una audiencia ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el jefe del FBI, James Comey, declaró que su agencia en general no comenta sobre investigaciones en curso pero que en este caso, el Departamento de Justicia lo autorizó a confirmar que se realiza una investigación de contra-inteligencia sobre la interferencia rusa en la elección estadunidense y que ésta fue iniciada en julio del año pasado.

Informó que la investigación cubre “la naturaleza de cualquier vínculo entre individuos asociados con la campaña de Trump y el gobierno ruso y si hubo cualquier coordinación entre la campaña y los esfuerzos de Rusia”. Agregó que incluye también “una evaluación sobre si se cometieron delitos”.

Ambos, Comey y Mike Rogers, director de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA),quien lo acompañó en la audiencia, afirmaron que no había evidencia de que la interferencia rusa hubiera cambiado votos en la elección. Trump casi de inmediato envío un mensaje por Twitter afirmando que “la NSA y la FBI informan al Congreso que Rusia no influyó en el proceso electoral”. Sin embargo, más tarde en la misma audiencia, Comey indicó que no era “nuestra intención” señalar que las acciones de Rusia no tuvieron un impacto sobre la elección.

Aun antes de que iniciara la audiencia, Trump ya había descalificado la investigación sobre Rusia al aseverar en un tuit que no existe ninguna prueba de que él conspiró con Rusia y que cualquier afirmación a lo contrario es “noticia fabricada”. Reiteró su acusación de que los demócratas han fabricado esa narrativa “como excusa por realizar una terrible campaña (electoral)”.

De hecho, a lo largo de la audiencia de más de 5 horas la cuenta de Twitter de Trump no cesó de comentar sobre lo ocurrido, y hasta en un momento atacó a Comey por rehusar informar si él comentó elementos de la investigación sobre la interferencia rusa con Obama el año pasado.

Los republicanos fueron obligados a ceder ante la necesidad de una investigación legislativa sobre la interferencia rusa en la elección después de que las agencias de inteligencia de Estados Unidos concluyeron que eso ocurrió en un informe en enero, y después de que los medios revelaron que el primer asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca (y antes asesor de campaña de Trump), Michael Flynn, ocultó contactos con el embajador ruso en Washington por lo cual fue despedido, y que el ahora procurador general, Jeff Sessions, omitió informar que también tuvo contactos con ese mismo embajador como senador y también asesor de esa campaña.

Pero los republicanos están intentando cambiar el enfoque de la investigación a las filtraciones a la prensa sobre el asunto. “Si Rusia intentó influir en nuestro proceso democrático es increíblemente importante, y parte de eso podría llegar a tener el nivel de un delito, pero parte no se eleva al nivel de un delito. Una cosa en que usted y yo estamos de acuerdo es sobre la difusión delictiva de material clasificado, eso es definitivamente un delito”, dijo en la audiencia el representante republicano Trey Gowdy.

Trump hizo eco de esto en otro tuit esta mañana, declarando que “la historia real que el Congreso, el FBI y todos los demás deberían indagar es la filtración de información Clasificada. ¡Se tiene que encontrar el filtrador ahora!”

En torno a la explosiva acusación de Trump de que el entonces presidente Barack Obama había intervenido sus teléfonos en sus oficinas de la Torre Trump, en octubre del año pasado poco antes de la elección, Comey declaró este jueves que “no tengo información que respalde esos tuits” de Trump, y que el Departamento de Justicia tampoco.

Agregó que ningún presidente tiene la autoridad para ordenar ese tipo de vigilancia electrónica, y explicó que desde los años setenta, existe un proceso riguroso para solicitar autorización para intervenir comunicaciones de cualquier estadunidense, y que eso solo puede hacerse con la orden de un juez en un tribunal especializado bajo la ley conocida como FISA.

Más aún, Rogers también rechazó este lunes la versión de que la inteligencia británica espió a Trump a solicitud de Obama -otra acusación de la Casa Blanca- señalando que eso sería imposible.

Con estos desmentidos tajantes de la acusación hecha por Trump hace dos semanas -a la cual también se han sumado el Departamento de Justicia, ex jefes de inteligencia y el propio Obama, la presión sobre la Casa Blanca para emitir una disculpa se intensificó- algunos legisladores republicanos ya lo han solicitado -pero no había ninguna señal de que Trump estuviera dispuesto hacer tal cosa.

Se citó otra audiencia más sobre el tema de la interferencia rusa en las elecciones ante este mismo comité, mientras que también habrá audiencias sobre lo mismo en el Comité de Inteligencia del Senado. Se supone que la investigación del FBI continuará tal vez por meses.

Suprema Corte

Este lunes arrancó el proceso de ratificación del juez Neil Gorsuch, nominado por Trump para la Suprema Corte, ante el Comité Judicial del Senado. Se espera que los republicanos, con su mayoría, ratificarán al juez federal, pero los demócratas tienen la intención de pintarlo como un conservador que ha favorecido a intereses empresariales y que podría poner en jaque la legalización del aborto -derecho ganado en 1973 y bajo ataque por conservadores desde entonces.

Si como es esperado, Gorsuch es ratificado, otorgará una mayoría conservadora de 5 jueces en el máximo tribunal del país, contra 4 liberales moderados.