Oaxaca de Juárez. Cada cuarto viernes de Cuaresma, la ciudad de Oaxaca de Juárez se convierte en el epicentro de fiesta y convivencia con la celebración de “La Samaritana”, una tradición única en el país en la que se comparte un delicioso vaso con agua fresca o una exquisita nieve tradicional.
En sus calles se instalan puestos en los que sobresalen adornos de papel blanco y morado, así como flores de buganvilia y palmas, representados por mujeres y hombres que amablemente invitan a todas las personas a disfrutar de bebidas preparadas con frutas de la temporada como limón con chía, sandía, piña, horchata y chilacayota (calabaza que se cosecha en el estado), o bien, bebidas prehispánicas como el Tejate, a base de cacao y hueso de mamey, que disponen en enormes ollas de barro.
Es al medio día -en el punto más álgido en los que los rayos del sol alcanzan los 22 grados centígrados- cuando las y los habitantes y turistas se reúnen en un diálogo de fraternidad, en el que la tradición se convierte en el momento ideal para rememorar el pasaje bíblico que relata el encuentro de Jesús con una mujer Samaritana, en el pozo de Jacob en la ciudad de Siquem.
En la ciudad de Oaxaca se representa al compartir agua fresca a las y los visitantes y a todos aquellos que recorren los puestos a lo largo de las calles, templos y espacios públicos del Centro Histórico. Oficialmente la degustación comienza en la parroquia de La Preciosa Sangre de Cristo y se replica en los 27 templos de la ciudad.
De acuerdo con el Cronista de la Ciudad, Jorge Bueno Sánchez, esta tradición tomó importancia en el siglo XX y fue gracias a Doña Casilda Flores que llevó la celebración más allá de los atrios de las iglesias, porque involucró a negocios y viviendas, los cuales fungen como puntos de encuentro y convivencia hasta nuestros días.
“Por el año de 1958, Casilda Flores obsequiaba agua a los estudiantes del Instituto de Ciencias y Artes del Estado de Oaxaca, hoy, Universidad Autónoma ‘Benito Juárez’ de Oaxaca (UABJO), en el la pila de Juan Diego localizada en la calle de Trujano; sin embargo, en la década de 1970, en los tiempos de política que vivió la universidad, rompieron con esta tradición, por lo que vuelve a los templos y a las oficinas públicas”, destacó.
Fue hasta finales del siglo XX cuando esta tradición involucró la realización de concursos de arreglo de puestos o conocidos coloquialmente como “pozos”, a iniciativa de la Casa de la Cultura Oaxaqueña (CCO).
“A medida que mejoraba la realidad en el siglo XX, los medios de comunicación y los turistas han resaltado esta tradición, la cual se puede degustar en las 27 iglesias de la ciudad, sin contar el número de capillas, así como oficinas públicas y privadas”, destacó Jorge Bueno Sánchez.
El Cronista de la Ciudad compartió que actualmente “La Samaritana” es una de las tradiciones que más disfrutan las juventudes, quienes también han resaltado tradiciones como el “Viernes de Llano”.