Narcotráfico controla 20% de mercado de combustibles

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Contralinea.

Oaxaca de Juárez. El crimen organizado en México controla el 20 por ciento del mercado nacional de combustibles, ocasiona pérdidas millonarias a Pemex y constituye una de las modalidades de financiamiento para los cárteles del narcotráfico

 

En México, el robo de combustible es controlado por cinco cárteles del narcotráfico como resultado de la diversificación de sus fuentes de financiamiento y una forma de resistencia frente a los embates del Ejército y las distintas corporaciones policiales, asegura José Ignacio Montero Vieira, del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE).

“Los continuos golpes policiales y militares han provocado que el crimen organizado abra nuevas vías de financiación, como el robo de combustible, estrategia que les confiere mayor resistencia frente a la actuación de los cuerpos de seguridad pública”, señala.

l robo de combustible en nuestro país asciende a 20 mil millones de pesos por año, equivalente a 27 mil barriles de gasolina y diésel diarios, siendo los estados de Puebla, Guanajuato, Tamaulipas y Veracruz donde se concentra el ilícito, de acuerdo con datos proporcionados por la Gerencia de Información de Petróleos Mexicanos (Pemex).

“Se trata de una realidad preocupante, ya que tan solo en el 2012, el robo de combustible generó pérdidas a Pemex por valor de 497 millones de dólares; en 2013 aumentaron hasta situarse en los 545 millones de dólares, y en 2014 la situación empeoró notablemente, dado que se llegaron a registrar pérdidas por valor de 1 mil 159 millones de dólares”, establece Montero Vieira.

En entrevista, el investigador del IEEE explica que la tendencia de este ilícito es muy grave, en especial si se atiende a las estimaciones de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas), la cual afirma que el crimen organizado podría estar controlando un 20 por ciento del mercado nacional de combustibles.

La explosión de las tomas clandestinas detectadas por Pemex entre 2011 y 2012, coincidió con la incorporación del crimen organizado a esta actividad, advierte Guillermo Valdés, exdirector del Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (Cisen), al participar en el foro Energy México, celebrado a inicios de marzo.

Entre 2009 y 2016 Pemex perdió al menos 160 mil millones de pesos, equivalentes a unos 50 mil barriles de promedio al mes por cada oleoducto, de acuerdo con estimaciones de Dwight Dyer, consultor independiente en seguridad del sector energético, dadas a conocer en la misma tribuna.

“En muchas ocasiones los grupos criminales involucrados en el robo de gasolina, así como el personal de Pemex, de los municipios y hasta estatales, obligaron tanto a las estaciones y las asociaciones de gasolineros a comercializar el combustible robado. A veces era a las buenas, a veces a las malas”, señaló Dyer.

La tendencia del número de tomas clandestinas entre 2004 y 2015 es preocupante, señala por Montero Vieira, quien advierte que se ha incrementado hasta niveles alarmantes.

Este crecimiento se produce a pesar de las acciones del Grupo de Coordinación Interinstitucional de Investigación y Persecución de Delitos en Materia de Hidrocarburo, creado en 2015 e integrado por Pemex, la  Procuraduría General de la República, las secretarías de la Defensa Nacional y Marina, el Cisen (Centro de Investigación y Seguridad Nacional), la Policía Federal, la Gendarmería y autoridades locales.

De acuerdo con el reporte de los sistemas de medición de Pemex, las tomas clandestinas de combustible se han registrado en gran medida en los poliductos de Topolobampo-Culiacán, Cadereyta-Brownsville, Salamanca-Vista Alegre-Zacatecas, Salamanca-Guadalajara, Madero-Cadereyta, Salamanca-León, Salamanca-Morelia, Minatitlán-México y Minatitlán-Dos Bocas-Villahermosa.

El investigador del IEEE precisa que los responsables del robo de combustible varían en función de la zona del país donde operan, ya que esta actividad ilícita puede estar en manos de un solo cartel o, como suele ocurrir, en un mismo estado, donde varios cárteles se disputan la hegemonía del negocio lo cual se traduce en violencia.