La X en la frente: ¿QUIÉNES LINCHAN MEDIÁTICAMENTE?

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Moisés MOLINA

Quienes tienen toda la razón.

Quienes, teniendo razón, hacen con toda deliberación, “leña del árbol caído”. (Ya, para beneplácito suyo, el árbol cayó), ¿para qué hacer leña? Para que la equivocación, error, estupidez, conducta de otros tiempos, como una hiedra se extienda y llegue a la silla de su último superior laboral”.

Quienes no reconocen en el árbol caído ninguna importancia, hasta que, por muy lejana que fuese la relación laboral, comienzan a alimentar la hiedra para que alcance a quien en nada tiene la culpa.

Quienes por pasatiempo y sin medir consecuencias sociales, relacionan todo lo que pudiera estar mal con el gobernador, hasta el punto de criticar, exhibiendo la pobreza argumentativa y la falta de valor civil y, sin que suceda afirman que si el gobernador estornuda hay quienes le aplauden. Espíritus enfermos con los cuáles no hay nada que hacer y si algo se espera es la muerte cívica. Se complacen, regocijan, embriagan ellos mismos en la mediocridad de 3 o 4 retweets aún a pesar de suplicar, mendingar por whats app, un RT). Esos ya no cuentan. Su móvil es el odio. Un odio, por cierto, personal, no colectivo.

Quienes presas de un bien ganado malestar social, reproducen lo que a ellos mismos les es imposible comunicar. 12 años con las falanges rotas, violencia, una micro mini revolución, que a punto estuvo de la Desaparición de Poderes y el latrocinio más desfachatado, insensible, voraz que pensaron que, compartiéndolo con el que llegaba: joven, sin telarañas, acostumbrado a la vida que sus responsabilidades le han permitido, como a ellos, solo que con una pequeña gran diferencia: una tabla de valores incólumne y un apotegma: “Cárcel al que robe” y si me apuran, cárcel al que incendie. La gente está molesta, quiere pegar, destruir, venganza de quienes nos dejaron sin patrimonio. Muchos no lo saben, pero no fue ALEJANDRO MURAT HINOJOSA. Su política es de cero tolerancia; honradez, eficacia, eficiencia y resultados es todo lo que pide a sus colaboradores. Por eso se están llendo: porque no le creyeron, porque vienen de otros gobiernos o de la oposición, porque creen que su juventud le obliga a la mano temblorosa; porque vienen de otra cultura y cada quien con sus propios traumas.

Hagamos un juicio justo. ALEJANDRO MURAT HINOJOSA no tiene la culpa si sus funcionarios, no digamos “sean incompetentes”; sino que falten a la MORAL PÚBLICA Y A LAS BUENAS COSTUMBRES, si pensaron que el puesto a que rindieron protesta les fue concedido como un premio parecido al melate.

EL PODER Y EL VALOR

No señoras, señores. No se sacaron la lotería. La solvencia académica, el mejor de los activismos en campaña, la abultada cifra de votos o cualquier otro mérito, nada tiene que ver con la tarea de gobernar.

Se gobiernan seres humanos, los presupuestos son para que los ciudadanos vivan mejor, más contentos y de ser posible agradecidos; no con el funcionario, sino con una nueva manera de gobernar que marcha al ritmo de una sola partitura.

El Gobernador no es policía para andar atrás de todas y todos. Cada quién es responsable de sus actos y hoy, EL HOMBRE PÚBLICO YA NO TIENE VIDA PRIVADA.

Y LA ÉTICA SE APRENDE EN CASA, simplemente con los 10 mandamientos.

Para acabar de comprender lo que sí son hechos aislados respecto del titular del poder ejecutivo, viene 2018 y todas y todos están buscando su candidatura. ¿A qué hora van a gobernar?

Ayudemos al gobernador, vigilemos a sus funcionarios y gobernemos con él. Sí, gobernemos con él. Mire:¿ Asume usted las claras obligaciones y prerrogativas que nos mandata nuestra constitución? Solo le pido que nos ayudemos cumpliendo con dos muy sencillas yunque le harán un buen ciudadano, en contraste con el mal servidor público. Póngale el ejemplo.

El Gobernador ya lo demostró varias veces: CERO TOLERANCIA. Y se irán los que no fueron bien educados, y se tengan que ir.

Sus colaboradores no se han ido porque los trolles lo pidan en Twitter, si no porque SOBRE AVISO NO HAY ENGAÑO.

Los hay quienes pensaron que no iban a haber renuncias, que (como siempre) iba a haber impunidad.