Detrás de la noticia: ¿Quién y por qué quiere tirar a Murat y a Toño del gobierno?

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Alfredo Martínez de Aguilar.

Los demonios de la presión y el chantaje están sueltos en Oaxaca. De ninguna manera, se da por caso fortuito ni por azares del destino, mucho menos es producto de la generación espontánea.

En política no hay casualidades, sino causalidades, ni perro sin dueño ni caballo sin jinete. Entonces, quién o quiénes soltaron a los perros de la ingobernabilidad en la capital oaxaqueña.

De quién es el fierro del establo en las nalgas de Flavio Sosa, dirigente de Comuna, y de los Panchos, Martínez Sánchez, y su hijo Martínez Rodríguez, del Frente Popular 14 de Junio.

O bien, de quién es el fierro que trae en las ancas el dirigente de la Sección XXII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), Eloy López Hernández.

A qué intereses mezquinos sirven, quién o quiénes les utilizan para llegar al poder, recuperarlo o mantener éste y acrecentarlo, quién y por qué se protege a Flavio y se persigue a Los Panchos.

Si Flavio Sosa Villavicencio es probable responsable del enfrentamiento, bloqueo carretero y del Basurero Metropolitano en la agencia municipal Vicente Guerrero y la colonia Guillermo González Guardado, por qué la Fiscalía no busca librar orden de aprehensión en su contra y ofrece recompensa por él, como lo hace con los Panchos.

¿Quién o quiénes están interesados en tirar a Alejandro Murat del Gobierno de Oaxaca, pero al mismo tiempo, también a José Antonio Hernández Fraguas, del Gobierno Municipal capitalino?

Por descarte de posibilidades, no es Alejandro Murat el interesado en tirar del Ayuntamiento a Toño, como ocurrió en el pasado con el panista Alberto Rodríguez González “El Güero CHPT”.

Por el contrario, tras la rebelión de los nueve regidores de Morena, del PAN, del Verde, del PT y del PRI, el gobernador ha manifestado reiteradamente su ‘espaldarazo’ al munícipe capitalino.

Paulino de Jesús Ruiz Olmedo y María de la Luz Ramírez Hernández, Leslie Jiménez Valencia, Sergio Andrés Bello Guerra, se equivocaron rotundamente, Toño, no se va del Ayuntamiento.

Lo mismo ocurrió con Azucena Hernández Vásquez, Karla Verónica Villacaña Quevedo

Y Rosario Leví López López, Eduardo Reyes Santiago y Bárbara García Chávez, a quien apoya de manera oportunista el senador ‘chaquetero’ Ángel Benjamín Robles Montoya.

Aunque en el caso de Toño, el motivo del cabildazo pareciera ser el diferendo con Javier Villacaña, en realidad, no lo es. Éste es peccata minuta. Otro es el trasfondo realmente.

Indispensable es aclarar que, a nuestro juicio, conociendo que Toño y Javier son ‘mecha corta’ y ‘echados para adelante’, se les enfrentó para dejarles fuera del próximo ‘piñatazo’ político.

A Toño no le interesa la reelección porque seguramente sabe que la presidencia municipal de la capital oaxaqueña, será negociada y entregada a Oswaldo García Jarquín de Morena.

La presidencia de Oaxaca de Juárez es una de la joya de la corona a entregar en bandeja de plata a Manuel Andrés López Obrador para consolarle, después de su tercera y definitiva derrota.

Pero, en cambio, a Toño sí debe interesarle ser senador por Oaxaca y ponerse en la antesala de la próxima candidatura del PRI a la gobernación del Estado, como uno de los varios aspirantes.

Toño tendrá que disputar el anhelado escaño a Lilia Mendoza, a Héctor Pablo Ramírez Puga y, particularmente, a Raúl Bolaños Cacho Cué, protagonista del paralelismo sucesorio Peña-Nuño.

A la luz de este ejercicio de creación de escenarios políticos futuros, resulta entendible por qué se pretende tirar a Toño de la alcaldía capitalina utilizando a nueve regidores en su contra.

La carambola de dos bandas en contra de Toño, también dejaría fuera de la aspiración de ser diputado local y coordinador de la Fracción Parlamentaria del PRI a Javier Villacaña Jiménez.

Toño y Javier, vinculados en mayor o menor medida a Diódoro, cayeron en la provocación y permitieron que les amarren navajas, sin caer en cuenta que son utilizados para anularse entre sí.

Obligado es airear estas preguntas públicamente para tratar de entender la causa, motivo o razón, de la convergencia de las organizaciones radicales más beligerantes en contra de Oaxaca.

A menos que se trate de una genial maniobra perversa para mantener aterrorizados a los oaxaqueños, al parecer, en realidad, pasan la factura de los agravios de José, el padre, al hijo.

Y en esa tesitura se perfila con meridiana claridad la mano negra de los ex gobernadores Diódoro Carrasco Altamirano, Ulises Ruiz Ortiz y, especialmente, Gabino Cué Monteagudo.

El actual poder detrás del trono en el vecino estado de Puebla desde la Secretaría de Gobierno, jamás perdonará a José Murat, que le sacara de la bolsa, dos veces, la imposición de sucesor.

Padre e hijo dejaron fuera de la gobernación de Oaxaca por dos ocasiones a José Antonio Estefan Garfias; agravio que hereda Gabino Cué como delfín de Diódoro Carrasco Altamirano.

Hay fundadas sospechas que en el proceso electoral a Gobernador, Gabino traicionó a Pepe Toño: los últimos dos meses le abandonó, dejó sin recursos y ni siquiera le tomó las llamadas.

La razón es por demás obvia. Todo parece indicar que Gabino negoció traicionar y abandonar a su suerte a Pepe Toño, a cambio de impunidad para él y quizá para su alter ego, Jorge Castillo.

De no ir más allá de la inhabilitación como máxima sanción del Juicio Político, el paso del tiempo confirmará la insistente versión de la negociación en el escandaloso saqueo de Oaxaca.

A pesar de ser impuesto por José Murat como gobernador contra todas las opiniones, Ulises Ruiz rompió con éste estrepitosamente e incumplió los acuerdos de otorgar ‘cuotas a los cuates’.

Promotor de la disidencia interna en el Partido Revolucionario Institucional, Ulises no perdona a José Murat que su delfín, Eviel Pérez Magaña, también haya sido derrotado dos veces.

Pero el trasfondo es todavía mucho más interesante. Diódoro Carrasco, Ulises Ruiz y Gabino Cué están interesados en sabotear y reventar desde ya el proyecto nacional de los Murat.

Sendos ex gobernadores no ignoran que José y Alejandro Murat trabajan desde ahora para convertir el exitoso trabajo en Oaxaca, en plataforma de lanzamiento nacional de Alejandro. Padre e hijo tienen a su favor el afecto del Presidente Enrique Peña Nieto, pero también el enorme favor político de la construcción del Pacto por México, que trazó la ruta a seguir.

Más trascendente es todavía la inclusión de los Murat en el proyecto transexenal de Peña Nieto, si como todo parece indicar el candidato presidencial del PRI, es Aurelio Nuño Mayer.

A querer o no guste o no, la controvertida Reforma Educativa es la única reforma estructural exitosa a grado tal que, avanza en Oaxaca. Su diseñador e impulsor es el titular de la SEP.

En el ‘círculo rojo’ del poder presidencial no se ignora la estrecha amistad de José y Alejandro Murat con Enrique Ochoa y con Aurelio Nuño. Sus enemigos, tampoco lo ignoran y menos lo perdonan.