“Donají… La Leyenda”, 35 años del espectáculo en la Rotonda de la Azucena

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Oaxaca de Juárez. Desde el año 1982, el espectáculo teatral y dancístico “Donají… La Leyenda”, ha deleitado a miles de oaxaqueños y visitantes nacionales e internacionales, en un evento único de luz y sonido que cuenta la historia de amor y tragedia de la princesa zapoteca y el príncipe mixteco Nucano.

Su creador, el Director del Ballet Folklórico de Oaxaca, Fernando Rosales García comparte que para él ha representado un reto recrear la historia con la misma narrativa a lo largo de más de tres décadas, pero siempre ha cuidado que este espectáculo sea agradable para las y los visitantes.

La musicalización, iluminación, vestuario y escenografía, son los elementos centrales de este evento que incluye la participación de más de 80 bailarines, 20 personas en el coro y 15 de staff, quienes este año se han fijado como meta deleitar los sentidos de las más de 11 mil personas que se congregarán en la Rotonda de la Azucena este 16 y 23 de julio a las 20:30 horas, para rememorar la 35 edición de la leyenda zapoteca, que honra a esta heroína presente en la cultura oaxaqueña.

Para este año, se contará con la participación del Coro de la Ciudad, como muestra del objetivo proyectado para el año 2018 que este espectáculo se musicalice completamente en vivo.

Para la creación de este espectáculo hace 35 años, el maestro Fernando Rosales tuvo que recopilar datos históricos para trasladar la historia al escenario. “Nos dedicamos a buscar las diferentes versiones sobre la leyenda de Donají para construir un texto y después musicalizarla; es decir, plantear una secuencia lógica para que la gente estuviera atenta y se enamorara de la puesta en escena, pero sobre todo que fuera aceptada”.

En su libro “Los rituales de la Guelaguetza”, el escritor Jesús Lizama relata que la leyenda de Donají como espectáculo fue creada en 1982: “la puesta en escena es una construcción en la que se plasma lo que se piensa que fueron los pueblos prehispánicos, de ahí que el escenario, el vestuario, las danzas que se realizan o la música que se ejecuta manifiesten un conjunto de ideas que, al desarrollarse en el auditorio Guelaguetza, llega a ser aceptado y compartido por los demás urbanitas”.

Sin embargo, en este año no fue la única ocasión en la que se representó una obra cuyo argumento girara alrededor de este personaje. De acuerdo con Jesús Lizama, en 1932 como parte de los festejos del IV Centenario, Francisco Leonardo Ramos escribió la obra: “La Princesa Donají”, cuyo argumento narraba la guerra entre mixtecos y zapotecos.

Para el año 1950, se presentó un arreglo escénico en el que se ejecutaron “danzas rituales de Oaxaca” y fue llamado “Homenaje a la Princesa Donají”. En 1971, volvió nuevamente a las fiestas; en esta ocasión, los miembros del Grupo Folklórico Universitario montaron la escena en la Escuela de Bellas Artes denominada “Una representación plástica”.

Mientras que para el año 1982, el Ballet Folklórico de Oaxaca presentó la obra “Donají… La Leyenda” en el auditorio Guelaguetza, por la noche de los Lunes del Cerro, a la cual acudían familias provenientes de las periferias de la ciudad y de barrios a donde difícilmente llegaban eventos culturales de esta magnitud. A partir de ese año, se ha representado ininterrumpidamente en el Auditorio Guelaguetza.

Jesús Lizama expone que el éxito de esta puesta radica en la reconstrucción de lugares prehispánicos, algunas veces teniendo en cuenta análisis históricos, como en el caso del vestuario, del que se dice se ha basado en el estudio de algunos códices, o la música que ha sido tomada en algunos momentos de las obras de José Pablo Moncayo, mientras que en otros se echa mano de instrumentos claramente asumidos como prehispánicos; ejemplo de ello es el caracol o el teponaxtle.

“En las primeras presentaciones, nadie le apostaba a su éxito; a pesar de ello, continuamos con su planeación para la siguiente presentación después del primer Lunes del Cerro, pues se tenía la infraestructura y era la única forma de aprovechar la música y la iluminación, nada más tuvimos que invertir en la escenografía”, relata el maestro Fernando Rosales al recordar que desde hace más de 20 años, el Gobierno de Oaxaca de Juárez organiza esta puesta en escena.

“La representación de la leyenda en los Lunes del Cerro tiene como finalidad exponer al pueblo los modelos a seguir; es decir, imitar a aquellas personas que anteponen los intereses cívicos a los personales. Por eso, esta puesta en escena es calificada como una lección de pundonor, invitación a la emulación, y la protagonista se ha convertido en uno de los máximos perfiles históricos de Oaxaca”, concluyó el maestro.