Excélsior.
Ciudad de México. Agrupadas en Hispanics in Philanthropy (HP), diversas organizaciones sociales detectaron las 19 rutas de trata de personas que existen en México, que nacen en 94 municipios “de enganche” y cuyos destinos se distribuyen en todo el territorio del país y descubrieron que la omisión de la Cámara de Diputados, al frenar la reforma de ley, impide un combate efectivo.
El análisis, entregado al Senado y a la Cámara de Diputados para insistir en que se debe realizar la reforma que está pendiente, precisa que “con la ley de 2012 se lograron reducir las complicaciones y vacíos que quedaron en la ley de 2007 bajo el argumento de ciertos miembros de la sociedad civil. Sin embargo, con la ley vigente el reto es lograr sentencias condenatorias sin violentar el derecho al debido proceso y sin criminalizar conductos sociales como la pobreza”.
Destaca que “los resultados con la ley del 2012 no han sido los mejores con respecto a la ley anterior. Si bien se ha incrementado el número de personas detenidas en comparación con las que se pudieron capturar con la ley de 2007, no todas han sido sentenciadas, muchas de ellas han sido absueltas por falta de pruebas.
La ley considera como trata de personas dos de los tres elementos establecidos internacionalmente, dejando de lado el sometimiento de las víctimas, permitiendo que casi todas las situaciones en las que una persona termina en una situación con fines de explotación sea considerado como trata y por ende sancionado”.
Difundido por el propio Senado, el documento elaborado por Hispanics in Philanthropy (HP) dice que las 19 rutas de la trata de personas tienen como destinos los estados de Baja California, Chihuahua, Coahuila, Quintana Roo, Nuevo León, Tabasco, Tlaxcala, Yucatán, Puebla, Veracruz, Zacatecas, Jalisco, Aguascalientes, Guanajuato, San Luis Potosí, Ciudad de México, Oaxaca, Querétaro y Chiapas.
Enumera los 94 municipios “de enganche” que hay en todo el país, donde factores como el flujo migratorio, la existencia de rutas férreas, la violencia y la presencia del crimen organizado, facilitan el crecimiento de la trata de personas, con niñas, personas de la comunidad lésbico-gay y migrantes.
Mucho se ha dicho que México es un país de origen, tránsito y destino para la trata. Actualmente también se considera como un país de retorno para víctimas mexicanas en el exterior, principalmente en Estados Unidos. Sin embargo, las rutas de tránsito por México para fines de trata aún son inconclusas, siendo esto uno de los principales obstáculos para la oportuna identificación de víctimas, así como de lugares de enganche y tránsito, limitando la creación de estrategias de prevención, rescate y protección.
“Comprender los estados de origen de las víctimas permitiría identificar los lugares en los que más acciones preventivas e informativas deberían realizarse. Los estados de paso y destino deberían poner mayor énfasis a la denuncia y rescate.
La centralización de las acciones preventivas y de atención en la Ciudad de México, han aumentado el desconocimiento del fenómeno en las esferas de procuración y administración de justicia a nivel estatal. Por lo que las organizaciones de la sociedad civil, con o sin recursos, con o sin conocimiento en el tema se han visto obligadas a atender, en la medida de lo posible, esta situación, asistiendo, asesorando y en ocasiones protegiendo a las víctimas de este delito”, destaca.