La Jornada.
Ciudad de México. La Unicef abrió este lunes el primero de 16 centros amigables para la atención de niños y niñas en Oaxaca y Chiapas, afectados por el sismo del pasado 7 de septiembre.
La intención del organismo es que mediante estos espacios se contribuya a que los infantes regresen a la normalidad lo más pronto posible.
“Estos espacios amigables para la infancia en Juchitán e Ixtaltepec (que se abrirán mañana) marcan el inicio de la respuesta de Unicef a favor de las niñas y niños afectados por el sismo”, consideró Christian Skoog, representante de Unicef en México.
“Los niños tienen una urgente necesidad de contar con un lugar que les ofrezca seguridad física y emocional, y que les facilite su retorno a la normalidad tras este traumático evento”.
El Organismo alista la apertura de otros centros similares en diferentes zonas del Istmo en Oaxaca, así como en localidades como Pijijiapan, Tonalá y San Cristóbal de las Casas, municipios de Chiapas.
Personal de esta institución recorrió la semana pasada las zonas más afectadas de ambos estados tras el sismo y determinó dónde es más urgente tomar medidas para salvaguardar el bienestar de los niños.
Además de la instalación de los llamados centros amigables -que en el caso de Juchitán fue abierto en el albergue El Calvario- se promoverán medidas de higiene entre los niños para evitar la propagación de enfermedades gastrointestinales.
Para activar el plan de acción de Unicef para 2.1 millones de niños en Chiapas y Oaxaca, Unicef requiere de 1.2 millones de dólares, que buscará a través de donantes, empresas e instituciones filantrópicas.