Oaxaqueño gana beca para cursar una maestría en Alemania

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El Financiero.

Ciudad de México. Los fotones, materia de estudio que en su momento fue la vocación de notables científicos como Albert Einstein y Max Planck, es ahora el desafío académico de José Tomás Santiago Cruz, quien obtuvo una beca para estudiar su maestría en Física en la Universidad Friedrich-Alexander de Erlangen-Núremberg (FAU) en Baviera, Alemania.

Egresado de la Facultad de Ciencias (FC) y con estancia en el Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM, el beneficiario del Sistema de Becas para Estudiantes Indígenas (SBEI) del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIC) antes acudirá en apoyo de su lugar natal, Asunción Ixtaltepec, Oaxaca, que padece momentos aciagos por el sismo ocurrido el pasado 7 de septiembre.

“Desde que estudiaba la licenciatura quería irme de intercambio, pero no pude por no hablar inglés; me sentía un poco triste porque no lo podía concretar, pero el año pasado hice una estancia en el Max Planck Institute, en Alemania, y finalmente llegó la maestría en la FAU, que inicia el 16 de octubre”, relató.

José Tomás trabaja con parejas de fotones (partícula elemental responsable de las manifestaciones cuánticas del fenómeno electromagnético), que por el proceso en que se generan presentan una propiedad física denominada “enredamiento cuántico”.

Fue su trabajo recepcional de licenciatura: ‘Criterios de enredamiento y estructura transversal en momento transversal de parejas de fotones’, dirigido por el investigador Alfred Barry U’Ren, lo que lo motivó a ahondar en ese ámbito.

“Lo que hago ahora es una caracterización del enredamiento cuántico; usamos un cristal que tiene propiedades no lineales y un láser. Esto puede tener muchas aplicaciones, la primera podría ser la creación de una computadora cuántica, más poderosa que las supercomputadoras actuales, que no tienen el potencial para resolver problemas pendientes en matemáticas, biología y química”, explicó.

Son necesarias poco más de 12 horas de viaje por una carretera atribulada para llegar a Asunción Ixtaltepec, lugar intrínsecamente ligado a Tomás y a su memoria gustativa. “Las enchiladas de mole rojo espolvoreadas con el queso seco que hacen allá son mi comida favorita”, dijo antes de comentar que estará dos años fuera de México.

Ante la próxima lejanía, el joven zapoteco se da ánimos: “cuando uno está flaqueando, a veces es bueno hablar con el niño que uno tiene dentro; además, esto es lo que quería y voy a lograrlo”.

Hablante de zapoteco, español e inglés, el estudiante universitario aceptó que su lengua originaria la entiende más de lo que la habla, y uno de los vínculos que la ha mantenido viva es la lectura de poesía, particularmente de Irma Pineda, originaria de Juchitán de Zaragoza.