La Jornada.
La Casa de las Ciencias, un proyecto surgido oficialmente en 2007 mediante el cual un grupo de profesores de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), ha logrado que los alumnos de primaria, secundaria y bachillerato se acerquen a las ciencias mediante el conocimiento de su entorno natural.
El proyecto, ideado en 2000, ha sobrevivido gracias a la entereza de sus fundadores y los padres de familia, pues los apoyos gubernamentales han sido mínimos.
Flor de María Ramos Navarro, una de las fundadoras del proyecto, quien funge como coordinadora pedagógica de la Casa de las Ciencias, explicó que ese esquema se ha trabajado desde 2000, resultado de una idea surgida en secundarias técnicas, conoci- da como la ciencia en la escuela; de ahí se le dio forma a la Casas de las Ciencias con la participación de alumnos y profesores que realizaron congresos y otras actividades educativas.
Así, en 2007 con las experiencias y conocimientos adquiridos se dio paso a la forma actual del proyecto, que busca fortalecer el conocimiento de los alumnos en el área científica aplicada en su comunidad.
Sobre todo, destacó Ramos Navarro, porque en Oaxaca existe una biodiversidad enorme, hay ríos, lagos, mar, zonas áridas, arqueológicas, lo que permite a los estudiantes adentrarse de forma práctica en la ciencia; además, ayuda para que exista un mayor arraigo de los menores con su medio ambiente y se promueva la defensa del territorio.
Agregó que con la Casa de las Ciencias se comenzaron a desarrollar distintas actividades: una de las preferidas son los campamentos científicos en áreas naturales, esto fortaleció el conocimiento de los jóvenes con respecto del legado natural. También se han llevado a cabo noches astronómicas, campamentos, visitas a la Casa de las Ciencias y proyectos didácticos, detalló Ramos Navarro.
“La idea –dijo– es que las nuevas generaciones tengan un acercamiento a la ciencia desde pequeños, de forma práctica y que se haga más ameno el aprendizaje para que no lo rechacen y en un futuro surjan grandes científicos oaxaqueños o arqueólogos, especialistas que ayuden a preservar las riquezas de la entidad.”
La fundadora manifestó que lamentablemente, los recursos son limitados, pues el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (Ieepo), sólo se limita a pagar la renta del espacio y los servicios de telefonía, Internet, luz y agua, así como los sueldos a los profesores, y todo el trabajo de contenidos, campamentos y demás actividades sale del bolsillo de los profesores y padres de familia.
Refirió que han encontrado apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), que aprobó el proyecto y en los últimos meses se logró realizar cinco campamentos.
Mencionó que este trabajo se ha hecho en las regiones Mixteca y Costa, aunque también hay proyectos con alumnos del pueblo ikoots en el istmo de Tehuantepec, en los cuales han participado cientos de escuelas de toda la entidad y han capacitado a miles de profesores.
Juan Luis Hidalgo Guzmán, asesor científico de la Casa de las Ciencias, detalló que el trabajo ha sido complicado, pues ha habido resistencia tanto del gobierno como de los profesores, quienes deben capacitarse bien para asistir a sus alumnos.
“Por fortuna –expresó– la gran mayoría de los mentores han comprendido la importancia de su capacitación. Tenemos niños que han aprendido a investigar y a explicar las cosas frente a sus compañeros, que es lo que se conoce como la evaluación pública”.